Emerson Uýra (Mundu) es un joven artista, científico y educador de ascendencia afro-Indígena de dos Campos, Santarém, en el Amazonas. A través de su personaje estrafalario, Uýra Sodoma, Emerson Uýra difumina las fronteras entre lo humano, lo animal y lo vegetal. Ya sea en las calles de la ciudad amazonense de Manaus, Brasil, o en un espacio estéril de la galería de arte, Uýra hipnotiza al público con su disrupción de las narrativas coloniales de naturaleza salvaje, género y destrucción ambiental. Un artista visual y activista de los derechos humanos, Uýra también es biólogo con maestría en ecología. Tanto en Emerson o en Uýra Sodoma, él insta a la diversidad, los derechos y la justicia racial. Cultural Survival habló recientemente con Uýra.
Cultural Survival: Por favor cuéntanos sobre tu arte.
Emerson Uýra: Yo hablo de la vida en mi trabajo, sobre las violaciones de esas vidas, sobre la belleza, la potencia, las manifestaciones de toda vida, no solo la vida del bosque, sino que también de la humana, la belleza por la que caminamos. Me muevo de la academia, de la investigación científica, y llevo mucho de eso hacia mi práctica artística contando historias naturales sobre animales, plantas, nuestras historias Indígenas, historias sobre nuestra gente desde la periferia, sobre personas LGBTQ2S (lesbianas, gays, bisexuales, trans género, queer, dos espíritus).
Uýra visita pueblos a lo largo del río Amazonas para enseñar a los residentes sobre la importancia de la conservación. Foto de Selma Mai.
CS: ¿Cómo empezaste como Uýra?
EU: Uýra surgió en el 2016 después de un golpe de Estado en Brasil. Estaba viviendo con artistas que estaban protestando (y) comencé a verme a mí mismo como un artista. Desde entonces, he ido adquiriendo una presencia que es un híbrido de animal y planta. Me adorno a mí mismo con hojas, ramas, semillas, todo es parte de nosotros, porque también somos naturaleza. Invito a estos elementos del bosque a unirse a mi cuerpo, y así es como tenemos a Uýra; esta presencia en esta entidad de planta y carne animal. Me gusta ver a Uýra como un árbol que camina dentro de las cosmovisiones dentro de la forma en que vienen los Pueblos Indígenas de muchos lugares; de ahí vienen las transformaciones. Dentro de estas visiones transformamos muchas cosas en animales y los animales se convierten en personas. Un árbol que camina rompe el imaginario occidental, eurocéntrico y colonial que concibe a los árboles como organismos inmóviles y estacionarios. Al convertirse en Uýra, estos derechos de los árboles que caminan son como los cuerpos Indígenas, que siempre nos han movilizado y movido independientemente del colonialismo.
CS: ¿La gente reacciona diferente a tus presentaciones dependiendo del espacio?
EU: La gente queda encantada o repudiada, hay muchas sensaciones. La multitud de reacciones está bien, e incluso importantes para mí. La gente en la calle reacciona de muchas maneras; esto es parte de “ser humano”. Es diferente de la reacción dentro de las galerías de arte en donde la gente está muy pulida y las reacciones están muy controladas. Prefiero la reacción en la calle.
Uýra, "Mil Quase Mortos (Boiuna) / Mil casi muertos". Vestida con un traje hecho completamente de materiales naturales, Uýra se encuentra frente a un río contaminado por desechos plásticos como telón de fondo. Foto de Matheus Belém.
CS: Por favor describe una de tus presentaciones más memorables.
EU: Yo realizo actuaciones fotográficas, así que voy con un fotógrafo al sitio elegido. Por ejemplo, la ciudad de Manaus en donde vivo, me ubico a mí mismo y recibo a Uýra en mi cuerpo y entonces poso, interactúo con este ambiente, todo eso es fotografiado. He estado haciendo actuaciones fotográficas desde el 2017 y he experimentado muchos momentos interesantes porque usualmente son en lugares abiertos en donde gente de todos los géneros, edad, razas y clases pasan y reaccionan. Un momento destacado fue en el 2019, cuando me convertí en una serpiente con una cola de 10 metros, fue la serpiente Boiuna, la cual es cercana a la madre de las serpientes aquí en el Amazonas, me convertí en Boiuna ahí en un arroyo en Manaus. El arroyo estaba contaminado, lleno de basura, y un puente pasaba de un lado al otro sobre ese arroyo. Cientos y cientos de personas pasaron en ese puente durante esa tarde y yo estaba ahí, tirado en la basura, y eso fue realmente interesante, porque la gente reaccionó mucho, tomaron muchas fotos y videos. Hubo gente que maldijo, otros que me elogiaron, que empezaron a hablar del estado del arroyo. En una o dos horas de la actuación fotográfica encontré que el arroyo había recibido más atención de la que había recibido en mucho tiempo. Hay cosas que son aceptadas como naturales, lo cual es una desgracia invisible, y fue interesante alentar esta movilización, esta conversación, esta reacción de la gente hacia el espacio.
CS: ¿Por qué disfrutas del arte escénico, específicamente?
EU: Simplemente sucede. Cada niño nace como un actor, las madres me dicen que los niños ya usan su cuerpo para contar historias. Este es un arte escénico. Desde la niñez solía pegar cosas en mi rostro; tomaba una pequeña hoja para ver cómo encajaba con mi cuerpo, era como un tipo de espíritu diciendo: “tú también eres una hoja ¿eh? También somos bosque”. Me gusta mucho vivir y nadar a través de este manifiesto de la expresión que usa el cuerpo. Es algo que he llegado a entender todos los días como un poder que existe no solo en los mundos Indígenas, sino que también en los no Indígenas, como una herramienta para el diálogo, incluyendo la comunicación entre estos mundos diferentes. Me transformo en Uýra para transitar. Transformación para comunicar.
CS: ¿Cómo es tu arte una práctica descolonizadora?
EU: Me muevo con una perspectiva anticolonial. Desde que recojo hojas para poner en mi cara, afirmo que también somos naturaleza. La perspectiva occidental eurocéntrica ha hecho por mucho tiempo un punto de separación de la naturaleza y la cultura, para nosotros los Pueblos Indígenas, la naturaleza y cultura son la misma cosa, somos naturaleza con cultura. Tenemos cultura y nuestra cultura es el bosque, un bosque vivo. No hay distinción entre nosotros. Las cosas están vivas, son hermanas, todas son hijas de la misma abuela. Reclamo ese lugar también, de una manera híbrida, no humana, no antropocéntrica. Así que hay muchos manifiestos directos anticoloniales presentes en mi trabajo. Y cada día aprendo a hacer esto mejor.
CS: ¿Cuál es la relación entre tu trabajo como científico y el conocimiento Indígena de ecología y conservación?
EU: Soy un ambientalista, ya sea por medio de la academia o como una persona Indígena. Quiero que el bosque se mantenga. Ningún futuro es posible sin el Amazonas. Pasé seis años investigando y publicando artículos científicos internacionales en revistas importantes alrededor del mundo, siempre guiado por el conocimiento que ya tenía sobre el bosque antes de la academia, sobre las licencias espirituales que se necesitan aplicar para poder entrar al bosque. Decidí tomar un descanso de la academia precisamente porque estaba cansado de ser un investigador y ver a un animal como un objeto, el animal es mi familiar. Si quiere decirme algo, me lo dirá, y si no quiere, no lo dirá.
CS: ¿Qué dificultades has encontrado como artista y como persona Indígena en Brasil?
EU: El sistema de arte en Brasil aún tiene una perspectiva muy europea; una visión muy minimalista y bien sanitizada del arte, no del arte popular. Soy una persona Indígena, no binaria de la periferia, y en lo que hago, no hay nada minimalista. Es exageración, es cultura popular. Entrar a este espacio de esta alta cultura -espacios institucionales- solo sucede porque hay un curador u otro, o un proyecto que está tratando de salir de estas cajas. Entonces eso facilita nuestro dialogo y simplemente construyo a partir de ello.
Como nunca antes, el arte contemporáneo Indígena en Brasil es muy relevante y tiene más y más visibilidad en términos de comunicación entre mundos. Muchos artistas contemporáneos Indígenas en Brasil vienen trabajando como un colectivo para construir algo importante para revisar años de ciencia moderna que hablaba de nosotros sin nosotros. Soy uno de esos artistas que fue impulsado por este movimiento, realizado como una misión política, artística y espiritual para ocupar estos espacios con nuestras narrativas Indígenas, las cuales son importantes para que el mundo las escuche. Lo que esperamos para hoy en día es la caída del presidente Jair Bolsonaro en Brasil, y que pasará pronto porque él ya ha asesinado a mucha de nuestra gente en Brasil. Más de 500,000 personas han muerto por COVID. Estamos listos para la caída de este neo-nazismo que existe en Brasil el día de hoy, lo cual afecta directamente la vida no solo de Pueblos Indígenas, sino que de la población completa.
Ahora mismo, nosotros en Brasil, nos estamos moviendo ante una serie de proyectos de ley que anulan los derechos que los Pueblos Indígenas han ganado, puesto que son insuficientes. Sólo a partir de 1988, cuando se promulgó la Constitución Federal en Brasil, los Indígenas se convirtieron en ciudadanos brasileños legales. Y sólo a partir de 1991 la palabra "Indígena" se introdujo en los censos demográficos, hasta entonces, el Estado se empeñaba en confundir y disfrazar la identidad de muchos parientes. Ahora, en 2021, hay un proyecto que empeorará nuestros derechos, el PL 490, que eliminará la demarcación de las tierras Indígenas, ese es uno de los golpes más vergonzosos que este Estado ha vuelto a hacer contra los Pueblos Indígenas.
Aun así, quiero enfatizar la importancia de la esperanza. Es importante que entendamos que el colonialismo no ha terminado, y con estas políticas de desgracia continúan reinando. Los Pueblos Indígenas, la gente negra, la gente trans, la comunidad LGBTQ2S, y la gente de diferentes etnias de toda la periferia que pertenece a los movimientos sociales, o los maestros, hemos estado aquí por mucho tiempo, no nos rendiremos. Tengo esperanza en el sistema basado en el arte, porque hay varios movimientos hoy en día que se están identificando como anticolonialistas, como antisistema, para que podamos caminar hacia un mejor futuro, un futuro que no sea tan elitista, tan homofóbico, tan racista. Porque es así, todavía lo somos, pero tenemos caminos de esperanza.
Foto superior: Usando solo materiales naturales recolectados localmente y de manera sostenible, puede llevar varias horas diseñar la ropa de Uýra. Foto de Lisa Hermes.