Wikipedia tiene ahora una extensa lista de “hablante terminal”, la última persona en hablar algún idioma silenciado. Este registro colonial de lenguas perdidas aparece como si estuviera enterrado en las contraportadas de algún periódico global, uno de los muchos artefactos de la devastación colonial. La lista es como un gráfico de mortalidad global que rastrea el creciente impulso de las pérdidas de cientos de lenguas Indígenas en todo el mundo desde los años 1800. Solo en Canadá y Estados Unidos, 19 idiomas se perdieron en el siglo XIX; 68 fueron silenciados en el siglo XX y hasta ahora, 22 han sido sofocados en el siglo XXI.
Esos últimos hablantes de lenguas Indígenas a menudo se convierten en el foco de atención de los medios de comunicación, que producen una larga serie de cantos fúnebres, que, por lo general, se repiten durante años con la expectativa de su inminente desaparición. Estos informes de noticias lamentan lo trágico que es la pérdida de una lengua Indígena, a pesar de las generaciones de bombardeos masivos para destruir todas las lenguas nativas al norte de México. Hacen que parezca que la única respuesta viable es tener el idioma documentado por los académicos antes de que el último anciano fallezca, en lugar de devolver el conocimiento del idioma hablado a la amada comunidad para que puedan portarlo las generaciones futuras.
Estos ejercicios de melancolía colonial desarman el impulso natural de crear nuevos hablantes. Quitan poder a los esfuerzos por cambios estructurales que se alejan de la documentación como un fin en sí mismo y en cambio priorizan la participación comunitaria directa que mantiene los idiomas vivos mediante la creación de nuevos hablantes jóvenes a través de métodos de inmersión. La incorporación de nuevos hablantes jóvenes a las comunidades de lenguas Indígenas es la única —y mejor— medida crítica fundamental del éxito del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2022-2032).
La buena noticia es que el Decenio está aquí. Después de asistir al Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas durante 16 años pidiendo un Año Internacional de las Lenguas Indígenas, me complace enormemente que el Año Internacional (2019) se haya convertido en un Decenio de las Naciones Unidas. Depende de nosotros aprovechar esta oportunidad para lograr un cambio real. Se necesita un cambio profundo que priorice a las comunidades Indígenas y se centre intencionalmente en trabajo de base con lenguas Indígenas. El lugar en que se gasta el dinero nos dice todo sobre lo que realmente se valora, ya que prácticamente no se les da valor a las comunidades Indígenas vivas, a pesar de que sus idiomas transmiten conocimientos tradicionales que son esenciales para vivir de manera sostenible en este planeta. La estructura del financiamiento actual canaliza más de 99 por ciento hacia el estudio y archivamiento de las lenguas Indígenas. En lugar de estudios académicos, necesitamos financiar a estas comunidades y trabajar para mantener vivas sus lenguas dentro de ellas. (Para leer más sobre esta discusión, vea Grounds, “El legado de los cazadores-recolectores en la sociedad filosófica americana”, en Lenguas Indígenas y la promesa de los archivos”, ed. Adrianna Link, Abigail Shelton y Patrick Spero, 2021).
Taller de maestro-aprendiz organizado por el Caucus Global de Lenguas Indígenas en el Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas en la ONU en Nueva York durante el Año Internacional de las Lenguas Indígenas (2019). Foto cortesía de Richard A. Grounds.
Este Decenio ofrece nuevas oportunidades, pero no viene con financiamiento designado de las Naciones Unidas. Tenemos que aprovechar el momento y exigir que el Decenio siga nuestros objetivos lingüísticos más urgentes y cree una sinergia positiva entre todas las partes interesadas. Los siguientes son los resultados a que apuntamos para brindar apoyo a las comunidades Indígenas de base en sus esfuerzos de revitalización y recuperación del idioma:
Reindigenizar. Desarrollar asociaciones nuevas y fortalecidas entre los Pueblos Indígenas de todo el mundo para contrarrestar las estructuras coloniales que ya dominan todo el espacio de las lenguas Indígenas. Debemos enseñar y aprender nuestros idiomas usando esos mismos idiomas, mediante la inmersión, en vez de apoyarnos en lenguas coloniales, para ayudar a asegurar la transmisión de la cosmovisión original. Necesitamos apoyar y aprender de otros a través de los conocimientos compartidos en torno a buenas prácticas y el desarrollo de capacidades para comunidades lingüísticas locales. Podemos amplificar las historias de éxito de las pequeñas comunidades lingüísticas, como el cambio rápido para el idioma pertame a través de su programa maestro-aprendiz o el modelo utilizado por el “Proyecto del idioma yuchi” para comenzar a criar bebés con el yuchi como su primer idioma, nuevamente, después de cuatro generaciones.
Descolonizar. El colonialismo intelectual a través del estudio de las lenguas Indígenas ha permanecido fundamentalmente sin cambios durante los últimos 200 años, como lo indica claramente su completo dominio de los fondos para el trabajo lingüístico a expensas de las comunidades Indígenas. Tales patrones deben ser nombrados para que se puedan abordar adecuadamente y se implementen cambios correctivos que re-equilibren la desigualdad colonial.
Agencia Indígena. Es esencial que los Pueblos Indígenas ejerzan su agencia durante el Decenio. Las naciones nativas deben declarar su propia Década para sus idiomas y planificar el progreso lingüístico de sus hijos para los próximos 10 años. Las comunidades no pueden permitirse el lujo de depender de procesos académicos, formales o de gobierno para satisfacer eficazmente su necesidad urgente de formar nuevos jóvenes hablantes en la comunidad que lleven adelante sus culturas, cosmovisión, ceremonias, sabiduría antigua y estrategias para una vida sostenible en la Madre Tierra. La celebración del lanzamiento del Decenio en Tahlequah, Oklahoma, durante la primera semana de enero de 2022 es un ejemplo de priorización de las voces de base Indígenas y estará disponible para participación en línea.
Apoyo financiero de base. Si bien las comunidades Indígenas necesitan establecer su propia agencia con respecto a sus actividades de revitalización, aún se necesita financiamiento para apoyar el proceso efectivo de revitalización. Se gastaron miles de millones de dólares en proyectos como internados con la intención explícita de destruir las lenguas Indígenas. Es decir, hemos recibido mucha ayuda para llegar al predicamento actual y necesitaremos ese mismo nivel de ayuda para restaurar nuestros idiomas dentro de nuestras comunidades. Recomendamos apoyar el trabajo lingüístico comunitario de base a través de programas como el Fondo Mundial de Lenguas Indígenas, dirigido por Indígenas, para garantizar que los fondos apoyen el crecimiento de nuevos hablantes a nivel comunitario.
Protocolo 50-50. Pedimos un nuevo protocolo para el financiamiento de lenguas Indígenas: por cada dólar que se destine a estudiar, diseccionar, analizar o archivar nuestras lenguas, debería enviarse un dólar a las comunidades de lenguas Indígenas para ayudarlas a crear nuevos hablantes y mantener sus lenguas vivas dentro de sus propias comunidades. De hecho, es una práctica común que las instituciones académicas tomen el 50 por ciento de una subvención para costos administrativos. De manera similar, las comunidades Indígenas, como portadoras del idioma, deberían recibir la mitad de todos los fondos destinados a estudiarlo por parte de extraños.
Rematriación. Pedimos una legislación nacional durante el Decenio inspirada en la Ley de Protección y Repatriación de Tumbas de Nativos Americanos (NAGPRA, por sus siglas en inglés; 1990), en Estados Unidos, que se centre específicamente en las lenguas Indígenas. Esta legislación podría ser bautizada como NALPRA, la Ley de Protección y Rematriación de los Idiomas Nativos Americanos (por sus siglas en inglés). Requeriría la devolución del patrimonio cultural inalienable representado en nuestros materiales de lenguas Indígenas. La aplicación provendría del mismo mecanismo utilizado en la NAGPRA, es decir, que todos los académicos e instituciones como museos, bibliotecas y universidades tengan dólares federales retenidos hasta que se complete la rematriación adecuada devolviendo copias de todos los materiales de audio, video y lengua escrita a las comunidades de las que provienen.
Convención de las Naciones Unidas. Un objetivo importante para el Decenio es obtener la adopción de una convención para la salvaguardia y revitalización de las lenguas en peligro de extinción (siguiendo el modelo de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Intangible). Tal acuerdo sería legalmente vinculante y proporcionaría una defensa para todas las lenguas Indígenas, así como otras lenguas minoritarias que están amenazadas por la discriminación legal y por las políticas y prácticas lingüicidas.
Clasificación. Con recursos extremadamente limitados y poco tiempo para trabajar con los ancianos fluidos que quedan, es importante establecer un sistema de clasificación que priorice aquellos idiomas más al borde de perderse debido al implacable ataque colonial. Queremos revitalizar tantos idiomas como sea posible y dar prioridad, aunque no un enfoque exclusivo, a aquellas comunidades lingüísticas que todavía tienen ancianos hablantes fluidos para transmitir la plenitud del idioma y la visión del mundo a través de la comunicación intergeneracional boca a boca.
Relator especial. Pedimos la designación de un relator especial para las Lenguas Indígenas para corresponder al impulso del Decenio, ya que hay tantas violaciones continuas de los derechos de las lenguas Indígenas, según la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, artículos 13, 14 y 16, así como en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Liderazgo Indígena. Hacemos un llamado para que un co-facilitador Indígena con amplia experiencia en la revitalización del idioma ayude a organizar e implementar las operaciones del Decenio y que se nombre consultando a los Pueblos Indígenas. Lo mejor es tener un co-facilitador para el Decenio bajo el mandato de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Reconocimientos. Es importante reconocer formalmente a los eminentes ancianos y jóvenes guerreros de la lengua como una forma de resaltar el importante trabajo lingüístico que se está realizando actualmente en todo el mundo Indígena y alentar nuevos esfuerzos con base en la comunidad. Un beneficio principal de tales reconocimientos es captar la atención de los medios de comunicación globales y ayudar a resaltar los desafíos y éxitos de las comunidades lingüísticas Indígenas.
Reincorporación de Estados Unidos a la UNESCO. Hacemos un llamado a la administración de Biden para que se reincorpore a la UNESCO, a fin de poder apoyar mejor los esfuerzos de las naciones nativas para revitalizar sus idiomas en el marco del Decenio Internacional, que está bajo el liderazgo de la UNESCO, según lo declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
— El Dr. Richard A. Grounds (yuchi y seminole) es presidente del Caucus Global de Lenguas Indígenas y director ejecutivo del “Proyecto de lenguas yuchi”.
Foto superior: panel de presentadores del Caucus Global de Lenguas Indígenas y jóvenes embajadores en el Pabellón de EE. UU. Expo 2020. Foto cortesía de Richard A. Grounds.