Organizaciones Indígenas y campesinas en Guatemala permanecen en alerta máxima a la audiencia llevada a cabo en el tribunal de apelaciones más alto de Guatemala, y su dictamen final, por las implicaciones que este precedente establecerá en el curso de emisión del pensamiento y libertad de expresión.
El caso gira entorno a la denuncia en contra del defensor de derechos humanos Maya K'iche y coordinador del Comité de Unidad Campesina (CUC) Daniel Pascual, quien es acusado por, difamación, calumnia e injuria por el columnista de derecha y ex militar Ricardo Méndez Ruiz fundador de la “Fundación Contra el Terrorismo” en Guatemala.
Los cargos originales tienen precedentes desde 2013, en dicha ocasión Pascual Hernandez organizaba junto con los floricultores y campesinos de la comunidad de San Juan Sacatepéquez una manifestación en defensa de la tierra frente a la imposición de la planta de fabricación de cemento de la empresa Cementos Progreso. En el que Pascual públicamente se solidarizó con los líderes comunitarios quienes habían recibido amenazas de muerte por las acciones de protesta por parte de funcionarios de la empresa. Méndez Ruiz utilizó el pronunciamiento para incriminarlo, interponiendo una acusación que hasta el momento ha manifestado una serie de irregularidades del debido proceso, caso que lleva más de 7 años conociéndose en las instancias de Justicia.
Al inicio del proceso, a Pascual se le negó la oportunidad de llevar el caso al tribunal de imprenta, correspondiente a casos relacionados a la emisión de pensamiento, establecido en el artículo 35 de la constitución de Guatemala, en referencia a las disputas en materia de libertad de expresión. A la vez, la jueza Carmen Toaspern decidió remitir el caso a la corte criminal argumentando que la constitución de Guatemala expone que la ley determina que la libertad de emisión y expresión de pensamientos deben aplicarse exclusivamente a periodistas; un argumento que seguidamente fue denunciado por el Defensor de Derechos Humanos en Guatemala.
De hecho, el enjuiciamiento por cargos penales cuando son por difamación han sido rechazados por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, quienes han hecho sus recomendaciones para la despenalización en casos de difamación con la intención de respetar en su totalidad los derechos de libertad de expresión como lo reconoce el artículo 19 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, un tratado ratificado por Guatemala desde 1992.
La jurisprudencia en este caso señala que Pascual no puede ser identificado como comunicador a menos que sea formado como periodista - una decisión que apertura una brecha superior afectando la protección de los defensores de derechos humanos, voluntarios de las radios comunitarias, y quienes son la voz de la comunidad pero que pueden carecer de una educación formal como periodistas.
A raíz de este suceso, las organizaciones comunitarias como la Asamblea Social y Popular ASP, La Coordinación y Convergencia Maya Waqib Kej, La vía Campesina Centroamérica y movimiento Alba, han hecho una llamado al respeto a la libertad de emisión y expresión del pensamiento, reiterando su apoyo a Daniel Pascual.
Estas organizaciones de base identifican una sistematización dirigida a la criminalización de defensores de los Derechos Humanos y líderes del movimiento social, quienes no necesariamente tienen como objetivo principal ganar un caso, sino también alertar de la implicación del impedimento que resulta de un proceso penal que lleva varios años desarrollándose, ocasionando un alejamiento a sus acciones de protesta, y en definitiva, intimidando a activistas por la señalización y desacreditación de sus organizaciones, así como de sus luchas. “La criminalización y persecución de la libertad de expresión es un tema alarmante para el resto de los miembros de la CUC” explicó Rafael Gonzáles, coordinador de la oficina legal de la organización.
Cultural Survival se une a las organizaciones de base en Guatemala en hacer un llamado a las autoridades para llevar a cabo un juicio justo y transparente, respetando los principios de la democracia, libertad de expresión, y derechos humanos, con apego a la Ley, especialmente a los defensores de los derechos humanos quienes históricamente han sido criminalizados, y discriminados por el propio sistema de justicia.
Daniel Pascual inició su trabajo de defensa en las comunidades rurales Indígenas y no-Indígenas a la edad de los 13 años, trabajando acorde a los Acuerdos de Paz, apoyando derechos territoriales de los campesinos rurales, defensa contra la criminalización de otros líderes sociales, la seguridad alimentaria y protección del agua, programas de soberanía alimentaria, fue un dirigente que influyó en el rechazo a la ley Monsanto con el que se pretendía privatizar las semilla en Guatemala, además ha apoyado el movimiento de legalizar las radios comunitarias en Guatemala. Pascual ha participado en varias actividades con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés) y con otras instancias del organismo internacional, de la misma manera ha organizado numerosas marchas pacíficas captando la atención a nivel nacional e internacional. Por su trayectoria, fue seleccionado por la cineasta Pamela Yates, como uno de los personajes principales del documental “500 años”, la cual trata sobre los movimientos de Derechos Indígenas en Guatemala.
Durante una audiencia en 2014 Pascual declaró “Yo mismo, me considero como un defensor de derechos humanos, y todos estamos conscientes que hay una perpetua violación económica, cultural, social, y medioambiental en nuestro país. Ante esto, firmemente estoy convencido de que la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoce la libertad de expresión como un derecho universal para todas las personas, así mismo esto es reconocido por el artículo 35 de la República de Guatemala. Por consiguiente, no he hecho nada más que ejercer este derecho a lo largo de estos 20 años.”
Foto: Daniel Pascual entrevistado por Cesar Gomez enfrente del Congreso Nacional de la República, 2012. (por Danielle DeLuca)