Cuando piensas en dónde está lo más importante de tu cuerpo… ¿piensas que está en tu cabeza? ¿Es ése el centro de tu ser?, afirma Gisele Maria Martin en una entrevista con Cultural Survival. “Parece ser que, en inglés, el centro de nuestro ser es nuestro cerebro. Hay muchos dichos en inglés como ¡Esa persona ha perdido la cabeza! o ¡está afuera de sus cabales! o ¿Estás loco? ¡Estás loco! Pero cuando pienso en nuestro idioma, se siente como si el centro de nuestro ser estuviera en nuestro corazón. Y ése es un lugar realmente diferente de donde está nuestra cabeza. Vamos con nuestros corazones y escuchamos con nuestros corazones al resto del mundo". Como ciudadana de la Primera Nación Tla-o-qui-aht en el oeste de la Isla de Vancouver, Columbia Británica, Canadá, Martin es una activista lingüística y cuentacuentos que trabaja para mantener y transmitir los conocimientos tradicionales en su comunidad. Ella aboga activamente por la revitalización del lenguaje y está trabajando para dominar el idioma Nuučaanuł (Nuu-chah-nulth) bajo la tutela del anciano Tla-o-qui-aht, Levi Martin.
Analizando las diferencias cognitivas y en cuanto a la cosmovisión entre los idiomas occidentales con los que creció hablando y el idioma Nuučaanuł de su gente, Martin explica que el lenguaje, la comunidad y el medio ambiente están irrefutablemente entrelazados en el idioma de la Primera Nación Tla-o-qui-aht. "Si lo pienso, en nuestro idioma, la comunidad incluye todas las formas de vida con las que estamos interconectados: todas las plantas, los animales y los espíritus de los lugares. Como me criaron en inglés y francés, me han interesado muchas cosas relacionadas con esa cultura. Pero en muchas ocasiones no entendía lo que estaba tratando de entender, como si estuviera viendo el mundo en blanco y negro. Ahora aprendiendo nuestro idioma ancestral, es como aprender a ver las cosas a todo color, por primera vez".
Mientras que las comunidades no nativas en Tofino dicen que los problemas más importantes que enfrentan son el estar preparado ante tsunamis y terremotos que puedan presentarse, Martin dice que la Primera Nación Tla-o-qui-aht “tiene emergencias mucho más apremiantes en este momento: incremento de suicidios, problemas sociales, alcoholismo y desempleo, que son consecuencias del desastre colonial que no tuvo compasión y fue despiadado con la nación. Estoy trabajando en un museo local en relación a la narración que se hace sobre la historia local, que tiene un tinte totalmente colonial. El museo nos invitó a trabajar con ellos y contar con la perspectiva de la Primera Nación Tla-o-qui-aht. He estado luchando para saber que presentaríamos, ya ahora mismo no hay nada sobre ello. Una sugerencia fue: ‘Sólo enfócate en la historia temprana’. Me pregunté ¿enfocarme en la historia del primer contacto? Todavía está sucediendo ahora. El contacto temprano todavía está sucediendo en este momento". Además, ella añade: "Esto no es solamente un problema que nosotros sufrimos. Todas las personas que ahora viven en nuestros territorios tradicionales, como la comunidad no nativa de Tofino, ellos también enfrentan este problema, aunque algunos de ellos quizás no lo saben. Por ejemplo, cuando continuamos usando un lenguaje que apenas tiene un enfoque ecológico, esto trae una serie de repercusiones que nos afectan a todos, y una serie de pérdidas que también nos afecta a todos. Para que todos podamos vivir no solo de una forma sostenible, sino en un entorno de abundancia, tenemos que buscar soluciones".
Martin describe a Nuučaanuł como un lenguaje ecológico, y afirma: "Proteger nuestro lenguaje es realmente parte de un enfoque integral para proteger las tierras y las aguas que conforman nuestras identidades como pueblos de las Primeras Naciones". Ella explica, por ejemplo, cómo el conocimiento Indígena se puede usar en la mitigación del cambio climático, simplemente preservando su lenguaje y poniendo en práctica las lecciones que éste enseña. "El solo hecho de mantener nuestro idioma, podría tener repercusiones significativas porque es un lenguaje cultural y ecológicamente informado", nos dice ella. "Nuestra palabra para árbol, por ejemplo, es suč̓as. Al principio dije, está bien, suč̓as es árbol y su árbol es suč̓as.' Pero no, los nombres de todo en nuestro lenguaje describen lo que hacen y cómo están conectados con el resto del mundo. La palabra suč̓as se descompone en el verbo suč, que es poseer y el sufijo ʔas, que significa sobre la tierra o de la tierra. Así que la palabra Nuučaanuł para árbol, suč̓as, literalmente es propietario de la tierra. Imagínese si todas las empresas madereras cambiaran el nombre de los árboles por el de propietarios de tierras en sus documentos, y hablaran sobre ellos y pensaran en ellos de esa manera. Ellos dirían ¡oh sí, vamos a cortar a todos estos propietarios de la tierra y esperamos que no haya deslizamientos de tierra después de eso! Me parece que una y otra vez, las enseñanzas que están codificadas en las palabras son enormes”.
Para Martin, el proceso para la revitalización del lenguaje es tan importante como el camino que uno elige tomar. "Es como cuando caminamos por un sendero en un bosque: todos podemos caminar por el mismo camino, pero si lo hacemos con grandes botas, vamos a tener una experiencia realmente diferente a la de si lo hacemos descalzos. Y el impacto es diferente para quién también viene detrás de nosotros”. Esta consideración por el proceso está fuertemente influenciada por ʔiisaak, una de las leyes más importante en la cultura Tla-o-qui-aht. "ʔiisaak ha sido traducido como respeto, pero en realidad se puede describir y traducir de muchas maneras diferentes. Una de las formas más acertadas para traducir ʔiisaak es observar, apreciar y actuar en consecuencia. Cuando somos observadores, no solo miramos con los ojos, escuchamos con los oídos y tomamos datos en una libreta; sino que escuchamos con todo nuestro ser, escuchamos con intuición y con nuestro instinto. Ser un observador, apreciar y actuar en consecuencia; esas tres cosas juntas son la práctica de ʔiisaak. La parte más básica es el respeto por uno mismo”.
Trabajando en varios puntos como facilitadora de inmersión lingüística, coordinadora de clases de idioma Nuučanuł y educadora cultural de la escuela de campo al aire libre, Martin asiste a las escuelas locales para ayudar con el aprendizaje de idioma Nuučaanuł. A través de estos trabajos, ella ha estado expuesta a las mejores y peores prácticas llevadas a cabo para la revitalización del lenguaje: "En algunas conferencias en las que he estado, han hablado sobre escuelas donde los niños aprenden el lenguaje en las computadoras, en un proceso simplemente repetitivo: presionas un botón y aprendes una palabra. Pero no permanece con ellos; no tienen conexión emocional con esa palabra. La palabra simplemente va a su cabeza y se apaga. Mientras que, si se está comiendo una cabeza de pescado con su abuelo, y él pone uno de los ojos en su plato y le dice que también es un medicamento que se llama qasii, lo va a recordar mucho más fácil, y el sentimiento emocional va a surgir”.
Hoy Martin trabaja con jóvenes en la isla de Vancouver para alentar el aprendizaje del idioma y cultural de Nuučaanuł. "Para estimular a los jóvenes a fin de que estén orgullosos de su cultura, debemos contar con ellos e incluirlos", nos dice ella. "Una cosa que quiero decirles es que no se sientan mal. Hemos sobrevivido. Hemos sobrevivido mucho; hemos sobrevivido a un implacable desastre colonial. Si no puedes hablar tu idioma en este momento, o si siente que no puedes entenderlo, o si te sientes tonto porque no sabes lo que el rojo simboliza en nuestra cultura, o por qué una canoa tiene una proa que se parece a eso, o cualquier cosa sobre nuestra cultura que no sepas, nunca te sientas mal. Somos sobrevivientes de una historia increíble y portadores de una historia increíble; tienes toda tu vida para aprender. Simplemente no te rindas y nunca te sientas mal por aprender o por sentir esa necesidad de aprender”.
Para llevar a cabo todos estos esfuerzos, Martin no es la única persona que trabaja para mantener el lenguaje Nuu-cha-nulth y las enseñanzas de las Primeras Naciones de Tla-o-qui-aht. Ella resalta que trabaja junto a los miembros de su comunidad contribuyendo de varias maneras a este movimiento de preservación. "La esposa de mi primo ha educado en el hogar a su hijo y ha trabajado muy duro para hacer una inmersión en la cultura y el idioma Nuučaanuł. Aparte de eso, ella está realizando mucho trabajo en nuestra comunidad y trabajando en la creación de una aplicación para nuestro idioma, algo que es increíble. Hay otras mujeres trabajando en las escuelas con los alumnos/as preescolares, lo que realmente están ayudando con la revitalización del lenguaje. A menudo le digo a la gente, ¡esta es mi universidad! ¡La tierra es mi universidad! Algunos de los ancianos de mi comunidad, e incluso los niños, me han enseñado mucho y me han guiado. Ellos son mis maestros. La tierra en sí es mi universidad, y seguirá siendo así´.