Destacado en Guardianes de la Tierra: El Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH), Panamá
Frente a una aguda crisis alimentaria a causa del aislamiento obligado de la pandemia, la respuesta de las comunidades Nalunega y Wissubwala (comarca Gunayala, ubicada al este de Panamá) fue la agricultura sostenible tradicional propia del pueblo Gunadule, al cual pertenecen. En 2020, el Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH) implementó un proyecto de agricultura nainu con base en el contexto Indígena Gunadule, sus necesidades y sus valores.
El sistema nainu ("tierra propia", en su lengua) consiste en métodos naturales de reutilización de tierras, ya sea mediante la rotación de cultivos o aprovechando la misma capa de materia orgánica que queda después de la cosecha. Con esta técnica de cultivo no se requiere arar la tierra y se evita su deforestación, pues se utilizan también zonas arboladas, costeras y aluviales.
Cuando la pandemia aisló a estas comunidades Gunadule establecidas en islas coralinas del mar Caribe, la crisis alimentaria se visualizaba grave, ya que sus cultivos están en tierra firme y deben movilizarse por mar para llegar a sus nainus. Aunque algunos agricultores seguían trabajando bajo ciertos cuidados sanitarios, su producto no sería suficiente para garantizar la alimentación de las comunidades. Esto se sumaba a la falta de abastecimiento en las tiendas locales y a las restricciones de movilidad, que les impedían intercambiar productos con comunidades vecinas. En ese entonces, CENDAH describía la situación como "caótica".
CENDAH es una organización de base comunal, privada e independiente, que apoya a las comunidades sin fines de lucro. Al ser sus ejes de trabajo la investigación, la educación y el desarrollo, incluyeron en este proyecto a un técnico con experiencia en el sistema de producción alimentaria de nainu, luego de una consulta participativa con la dirigencia de la comunidad y los productores. Asimismo, se incluyeron talleres de capacitación adaptados al contexto y disponibilidad de los campesinos.
El Centro tuvo que enfrentar varias dificultades debidas a la pandemia y se vio obligado a adaptar su proyecto a las circunstancias cambiantes. Hubo problemas de conexión para comunicarse con las comunidades y muchos accesos estaban restringidos por miedo al contagio.
Sin embargo, la necesidad se impuso y CENDAH pudo entregar las semillas a donde debían llegar y también logró finalizar exitosamente todo el proyecto, por el bien de los integrantes del pueblo Gunadule. "Los días de entregas de las semillas fueron emocionantes para los agricultores porque fue justo en el momento cuando no tenían acceso a semillas para continuar con su agricultura. Era un soplo de esperanza", dicen en su reporte. Además, se realizaron capacitaciones para cultivo de plátano y ñame, y talleres sobre COVID-19 y duleina (medicina botánica dule). Finalmente, en diciembre de 2020, medio año antes de la cosecha, CENDAH presentó a la dirigencia los resultados y finalización de la iniciativa. Asistieron los seis Sagladummagan (“caciques” en castellano), así como sus secretarios, secretarias, técnicos y directores de las dos direcciones ejecutivas: Instituto del Patrimonio Cultural del Pueblo Guna e Instituto de Investigación y Desarrollo de Kuna Yala.
Frente a la crisis alimentaria, las formas de organización Indígena respondieron con trabajo serio y constante. "Seleccionamos a dos comunidades o grupos de productores dedicados al trabajo de campo porque la verdad son los grupos organizados los que trabajan la tierra", afirma CENDAH. Los agricultores fueron quienes dirigieron la iniciativa e hicieron frente a la pandemia. A pesar del miedo, decían que "si uno se queda quieto y no hace nada, se pone frágil y el virus lo ataca. Pero cuando uno trabaja y se alimenta, el virus no le llega; teme al hombre del campo”.
Estas dos comunidades Gunadule enfrentan la pandemia con trabajo y conocimiento tradicional: el método nainu y su medicina duleina, que “tiene espíritu, es alimento; y ahí está nuestra fortaleza como pueblo”.
Guardianes de la Tierra es un fondo liderado por Indígenas, diseñado para apoyar proyectos de defensa y desarrollo comunitario de Pueblos Indígenas. Desde 2017, ha apoyado 177 proyectos en 35 países, con un total de $764,317 dólares estadounidenses. El fondo otorga pequeñas subvenciones a gobiernos tradicionales, comunidades y organizaciones de base lideradas por Indígenas para apoyar sus proyectos de desarrollo diseñados según sus propias necesidades. Con base en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, en Cultural Survival utilizamos un enfoque basado en los derechos para nuestras estrategias de concesión de subvenciones al apoyar las soluciones Indígenas de base a través de la distribución equitativa de recursos a las comunidades Indígenas.