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Vía perimetral paso por Mocondino: ¿desarrollo para el territorio?

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Por Fabio Gilberto Naspirán Jojoa (Quillasinga)


Después de nueve años de haber entrado en funcionamiento la vía perimetral en su paso por Mocondino, quedan muchas preguntas por resolver. Cuando los constructores de esa gran carretera socializaron por primera vez ese proyecto, hablaban de una vía que traería mucho “desarrollo” y las personas que visitaban nuestro territorio a nombre del gobierno se pronunciaban en ese mismo discurso.

La comunidad Indígena que habita el sector exigía que se cumpliera con la respectiva consulta previa, que está consagrada en la constitución colombiana mediante la ley 21 de 1991 y que incorpora al bloque de constitucionalidad el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Fue una lucha dura de mucha resistencia”, dice Silvio Naspirán, gobernador Indígena de la comunidad de Mocondino. 

Tras darse cuenta de que la comunidad Indígena no estaba en el registro de comunidades Indígenas del Ministerio del Interior colombiano  (a pesar de que la historia la reconoce), los constructores y los gobernantes de turno decidieron construir la carretera con el apoyo de la fuerza pública, como la policía y el escuadrón antidisturbios; es decir, se construyó a la fuerza ante la oposición de la comunidad Indígena.

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En tal empeño, cortaron de forma definitiva el camino ancestral al tanque, que en la antigüedad era una de las vías de comunicación más importantes entre el departamento de Nariño (al cual pertenecemos) y el vecino departamento del Putumayo. En ese momento, dicha vía era la única que comunicaba Mocondino Alto con la ciudad de Pasto y el resto del territorio De esta manera, dejaron incomunicadas a treinta familias de Mocondino alto que obtienen su sustento de actividades agrícolas.

El daño fue enorme, pues se dejó en precarias condiciones el acueducto comunitario de Mocondino. Anteriormente, el tubo pasaba por el camino, abasteciendo a las comunidades de Mocondino, Puerres y Canchala; después de la construcción de esa carretera, quedó colgado con unos cables de acero. Esa semi reparación, llamada “cercha”, se cayó el 4 de septiembre de 2020 y afectó todo el sistema del acueducto. Como la cercha quedó en el piso y bloqueó la vía perimetral, el Instituto Nacional de Vías (INVÍAS) despejó la carretera y dejó colgado con unos cables el tubo del acueducto, según ellos, de forma temporal (seis meses), hasta que se encontrara la solución definitiva. Pasaron los seis meses de plazo y el tubo colgado sigue ahí.

“El balance es negativo, esa carretera no nos beneficia en nada. Desde el 2013 hasta hoy, en esa carretera han muerto en accidentes de tránsito siete personas originarias de Mocondino y mucha gente desconocida. También han muerto gran cantidad de animales: caballos, vacas, perritos. Esa carretera está bañada en sangre y les sirve a los habitantes de la ciudad de Pasto porque ya no ven pasar carros de carga por sus calles; ahora pasan por nuestro territorio y contaminan con ruido, humo, gases, malos olores. La carga que traen esos grandes vehículos pasa por aquí en el territorio, nada se queda”, dice Naspirán con tristeza. “Cortaron nuestro territorio y físicamente nos dividieron a los de arriba y a los de abajo, contaminan nuestra cultura y desalojaron a muchos de nuestros espíritus de su hábitat natural”, se lamenta.

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Por otra parte, Gabriela Jojoa, habitante del territorio de Mocondino y miembro de la comunidad Indigena, comentó: “Desarrollo sí ha habido… para la delincuencia. Cuando no existía esa vía, uno oía hablar de robos y atracos a mano armada, pero en las noticias. Hoy se vive de cerca, entran y salen delincuentes a hacer sus fechorías y nadie ha podido hacer nada. Así mismo, la gente que pasa en carros, en muchos casos, pasa botando bolsas de basura allí debajo del puente de lata, también vienen a botar animalitos, sobre todo perritos. El urbanismo nos asedia, nuestra ruralidad desaparece poco a poco y con el incremento urbanístico va desapareciendo nuestra cultura”, afirmó la habitante de este lugar.

Por su parte, Elena Pinza, otra persona que habita en el sector dijo: “No se ven muchos beneficios pero sí hay mucho prejuicio, el puente peatonal que construyeron no lo usa nadie, pues es guarida de ladrones. Si bien mucha gente que habita aquí en Mocondino y tiene vehículos usa la vía para entrar y salir de Mocondino, los originarios del territorio no han encontrado las ventajas de la construcción de esta vía, por muchos llamada “de desarrollo”.

--Fabio Gilberto Naspirán Jojoa (Quillasinga) es un Sabedor comunidad Indígena de los Mocondinos.