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Covid-19 en Pueblos Indígenas, a un año de la pandemia:  datos, nuevas variantes y vacunas

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Por Jess Cherofsky y Bia'ni Madsa' Juárez López

 

Más de un año ha pasado desde el inicio de la pandemia por la Covid-19, lo cual ha implicado muchos cambios en la forma de vida global, con impactos tan grandes como la muerte de más de 2.7 millones de personas y la profundización de la crisis económica a nivel mundial. En este contexto los Pueblos Indígenas han enfrentado múltiples retos desde sus diversas realidades. Las olas subsecuentes de contagios en algunas regiones Indígenas ha sido peor que la primera en términos de número de muertes y mientras aún no se termina de contabilizar lo ocurrido este primer año, otros temas se añaden a la lista de importancia para entender el curso de la pandemia: nuevas variantes de Covid-19, reinfecciones, inmunidad, vacunas y datos en torno al SARS-Cov-2. En este artículo, haremos una revisión general de estos temas en el marco de varios estudios de caso de Pueblos Indígenas en el mundo. 
 

Nuevas variantes del SARS-Cov-2

Como era de esperarse por la capacidad de mutación de los virus, nuevas variantes han aparecido, siendo pocas las que han sido estudiadas y descritas. No queda claro aún el número de variantes de interés sanitario, pero algunas han tenido ya más impacto que la primera variante, en el nivel de contagios y también en la mortalidad. Variantes como las de Brasil, Sudáfrica y la de Reino Unido han sido las más estudiadas por los efectos que han ocasionado. A mediados de 2020 la Comunidad Ziora Amena, ubicada en Colombia en la frontera con Brasil y Perú, se vio alcanzada por la primera ola de contagios dejando a casi todas las 110 familias de la comunidad contagiadas. La primera ola implicó semanas muy difíciles sin pruebas, camas de especialidad e insuficiencia de medicamentos para toda la región. Pero el 2021 llegó aún más difícil para esta comunidad Murui Muna, cuando la variante de Brasil los alcanzó contagiando de nuevo a casi todos los habitantes, resultando en síntomas mucho más fuertes, dos muertos y dejando a la comunidad sin capacidad de comercializar sus productos y adquirir alimentos. A pesar de los impactos visibles en la zona durante la primera ola, el gobierno colombiano no tomó mejores precauciones ni aumentó la capacidad sanitaria, provocando que la segunda ola con la nueva variante los alcanzara en las mismas malas condiciones. 
 

Re-contagios e inmunidad de Covid-19

La información que se conoce con respecto al SARS-Cov-2 ha ido avanzando durante el tiempo que ha durado la pandemia; sin embargo, los científicos aún no terminan de entender cómo se comporta el virus con exactitud. Con el tiempo, la lista de síntomas reconocidos ha cambiado, haciendo difícil el diagnóstico clínico en zonas sin acceso a pruebas y dejando como resultado un gran número de casos no contabilizados. Tampoco hay aún un consenso con respecto al tiempo de inmunidad después de un contagio, no se saben las secuelas exactas después de la infección y sin acceso a pruebas previas tampoco es posible conocer la verdadera cantidad de reinfecciones o si estas provienen de la misma variante o no. Esta información es aún más escasa en zonas rurales e Indígenas. La información actualizada disponible en lenguas Indígenas es mucho más lenta en llegar, si es que llega, en comparación al desarrollo y difusión de la pandemia. La difusión de información actual sobre Covid-19 en comunidades Indígenas sigue siendo de gran importancia y los gobiernos deberían actuar al respecto. Además, la situación se vuelve más compleja cuando se suma a este contexto que muchas veces, la información que sí llega a las comunidades son noticias falsas, que no contribuyen en la toma de decisiones adecuadas.
 

Falta de datos desagregados por Pueblos Indígenas

En junio de 2020 Cultural Survival publicó un artículo sobre la falta de datos desagregados del Covid-19 en los Pueblos Indígenas. Desde entonces ningún país incluye aún dentro de sus reportes oficiales datos desagregados de forma correcta, es decir, los pocos que tienen datos por grupos étnicos siguen agregando en una sola categoría a toda la diversidad Indígena. Las comunidades y organizaciones civiles han sido las que han realizado esta tarea. Mapas como el de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENAIE), la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) e Indian Country Today en EEUU han generado datos constantemente, clasificados con base a la diversidad de Pueblos Indígenas. Debido a esto, también en junio de 2020, Cultural Survival decidió comenzar un proyecto de mapeo global en donde se continúan reuniendo datos de casos de Covid-19 incluyendo las muertes subsecuentes y casos de violaciones a Derechos Humanos en el contexto del Covid-19. Hasta el día de hoy Cultural Survival ha registrado información sobre al menos 263 Pueblos Indígenas en 28 países han tenido casos de Covid-19 y 102 violaciones a derechos humanos asociadas Covid-19 contra 88 Pueblos Indígenas de 30 países han sido registradas. 

 

Estrategias comunitarias exitosas ante Covid-19
 

Ante la pandemia las comunidades Indígenas han mostrado su capacidad de resiliencia y aplicado diferentes medidas para asegurar la salud de su población. En muchas comunidades Indígenas las comunidades decidieron tomar diversas acciones como cerrar sus fronteras, establecer filtros sanitarios, cancelar fiestas y eventos masivos, y establecer uso obligatorio de cubrebocas para evitar que el virus entrara a sus territorios, lo cual logró que a un año de la pandemia 82 comunidades del estado de Oaxaca en México, se encuentran libres de casos confirmados de Covid-19. Es Importante mencionar que dichas comunidades son en su mayoría Indígenas, regidas por formas colectivas de gobierno. Así mismo, casos como el de la comunidad Kuikuro en Mato Grosso, Brasil, lograron mortalidad cero en la comunidad después de improvisar un hospital en su territorio y contratar personal médico para atender a los contagiados por Covid-19. También, el Pueblo Ashaninka en Brasil, se convirtió en diciembre de 2020 en el único sin casos de Covid-19 en el estado de Acre, después de adoptar un estricto aislamiento de nueve meses. Estos éxitos que surgen cuando los Pueblos Indígenas tienen autonomía, demuestran que las catástrofes que han ocurrido en Pueblos Indígenas en muchas partes del mundo a lo largo de la pandemia no son inevitables, son en cambio producto de estructuras de marginación, como son quitarle poder de autodeterminación a muchos Pueblos y dejar al Estado como único tomador de decisiones, muchas veces sin el consentimiento ni involucramiento de Pueblos Indígenas. Los Pueblos son capaces de identificar y creativamente desarrollar respuestas y soluciones, basadas en sus valores, en sus propios sistemas de organización y que llevan a salvar vidas. 


APIB

 

Imagen cortesía de APIB.

 

Vacunación en Pueblos Indígenas

Los Pueblos Indígenas tienen una diversidad de perspectivas y experiencias relacionadas a las vacunas. A nivel global existen diversos casos de comunidades que aceptan la vacuna y las que no, y las que han tenido acceso o no a las mismas. Así mismo, existen países en donde las poblaciones Indígenas han sido incluidas como parte del plan de vacunación y muchos lugares donde los Pueblos Indígenas han aprovechado sus sistemas y valores colectivos para encargarse de programas únicos de vacunación para sus propias comunidades; mencionaremos algunos de casos más adelante.
 

El desarrollo de las vacunas contra el Covid-19 se ha realizado a una velocidad histórica y alrededor del mundo, hasta la fecha, ya se han administrado aproximadamente 458 millones de dosis. Aunque esta sea la “campaña de vacunación más grande en toda la historia”, existen grandes desigualdades en el acceso a la vacuna. Se predice que 90 por ciento de los habitantes de alrededor de 70 de los países de bajos ingresos tendrán pocas posibilidades de vacunarse en 2021, mientras que los países ricos han acaparado las vacunas, siendo Canadá un ejemplo extremo de ello, con la compra de suficientes dosis para que cada residente la reciba cinco veces. La activista de justicia social y abogada de derecho humanos de Sudáfrica, Fatima Hassan, ha llamado a esta situación un “apartheid de vacunas”. Según Andrea Taylor, directora del Centro de Innovación de Salud Global de la Universidad Duke en EUA, “los países de ingresos altos tienen el 16% de la población mundial, pero actualmente cuentan con el 60% de las dosis de vacunas que se han vendido”. Incluso dentro de los países que han podido acceder a la vacuna, existen grandes brechas entre quiénes pueden acceder o no, siendo las comunidades Indígenas, rurales y pobres las más rezagadas. A esto se suma la falta de información suficiente y culturalmente adecuada que permita a los Pueblos Indígenas tomar decisiones informadas con respecto a la vacunación. 


En Australia, los Pueblos Indígenas están considerados entre los grupos prioritarios para recibir la vacuna, los que tienen 55 años de edad tienen permiso para conseguir la vacuna durante la misma etapa que las personas no Indígenas de 70 años o más, como una forma de abordar inequidades históricas que les hacen desproporcionadamente más vulnerables al virus. Es una estrategia que se está usando como referencia en la lucha para la equidad de vacunación en otras comunidades, como las comunidades Negras en Estados Unidos, que también sufren de inequidades socioeconómicas y médicas que llevan a peores resultados de salud. Sin embargo, los Pueblos Indígenas de Australia están indecisos debido a la falta de confianza y desinformación sobre el tema. “‘Estamos en un momento muy temprano del proceso de vacunación - por razones obvias’, [dijo la doctora Tanya Schramm, una mujer Palawa y presidente del Comité de Expertos responsables de las recomendaciones clínicas para personas aborígenes y de las Islas del Estrecho de Torres]. ‘Pero debido a que la estamos recibiendo antes de, digamos, la población general, hay una preocupación de que puede haber… un problema con ella’”. 
 

Limitaciones en el acceso a vacunas

Las limitaciones en cuanto al acceso a las vacunas en las comunidades Indígenas se refieren a factores como la falta de infraestructura y comunicación. Este es el caso de comunidades en las zonas marginadas de la ciudad donde vive mucha población Indígena de Oaxaca en México; la vacunación requiere un registro virtual previo y al cual principalmente los ancianos no pueden acceder por falta de dispositivos, internet y conocimiento tecnológico. También en México, comunidades como Vista del Valle, mayormente de personas Chatinas y Zapotecas, no tienen electricidad, ni mucho menos internet, y tampoco tienen a muchas personas jóvenes que puedan ayudar a los ancianos a navegar en el sistema de inscripción para la vacuna. Esta no es una situación única que afecta a pocas personas; al contrario, sólo alrededor de la mitad de los hogares en la comunidad tiene celulares o computadoras. En este caso, una joven Ayuujk de 22 años, Adriana Kupijy Vargas se ha organizado para apoyar a sus vecinos mayores a registrarse, sin embargo, el problema estructural que excluye a muchos sigue presente. 
 

Mientras tanto, el gobierno de Tanzania con una población Indígena de más de medio millón de personas, ha tomado la decisión unilateral y única de prohibir totalmente la importación y registro de la vacuna, argumentando que su pueblo “debería dejar de vivir con miedo, confiar en Dios y depender de remedios tradicionales africanos para prevenirse de contraer el virus”, según Catherine Kyobutungi, Directora Ejecutiva del Centro de Investigación de Población y Salud Africana. Kyobutungi explica que esto se presta a dos grandes peligros: que la transmisión del virus sin control puede llevar al desarrollo de nuevas variantes, y que, si un solo país no controla la pandemia, los esfuerzos de los otros países no pueden tener éxito debido al movimiento de las personas, en especial entre los países vecinos. Sin embargo, las autoridades de Tanzania están presionando a los médicos a tratar a los enfermos como si tuvieran neumonía y otras enfermedades que no son Covid-19. Debido a que el gobierno dejó de registrar los datos sobre infecciones desde mayo de 2020, es difícil saber el alcance del virus, mucho menos saber el impacto en comunidades Indígenas. Hasta el momento no se ha reportado ninguna prueba realizada en el país.
 

Rechazo, miedo y desconfianza sobre las vacunas
 

Las dudas y miedo de los Pueblos Indígenas en varias partes del mundo a las instituciones occidentales, está fundada en una larga historia de violencia, que incluyen la “falta de financiamiento, incompetencia y brutalidad” y la propagación intencional de enfermedades como parte integral del genocidio perpetrado por los colonizadores, además de casos de esterilización forzada entre Pueblos Indígenas y prácticas e instituciones en general que los gobiernos coloniales han impuesto sobre los Pueblos Indígenas sin su consentimiento. A pesar de que los Pueblos Indígenas de los Estados Unidos están siendo vacunados a una tasa más alta que cualquier otro grupo, sigue habiendo dudas con respecto a la vacunación. En el estado de Nevada, la campaña Una Comunidad está involucrando a líderes y miembros comunitarios de comunidades Indígenas, Negras, Latinas y otras comunidades marginadas para “proveer un alcance multilingüe y culturalmente competente de la vacuna para ayudar a mantener sanos a los residentes de color de Nevada” ya que han identificado que la desconfianza a las agencias del gobierno es un obstáculo para la vacunación. Roxann McCoy, presidenta de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP) dice “Realmente no sólo se trata de la vacuna. Hemos visto la brutalidad policial. Todas las entidades que están “en la autoridad” para proteger y servir, no han protegido ni servido equitativamente y especialmente cuando se trata de la comunidad minoritaria”.
 

En algunos casos, el miedo y desconfianza se está imponiendo de manera sistemática a los Pueblos Indígenas por parte de fuerzas externas. En Brasil, grupos evangélicos, como también el mismo presidente Jair Bolsonaro, quien ha negado constantemente la realidad de la pandemia que ha matado a más de 266 mil personas en este país, están propiciando las llamadas “Fake News” (noticias falsas) sobre los peligros de la vacuna. “‘Fundamentalistas y misioneros evangélicos están predicando en contra de la vacuna,’ dice Dinamam Tuxá, un líder Tuxá de APIB, la organización Indígena más grande de Brasil”. El líder Apuriña Claudemir da Silva dice “‘No está pasando en todos los pueblos, sólo los que tienen misioneros o capillas evangélicas donde los sacerdotes están convenciendo a la gente de no recibir la vacuna, que se van a convertir en caimán u otras ideas locas’”. Como respuesta, algunos Pueblos Indígenas de Brasil están lanzando campañas locales para combatir esas noticias y educar a sus comunidades con el hashtag #vacinaparente. Muchos Pueblos remotos en Brasil han sido sumamente afectados por la pandemia que les ha llegado a través de mineros ilegales operando en sus territorios a lo largo de la pandemia y a pesar de grandes campañas, como la de los Yanomami en la Amazonía, para echarlos amparándose en los derechos de los Pueblos Indígenas. Casos similares de desinformación y religión han ocasionado que en Chiapas, uno de los estados más pobres y con mayor diversidad Indígena de México, 45 comunidades decidieran en una asamblea comunitaria que no se permitirá que nadie se vacune contra el Covid-19. Un poblador explica que existe la creencia de que vacunarse, en lugar de prevenir el Covid-19 provocaría su contagio del virus. Esta desconfianza ha hecho que otras campañas médicas sean afectadas, evitando por ejemplo la fumigación contra el mosquito del dengue porque la población temía que la fumigación propagara el Covid-19.


Aceptación a la vacunación

La Nación Navajo ha visto un 11 por ciento de su población de 170,000 personas contagiados de Covid-19 y en todo Estados Unidos, los Pueblos Indígenas tienen la tasa más alta de muertes por Covid-19. A mediados de febrero de 2021, “los Pueblos Indígenas en los Estados Unidos tenían la tasa más alta de vacunación hasta la fecha, con un 11.6% de personas (una de cada nueve personas) habiendo recibido al menos una dosis”. Las Naciones Indígenas tuvieron la opción de recibir la vacuna a través de los gobiernos estatales o a través del Servicio de Salud Indio (IHS). A nivel federal; muchas Naciones Indígenas y Organizaciones Indígenas Urbanas han escogido la segunda opción y varias de ellas están “contentas con la distribución hasta la fecha”. Sin embargo, estas estadísticas nacionales no reflejan la realidad de cada persona y comunidad, y en algunos lugares, como por ejemplo el condado de Los Ángeles, la tasa de vacunación de las comunidades Indígenas, como también de las comunidades Negras y Latinas, es más baja que la de la población blanca.
 

Muchas Naciones Indígenas están diseñando y activando sistemas que aceleran la difusión de la vacuna para proteger a miembros importantes, sobre todo sus ancianos quienes son primordiales para la sobrevivencia de sus idiomas y culturas. La Nación Cherokee está poniendo a los ancianos “al frente de la fila”, esto después de haber perdido a lo largo de la pandemia a 35 de los solamente 2 mil hablantes fluidos de su idioma. Aunque los Pueblos Indígenas de Estados Unidos han sobrevivido una larga historia de violencia médica por parte de los colonizadores, “una encuesta liderada por Abigail Echo-Hawk, directora del Instituto Urbano de Salud Indio con base en Seattle, Washington realizada a 1,435 Nativos Americanos en todo el país, reveló que 75 por ciento estaría dispuesto a ser vacunado, “no porque de repente confiamos en Tío Sam [el gobierno de EUA] sino porque ponen el ‘nosotros’ antes que el ‘yo’”. Aunque existe gran diversidad en las perspectivas Indígenas sobre la vacuna y cada persona y comunidad tendrá su propia opinión, la encuesta sugiere que los Nativos Americanos están proporcionalmente más dispuestos a recibir la vacuna que la población general, en gran parte debido al compromiso con el bienestar del colectivo. Las Naciones Indígenas están usando centros comunitarios y otros métodos creativos para educar y hacer llegar la vacuna a sus miembros, mientras que abordan de forma directa el trauma histórico asociado con los abusos de la medicina occidental.


La pandemia en los Pueblos Indígenas del mundo es diversa y por ello es necesario evaluar las particularidades de cada Pueblo Indígena para tomar acciones que reduzcan el impacto de la pandemia. Cultural Survival solicita a los estados brindar información culturalmente adecuada y actualizada a las comunidades Indígenas, la generación de datos desagregados, y el respeto al Consentimiento Libre, Previo, e Informado y la autodeterminación de los Pueblos en sus acciones relacionadas a combatir la pandemia.