El 21 de marzo de 2016, en el Día Internacional de la Mujer, nació la Alianza de Mujeres Amazónicas, cuando mujeres Indígenas de siete nacionalidades: Kichwa, Sápara, Shiwiar, Shuar, Achuar, Andoa y Waorani, se unieron por primera vez, marchando juntas en defensa de las mujeres, de sus derechos, de los bosques lluviosos y las generaciones futuras. Más de 500 mujeres Amazónicas, hombres y colaboradores hicieron historia cuando bajaron por las calles de Puyo, Ecuador, gritando: "¿Qué es lo que nosotros queremos? ¡Nuestros derechos y territorios! ¡Bosques vivos!”. Vinieron de comunidades remotas, pueblos y provincias en canoa, a pie, en autobús y en avión para denunciar un contrato recién firmado entre el gobierno ecuatoriano y la corporación china Andes Petroleum, que otorgaba el acceso a petróleo en territorios Indígenas. Contrario a las leyes ecuatorianas e internacionales, estas comunidades no fueron consultadas, ni dieron su consentimiento libre, previo e informado para estas actividades petroleras.
De manera constante, el liderazgo de las mujeres Indígenas amazónicas continúa creciendo. Miriam Cisneros fue elegida presidenta de la región de Sarayaku en mayo de 2017. Recientemente, ella tuvo la oportunidad de presentar sus posturas de manera firme ante el presidente ecuatoriano Lenin Moreno, en un diálogo histórico con líderes Indígenas. Esta reunión, después de culminar una marcha de 2 semanas y 200 millas a Quito para exigir el fin de la extracción de recursos en los territorios Indígenas, condujo a una gran victoria, cuando Moreno declaró el fin de todas las "nuevas" concesiones mineras y petroleras. En diciembre de 2017, Nema Ushigua se convirtió en la primera mujer presidenta de la nacionalidad Sápara. Después de años de división, obtuvo el reconocimiento del gobierno para la federación Sápara, avanzando así en sus esfuerzos por mantener su idioma, cultura y territorio amenazados por la extracción de petróleo. Altamente vulnerables, con una población de menos de 500 habitantes, los Sápara son reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial.
"Es realmente un honor trabajar en solidaridad con las mujeres Indígenas amazónicas que lideran a su pueblo, y que también son voces líderes en el movimiento mundial para proteger los territorios sagrados, la Madre Tierra y las generaciones futuras. Son realmente una inspiración para mí", dijo Leila Salazar-López, directora ejecutiva de Amazon Watch, una ONG con sede en California que trabaja para detener la destrucción de la Amazonía, promover las soluciones Indígenas y fomentar la justicia climática. En noviembre pasado, Amazon Watch acompañó a una delegación de líderes Indígenas Kichwa de Sarayaku para asistir a la 23ª Conferencia de las Partes (COP23) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bonn, Alemania. Mirian Cisneros se reunió con la líder Kichwa Patricia Gualinga, conocida por su participación en la histórica victoria Sarayaku v. Ecuador, donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló a favor del derecho de consulta de los Kichwas ante los proyectos industriales en sus tierras. Su objetivo fue promover la propuesta Kawsak Sacha "Bosque Viviente", una visión integral para vivir en armonía con el mundo natural, en base a sus prácticas ancestrales. La visión del Bosque Viviente es vital por muchas razones, fundamentalmente porque mantener el equilibrio ecológico de la Amazonía es esencial para la salud y la capacidad de la Plataforma Local de Comunidades y Pueblos Indígenas para mitigar el cambio climático. La Amazonia, que ha desempeñado desde hace mucho tiempo el papel crítico de aislamiento de carbono, ahora está en camino de convertirse rápidamente en una fuente de carbono debido a la deforestación.
"Mi mensaje aquí en la COP2, es que quiero transmitir a la gente, a nuestros aliados del mundo, que tenemos que luchar juntos y unir fuerzas, porque los diferentes Estados que están hablando en nuestro nombre, se reúnen en las mesas de negociaciones donde supuestamente están buscando soluciones, pero estas soluciones son para ellos, no para los Pueblos Indígenas", nos dijo Cisneros. "Nuestra gente está en nuestras comunidades, mientras aquí se están tomando decisiones por nosotros. Están poniendo precio a nuestros recursos naturales, nos están poniendo precio a nosotros mismos, sin comprender que en nuestros territorios existimos como comunidades y que tenemos una gran sabiduría ancestral, conocimiento, ciencia y tecnología”.
Cuando se le pidió a Gualinga que representara al Movimiento por la Justicia Climática global en las reuniones de más alto nivel en la COP23, su discurso apasionado contrastó con la actitud interesada de los jefes de gobierno. "El cambio climático no es un negocio; nosotros, las comunidades de base y los Pueblos Indígenas del mundo, tenemos soluciones reales. De la gente de Sarayaku a Standing Rock…todos luchamos contra la destrucción y por una vida digna. ¡Estamos luchando por la justicia climática!” El 5 de enero, un atacante desconocido lanzó piedras, rompiendo las ventanas de la casa de Gualinga mientras gritaba amenazas de muerte. Las amenazas y el hostigamiento a los líderes Indígenas, especialmente las mujeres, van en aumento. Con gran valor, las mujeres amazónicas se unieron en una conferencia de prensa, expresando su desaprobación a estas actitudes y su solidaridad mutua: "Las mujeres amazónicas estamos unidas, somos fuertes y tenemos un compromiso permanente con la defensa de la Madre Tierra. Aunque intentan asustarnos, nunca seremos derrotadas, y seguiremos unidas en la lucha, sin importar los costos”. En respuesta una vez más, las mujeres realizaron una marcha en el Día Internacional de la Mujer en Puyo.
Para obtener más información, visite: amazonwatch.org/women.
Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas
COP23
Pueblos Indígenas de todo el mundo se reunieron en Bonn, Alemania, para hacer oír sus voces en la 23ª Conferencia de las Partes (COP23) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada del 6 al 17 de noviembre de 2017. Han pasado dos años desde la 21ª Conferencia de las Partes (COP21) en París, y los líderes de todo el mundo han demostrado no estar dispuestos a tomar las medidas urgentes y necesarias para responder al caos climático que causa estragos en el planeta. En la COP23, los Pueblos Indígenas continúan defendiendo su posición dentro y fuera de las reuniones, a las que tienen acceso limitado. A pesar de venir de regiones y culturas muy diferentes, la importancia del conocimiento tradicional en relación al cambio climático es un valor importante que debe ser compartido. "Los Pueblos Indígenas de África enfrentan diariamente desafíos climáticos: pérdida de biodiversidad, cambio en las estaciones donde los periodos de lluvias son más cortos y las temporadas secas más prolongadas. Nosotros, que somos nómadas o seminómadas, hemos confiado en nuestros conocimientos tradicionales como base para ayudarnos a enfrentar la adaptación y mitigación climática durante siglos”, nos contó Hindou Oumarou Ibrahim (Mbororo), miembro del comité ejecutivo del Comité Coordinador de los Pueblos Indígenas de África. "El Ártico está cambiando muy rápido, y los Pueblos Indígenas que viven allí se han visto obligados a adaptarse y confiar en el conocimiento que heredaron de sus antepasados que se ganó a través de una vida cercana a la naturaleza. El mundo necesita fundamentar la toma de sus decisiones con la mejor información disponible que exista. El conocimiento Indígena está actualmente ausente en estas negociaciones y excluirlo es una pérdida que el mundo no puede permitirse", dijo Jannie Staffansson (Saami) de la Unidad Ártica y Medioambiental del Consejo Saami.
Estas jóvenes líderes son miembros activos del Foro Internacional de Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático (IIPFCC por sus siglas en inglés), el órgano representativo Indígena que se centra en el impacto de las COPs. Durante la conferencia de París, el Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático logró una pequeña victoria con respecto a la Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas. Esta plataforma fue diseñada en la COP21 para crear un espacio para fortalecer el conocimiento tradicional e intercambiar lecciones aprendidas sobre la reducción de emisiones, las estrategias de adaptación y la construcción de la resiliencia. Los participantes en la COP23 debatieron cuánto poder en la toma de decisiones podrían otorgar a las "partes interesadas" que no están presentes. En la decisión final, se acordó una presidencia compartida entre las comunidades estatales y locales, y los representantes de los Pueblos Indígenas.
Según Oumarou Ibrahim, quien copresidió el Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático durante las negociaciones, la Plataforma es una oportunidad para que los Estados conozcan el modo de vida sostenible de los Pueblos Indígenas: “Estar en la sala donde se llevan a cabo las negociaciones es una cosa, pero tomar la palabra para discutir y dar evidencia para tomar las decisiones correctas es otra". Ella hizo hincapié en la necesidad de que la plataforma fuera algo abierto, inclusivo y creado en igualdad de condiciones, pero también expresó su preocupación de que esta plataforma pudiera ser utilizada por varios grupos como el G77, la organización intergubernamental más grande de países en desarrollo en las Naciones Unidas, para aprovechar los intercambios en finanzas climáticas que podrían llevar a debilitar la plataforma.
"En opinión de los Saami, debemos ser parte de los procesos de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés) no solo por nuestro conocimiento y comprensión holística de los ecosistemas, sino también porque todo el mundo debe participar en estas importantes decisiones sobre nuestra Madre Tierra", dijo Staffansson. Destacó que, dado que los Estados no pueden representar a los Pueblos Indígenas, millones de personas quedan excluidas de estas negociaciones. "Todos tenemos derecho a ser parte de estas negociaciones, pero debemos hacer una labor en común de manera respetuosa. Esperamos que la plataforma se construya de manera inclusiva y que garantice un beneficio para todos; y que no sea simplemente una extracción que se aproveche de nuestro conocimiento. La plataforma debe basarse en los principios de la IIPFCC, sobre una participación plena y efectiva, igualdad de estatus y representación en la plataforma, garantizando nuestros procesos de autoselección”, nos cuenta ella. En una primera línea sobre el cambio climático, los Pueblos Indígenas son claramente titulares de derechos y no solamente partes interesadas en la UNFCCC. La esperanza del IIPFCC es que puedan aumentar su papel en estas conversaciones intergubernamentales y contribuir a decidir su propio futuro a través de mecanismos como la plataforma.
-Miriam Anne Frank ha trabajado como consultora independiente en temas Indígenas para OPI, ONGs, organizaciones internacionales y fundaciones, y es profesora en estos temas en el Departamento de Antropología Cultural y Social de la Universidad de Viena.