La historia de los Pueblos Maskoke es, como la de todos los Pueblos Indígenas de la Isla Tortuga, una historia de despojo, asimilación cultural y violaciones de tratados. Obligados a abandonar sus tierras natales por las políticas de expulsión impuestas por el gobierno, el pueblo Maskoke fue desplazado de sus territorios en 1836. Solo en 2018 una pequeña comunidad del pueblo Maskoke finalmente rematrió algunas de estas tierras ancestrales y volvió a vivir una vez más en lo que hoy se llama Alabama. Ekvn-Yefolecv, un término que encarna el significado de "volver a la Tierra/volver a las tierras natales", es una comunidad ecoaldeana que se encuentra en 6.834 acres y fue creada con el propósito de sostenibilidad lingüística, cultural y ecológica. Solo quedan unas pocas personas Maskoke que hablan su idioma, por lo que una parte importante de los esfuerzos de la comunidad se dirigen hacia la revitalización del idioma a través de la inmersión, en la que los niños se crían exclusivamente en el idioma Maskoke, con su plan de estudios centrado en el conocimiento agrícola y ecológico tradicional. Sus esfuerzos han demostrado ser exitosos, ya que ahora son el hogar de los únicos niños Maskoke que hablan con fluidez en el planeta.
La soberanía alimentaria, incluida la descolonización y la reindigenización de sus dietas, es un componente importante de su vida cotidiana; con demasiada frecuencia, los ancianos Maskoke mueren prematuramente de enfermedades crónicas, llevándose consigo su idioma y conocimientos ancestrales. Volver a una dieta más tradicional es crucial para garantizar mejores condiciones de salud para la ecoaldea. Con el apoyo del Fondo Guardianes de la Tierra, los residentes se embarcaron en un proyecto para reintroducir elementos importantes de la dieta tradicional. El esturión del lago, sagrado para el pueblo Maskoke, fue llevado a la extinción en los arroyos de Alabama en la década de 1950 por una combinación de factores, incluida la construcción de presas hidroeléctricas y la eliminación deliberada por parte de los colonos. La comunidad construyó una instalación acuícola, luego viajó a las tierras natales de los Anishinaabe en Ontario, Canadá, para desovar los peces, devolver los embriones a las tierras natales de los Maskoke, incubarlos, cultivarlos y, con el tiempo, reintroducir los alevines de esturión en la cuenca. Recientemente ampliaron las instalaciones acuícolas de la comunidad, creando espacio para otras especies de esturión en peligro de extinción que también son nativas de la biorregión. Los residentes capturan los desechos de los peces de las instalaciones y los desvían a su invernadero para mejorar la densidad de nutrientes en las verduras que cultivan para el consumo comunitario.
Los cofundadores Tawna Little y Marcus Briggs-Cloud sostienen que debido a que los pueblos Maskoke son una sociedad tradicionalmente agraria, sus formas de vida contemporáneas diarias deben fijarse en la agricultura regenerativa si su idioma va a sobrevivir. Briggs-Cloud, que nunca ha hablado una palabra de inglés con sus hijos y a los hijos de Little desde que nacieron, dice: "Tuvimos que crear intencionalmente un espacio donde podemos vivir todos los días en nuestro idioma. Es una realidad bastante simple comprender que si nuestras actividades diarias no se realizan en nuestro idioma que ya es frágil, inevitablemente morirá". Briggs-Cloud también habla sobre las conexiones entre el lenguaje y la reindigenización: "Nuestro léxico tradicional se presta inherentemente a conversaciones que involucran el conocimiento ecológico, cosmológico, agrícola, astronómico, ceremonial y otras formas tradicionales de conocimiento. Por lo tanto, en lugar de cambiar nuestro lenguaje para adaptarnos a las realidades ambientalmente de abuso de la ideología capitalista industrial de asentamiento colonial, necesitábamos cambiar la forma en que vivimos recreando una sociedad en donde antes, nuestro lenguaje funcionaba mejor; una sociedad basada en formas de vida ecológicamente regenerativas.
Entre sus compromisos con la agricultura regenerativa se encuentra el regreso del bisonte al paisaje de de Ekvn-Yefolecv, así como de las razas de ganado en peligro crítico de extinción como los cerdos de indias americanos, las cabras de la isla de San Clemente, las ovejas de la costa del Golfo y varias razas de pollos patrimoniales. Los residentes de la ecoaldea crean activamente silvopastoreo (árboles, forraje y animales que coexisten en la misma tierra) principalmente para el secuestro de carbono, en el que implementan la técnica de manejo holístico de pastoreo rotativo intensivo para mejorar la salud del suelo.
La restauración de los pastizales del sureste para la proliferación de plantas perennes nativas también son una prioridad. Este esfuerzo de diversificación de especies proporciona un policultivo de forraje en el pasto que mejora la proporción de omega en un radio de 3:6 y la riqueza de fitonutrientes de los rumiantes, proporcionando comidas nutritivas para los residentes de la ecoaldea después de la cosecha de esos animales. Después de convertirse en residentes, adherirse a la dieta de la comunidad ha llevado a varias personas a perder cantidades significativas de peso y recuperar su movilidad. Otros han puesto fin a la dependencia de los medicamentos farmacéuticos recetados anteriormente, como los antidepresivos y la insulina para la diabetes.
La reintroducción de especies en peligro de extinción en el ecosistema por parte de la ecoaldea ha sido de profunda importancia espiritual. Marilyn Cloud Dunson, anciana ekvn-yefolecv y hablante de la lengua Maskoke, resume muy bien la importancia de estas actividades: "Oketv tat hiyowat, vcakēt owēpēkv, ponvttv, vpēukv, omvlkv fullicēyat vcayēcēt ponvttv vhonvpsvkvhanat svhēcēt, hompetv tis sēcvfeknickv ohfvccvn hompetv honticēt vpoket owēs. Nak-omvlkv pun somēcēkon kowēyat ohfvccvn nettv-setētayen vototketv sohfvcficēyat estē-catē em oponvkv setemponahoyēt vpokēt owēs." (Este es un tiempo muy sagrado. Cuidamos de estos animales para que puedan ser restaurados. Nos hacen saludables, así como los alimentos que cultivamos. Estamos aquí para que todas estas cosas no perezcan, incluyendo nuestro idioma que hablamos todos los días mientras cumplimos con esta obra).
La comunidad exige un entorno construido de forma no tóxica y ecológicamente regenerativo que incluya estructuras de madera de árboles cosechados en el lugar, la realización de ceremonias para obtener el consentimiento de cada árbol antes de la cosecha, la tala y el fresado de los árboles para evitar la energía asociada con la importación de madera desde afuera del sitio; así como la carpintería de mortaja y espiga con maderas verdes para evitar un proceso de secado de madera que consume mucha energía para este tipo de alternativas. Se han instalado balas de paja de trigo y sistemas de paredes de cáñamo, y luego se han aplicado revoques a base de arcilla a las paredes y pisos.
Otras características del entorno construido incluyen varias cisternas de captación de lluvia de 20,000 galones, biodigestores anaeróbicos que combinan estiércol humano y de animales junto con restos de comida, con el fin de generar combustible de metano para cocinar. Así mismo, se incluyen calentadores de cohete de masa de carbono neto negativo y techos vivos que se riegan para reducir las temperaturas dentro de los edificios durante los meses calurosos y una serie de otros sistemas regenerativos integrados de baja tecnología. Ekvn-Yefolecv está situado en un ecosistema adaptado al fuego. En asociación con The Nature Conservancy, han quemado 2,500 acres de su ecoaldea en los últimos cuatro años para la restauración del ecosistema de pino montano de hoja larga en peligro crítico de extinción, el cual alberga al pájaro carpintero de cresta roja con un significado cultural y que está además en peligro de extinción.
Ekvn-Yefolecv es una comunidad de ingresos compartidos, lo que significa que todos los residentes de la comunidad trabajan diariamente en toda la ecoaldea a cambio de comida, alojamiento y un estipendio mensual de 400 dólares. Little dice: "Anteriormente asociaba esta forma de vida de ecoaldea con ser pobre, pues es la forma en que crecí. Me prometí a mí misma que saldría de la pobreza, y aquí estoy usando inodoros de compostaje y viviendo con 400 dólares al mes. Con el tiempo me di cuenta de que al tener el privilegio de trabajar directamente con la tierra todos los días, no soy pobre, y que tengo la libertad de elegir vivir en una relación correcta con ella. Mantenemos la tierra en común y nos comprometemos a vivir con sencillez en reconocimiento de que la acumulación de dinero está ligada al abuso de la tierra y la explotación de los cuerpos humanos en todo el mundo".
Ekvn-Yefolecv continúa trabajando para construir una comunidad lingüística, cultural y ecológicamente resiliente para que la hereden las generaciones futuras. Kvlpv Jeter dice: "Nos sentimos honrados de ser socios del Fondo Guardianes de la Tierra de Cultural Survival, especialmente porque el propio nombre del fondo encapsula todo lo que representamos en nuestra ecoaldea. Se siente muy bien que nos vean y nos apoyen en nuestros esfuerzos por ser buenos administradores de nuestras tierras Indígenas Maskoke".
En 2020 y 2023, Ekvn-Yefolecv recibió una subvención del Fondo Guardianes de la Tierra (KOEF) para apoyar su trabajo. KOEF es un fondo dentro de Cultural Survival liderado por Indígenas, diseñado para apoyar los proyectos de defensa y desarrollo comunitario de los Pueblos Indígenas. Desde 2017, KOEF ha financiado 310 proyectos en 41 países a través de pequeñas subvenciones por un total de 1.603.307 dólares.