
Por Dev Kumar Sunuwar (Koĩts-Sunuwar, Equipo de CS)
En Tanzania, los Masái, uno de los Pueblos Indígenas más icónicos de África, luchan incansablemente para proteger sus tierras ancestrales, herencia cultural y sus formas de vida. A pesar de haber atravesado desafíos como desalojo forzado, la degradación del medio ambiente y marginalización sistemática, usualmente justificada bajo el pretexto de la conservación y el desarrollo turístico, todavía hay esperanza de diálogo y soluciones constructivas.
Tanzania es hogar de aproximadamente 130 grupos étnicos diversos, incluyendo a los Masái, Hadzabe, Barabaig y Akeiye, que se identifican como Pueblos Indígenas. Si bien el país ha respaldado la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), no provee reconocimiento legal específico para las identidades Indígenas. Esta importante brecha en la protección jurídica socava la profunda conexión de estas comunidades con su tierra, su identidad y su cultura tradicional.
En febrero de 2025, mis colegas Rosy Sul Gonzáles (Maya Kaqchikel) y Nati Garcia (Maya Mam) de Cultural Survival y yo tuvimos la oportunidad de visitar Tanzania. Durante nuestra visita, observamos la situación de los Pueblos Indígenas e interactuamos con ellos sobre el terreno. Fuimos testigos de una poderosa historia de resiliencia, resistencia y una urgente necesidad de justicia.
Foto por Mathias Tooko.
Crisis de la tierra: desalojos bajo el pretexto de la conservación
Las tierras ancestrales de los Masai, localizadas en algunas de las regiones más fértiles y biodiversas de Tanzania, sirven como medios de subsistencia y como fundamento de su identidad cultural y espiritual. Sin embargo, estas tierras enfrentan amenazas cada vez mayores debido a la “conservación fortaleza excluyente”, un modelo que prioriza la protección de la vida silvestre y la biodiversidad por sobre los derechos humanos, lo que a menudo conduce al desalojo de comunidades locales e Indígenas.
La conservación en fortaleza, un modelo colonial, ha demostrado ser ineficaz en África. Esto ha llevado a la expulsión de los pueblos locales e Indígenas de sus tierras, y a la construcción de vallas para bloquear el acceso. Los activistas de los derechos de los Indígenas masái y los defensores de los derechos humanos trabajan incansablemente para resistir estos desalojos. Como dijo un activista: “La biodiversidad de esta tierra existe porque los masái la han preservado y conservado durante generaciones. Expulsarlos con el pretexto de la conservación es una contradicción”.
Sin embargo, su activismo tiene un costo personal significativo. Muchos activistas han sido arrestados varias veces por defender los derechos territoriales de los Masái y, debido a la presión del gobierno, se han visto obligados a exiliarse en países vecinos. Hay numerosos casos de desapariciones, intimidación y amenazas a los que se enfrentan estos defensores. Durante nuestra visita, los activistas compartieron sus experiencias y múltiples casos de tales violaciones, destacando los riesgos de defender los derechos Indígenas en Tanzania. Eligieron permanecer en el anonimato, ya que es evidente que el gobierno está tomando medidas enérgicas contra sus críticos, incluida la prensa y la sociedad civil, especialmente con las elecciones generales en Tanzania previstas para octubre de 2025.
Durante nuestra visita, nos reunimos con varias organizaciones de la sociedad civil, desde niveles locales hasta nacionales, formando una coalición crítica y dedicada para sensibilizar sobre los derechos de las comunidades Indígenas, abogar por su reconocimiento legal y documentar las violaciones de derechos territoriales.
Más que nunca, las organizaciones de la sociedad civil deben abogar activamente por los derechos de los Pueblos Indígenas, nacional e internacionalmente. También hay una necesidad urgente de fortalecer la capacidad de los miembros de las comunidades mediante capacitaciones en temas legales y derechos humanos, equipándolos para documentar y reportar invasiones de tierras. Vimos comunidades usando cámaras y GPS para mapear con precisión las áreas donde ocurren violaciones de tierras. Esta información es crucial para sensibilizar y movilizar apoyo local e internacional.
También hay casos donde las coaliciones de organizaciones de la sociedad civil han sido fundamentales en la lucha contra las apropiaciones de tierras de alto perfil. Estas organizaciones consolidaron su defensa y contactaron a diferentes Relatores Especiales de la ONU para expresar sus preocupaciones y demandas al gobierno tanzano y al Banco Mundial. En enero de 2025, el Banco Mundial detuvo el financiamiento de un proyecto de reforestación en el sur de Tanzania. Este proyecto habría expandido el Parque Nacional Ruaha, lo que habría resultado en el desalojo de 44 aldeas Indígenas y el desplazamiento de más de 84,000 personas.
En 2024, las organizaciones de la sociedad civil unieron a los Masái que viven cerca del Cráter de Ngorongoro y Serengeti para protestar contra la desregistro de 25 aldeas en el Cráter de Ngorongoro y Serengeti, lo que llevó al gobierno a revertir su decisión. El 2 de agosto de 2024, el Tribunal Superior de Arusha ordenó suspender nuevos desalojos. Estos son solo algunos ejemplos de los muchos movimientos emprendidos por las organizaciones de la sociedad civil que han revertido decisiones gubernamentales relacionadas con la apropiación de tierras de los Pueblos Indígenas. Un ejemplo es la paralización de un proyecto que habría anexado más del 70 por ciento de las tierras Masái en el Área de Conservación Ngorongoro (ACN) de la región de Arusha, un Sitio de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La lucha de los Masái en contra de los desalojos ha ganado atención internacional, en parte gracias a la Alianza Internacional de Solidaridad Masái (Maasai International Solidarity Alliance-MISA), una coalición de organizaciones en el exttrangero que abogan por los derechos de los Masái.Los esfuerzos de MISA han sido fundamentales en la defensa internacional, lo que ha llevado a resoluciones del Parlamento Europeo condenando los desalojos y presionando al gobierno tanzano para que detenga sus acciones.
La defensa internacional ha sido crucial para lograr victorias clave, como la paralización de los desalojos y ha traído mayor visibilidad a la lucha de los Masái. Sin embargo, no se ha dado lugar a un reconocimiento legal de sus derechos. No obstante, la defensa internacional tiene peso cuando las Naciones Unidas o el Parlamento de la Unión Europea le dicen al gobierno tanzano que se detenga.
En un desarrollo significativo, la presidenta de Tanzania Samia Suluhu Hassan se reunió recientemente con 150 líderes Masái y miembros de la comunidad de Ngorongoro, Loliondo y Sale en la Casa Estatal de Arusha el 1 de diciembre de 2024. Reconoció las violaciones pasadas de derechos humanos y prometió establecer dos grupos de trabajo para abordar las disputas territoriales en el distrito norte de Ngorongoro, famoso por su fauna. También ordenó a sus generales que detuvieran los desalojos inmediatamente. Esta es una situación ganadora para el gobierno, los inversionistas y la comunidad.
Foto por Dev Kumar Sunuwar.
Turismo: Una Doble Espada de Doble Filo
El turismo es una piedra angular en la economía de Tanzania, contribuye significativamente al Producto Interno Bruto (PIB) del país. Sin embargo, para los Masái, el turismo se ha convertido en una espada de doble filo. Muchos de los parques nacionales más famosos de Tanzania, áreas de vida silvestre y conservación, incluidos el Serengeti, el Cráter de Ngorongoro y Tarangire, están ubicados en tierras tradicionales masái. Si bien estos parques atraen a millones de turistas cada año, los masái ven pocos de los beneficios económicos.
El turismo aporta tanto dinero a los países pobres como la ayuda gubernamental, lo que lo convierte en un sector crucial para un país africano como Tanzania, con sus vastos recursos naturales, culturales y biodiversos. Sin embargo, el turismo ha alimentado los conflictos entre los Pueblos Indígenas y el gobierno. Las ganancias económicas generadas no están llegando a los bolsillos de los masái, a pesar de que casi el 70 por ciento de los destinos turísticos se encuentran en tierras y territorios de los Pueblos Indígenas masái.
La mayoría de las compañías de safari, lodges y alojamientos de lujo son propiedad y están operadas por tanzanos no masái o empresas privadas extranjeras. Como resultado, las comunidades Masái no se benefician de las ganancias económicas generadas en sus tierras bajo el pretexto de la industria turística y los parques nacionales.
En 2022 el gobierno de Tanzania demarcó 1,500 kilómetros cuadrados de tierra en el este de Serengeti, una zona de pastoreo crítica para los masái, y las entregó a empresas extranjeras de caza y fotografía. Estos movimientos provocaron indignación y protestas de la comunidad Masái, que consideraba la tierra como su hogar ancestral. El gobierno afirma que esta tierra está sin descubrir y deshabitada, pero es el hogar de los pastizales Masái, sus tierras y territorios.
La industria del turismo ha minimizado la presencia y representación de los Masái en la toma de decisiones sobre conservación y turismo. Debido a que los Masái no son dueños de alojamientos ni compañías de tours, son excluidos de la toma de decisiones. Así, exigen un turismo inclusivo, ético y responsable que empodera y apoya a la comunidad Masái. La cultura Masái de Tanzania es uno de los puntos más fuertes de la industria turística. La imagen de los guerreros masái, adornados con sus distintivos shukas rojos y complejas joyas, se utiliza con frecuencia para comercializar Tanzania como un destino exótico y culturalmente rico.
Algunas buenas iniciativas también se han emprendido para promover un turismo responsable en Tanzania. Naona Maasai Tour es un buen ejemplo. “Nuestro objetivo es que nuestros huéspedes puedan conocer Tanzania y la cultura Indígena masái, así como su forma de vida de cerca. Pueden ser testigos de las tradiciones Masái, visitar aldeas Masái e involucrarse en intercambios culturales. También nos aseguramos de que el pueblo masái se beneficie de la riqueza generada por la industria turística,” dijo Shengena Killel, fundador y director de Naona Maasai Tours Ltd. Él es un hijo Masái nacido y residente en Loliondo, en el norte de Tanzania. Es un guía profesional de safaris, conservacionista y activista de la cultura Masái.
Foto por Mathias Tooko.
Conexión Espiritual y Cultural con la Tierra
Para los Masái, la tierra es más que un recurso económico: es una línea de vida espiritual y cultural. “La tierra tiene una conexión espiritual para nosotros. Aquí es donde se encuentran nuestras áreas de oración, cementerios y medicinas tradicionales”, compartió Metui Oletipap, un anciano Masái de 65 años, durante nuestra visita, añadiendo además, “Cuando se aleja a los Masái de su tierra, no solo se les está matando su sustento, sino que también se les está negando sus derechos culturales y el derecho a vivir con dignidad.”
El pastoreo, la forma tradicional de vida de los Masái, depende de grandes extensiones de tierra para el pastoreo rotativo. Los desalojos interrumpen esta práctica, amenazando tanto su estabilidad económica como su patrimonio cultural. Metui Oletipap, un anciano masái, señaló: “No se puede hablar de empoderamiento económico de la mujer cuando una mujer es desalojada de su tierra; no sabe cómo hacer negocios en un lugar nuevo.”
El cambio climático ha exacerbado aún más las luchas de las comunidades Masái, provocando sequías prolongadas, agotamiento de los recursos hídricos y la invasión de especies en los pastizales. En respuesta, el Consejo de Mujeres Pastorales (PWC), una organización de membresía tanzana, ha hecho un trabajo encomiable apoyando al gobierno y llevando sus compromisos sobre el cambio climático a las bases. A través de varias intervenciones, el PWC llega anualmente a más de 25,000 mujeres y niñas pastoras y agro-pastoras (principalmente de las comunidades Masái y Sonjo). Tiene 7,000 miembros en los distritos de Ngorongoro, Longido y Monduli.
El PWC ha desarrollado innovadores Planes de Acción Comunitarios de Cambio Climático (CAP) a nivel de aldeas, empoderando a las comunidades para desarrollar y crear planes de adaptación al cambio climático contextualizados y recaudar fondos para sus estrategias de adaptación. “Hemos facilitado 42 planes a nivel de aldeas, los cuales han sido adoptados por los gobiernos distritales”, dijo Ruth Kihiu-Mollel, Jefa de Programas del PWC. Este enfoque de base le valió al PWC un premio en la reunión de la Conferencia de las Partes (COP) 28 en Dubái en 2023, destacando la importancia de localizar las soluciones climáticas.
El Conocimiento Indígena es crucial para la adaptación al cambio climático. Durante nuestra visita, se hizo evidente que las mujeres Masái poseen una gran riqueza de conocimiento, especialmente en medicina tradicional, manejo ambiental y reducción del riesgo de desastres. Este conocimiento, transmitido de generación en generación, es vital para adaptarse al cambio climático y garantizar el uso sostenible de los recursos naturales. Sin embargo, este conocimiento a menudo es pasado por alto o no se valora.
“Las mujeres en la comunidad Indígena Masái saben mucho sobre diferentes cosas, desde abordar desafíos de salud hasta desastres naturales”, dijo Nailejileji Tipap (masái), Fundadora y Directora de Asuntos de Desarrollo de Mujeres Indígenas en Tanzania. “Pero está menos documentado.”
Asuntos de Desarrollo de Mujeres Indígenas está trabajando para documentar y promover el conocimiento Indígena, particularmente el que poseen las mujeres. Usan los medios de comunicación y las redes sociales para mostrar este conocimiento y abogar por su reconocimiento e integración en las iniciativas de desarrollo y conservación. De manera similar, abogan activamente por sus derechos y sensibilizan sobre sus desafíos, abordando problemas como la mutilación genital femenina, el acceso a la tierra y al liderazgo, y la documentación del conocimiento Indígena.
“Documentamos este conocimiento, usamos los medios de comunicación para mostrarlo y usamos las redes sociales para difundir todo lo que estamos diciendo”, dijo Nailejileji Tipap. “También establecemos redes con otras organizaciones y las ayudamos a entender la importancia y los roles de las mujeres y su responsabilidad en diferentes ámbitos.”
Fotot por Dev Kumar Sunuwar.
Libertad de Prensa Bajo Amenazas: Navegando por la Censura Mediática
Durante nuestra visita, también se hizo evidente que abogar abogar por los derechos de los Pueblos Indígenas en Tanzania es un desafío debido al reducido espacio cívico y la censura mediática. Es difícil hablar de los derechos de los Pueblos Indígenas en Tanzania en este momento, ya que los medios de comunicación están en gran parte cerrados a discutir estos temas debido a la intimidación y el acoso. Esta censura, junto con los esfuerzos continuos del gobierno para despojar a las comunidades indígenas de sus tierras, ha provocado la creación de iniciativas mediáticas innovadoras.
Como dice el refrán: “Hay un destello de luz en cada nube gris.” En 2017, los periodistas tanzanos formaron la Iniciativa Mediática para las Comunidades Indígenas y Pastoriles (MAIPAC), una coalición de 64 periodistas en activo para empoderar a los grupos marginados a través de herramientas de comunicación y medios. MAIPAC tiene como objetivo amplificar las voces de las comunidades indígenas, promover sus derechos y abordar los desafíos que enfrentan, incluidas las violaciones de derechos territoriales, la degradación ambiental y prácticas culturales perjudiciales como la Mutilación Genital Femenina (MGF) y los matrimonios forzados de niñas.
“Educamos a las comunidades indígenas de los Masái, Hadzabe y otras comunidades marginadas para detener la MGF y los matrimonios forzados de niñas”, dijo Mussa Juma Siwayombe, Director Ejecutivo de MAIPAC. “Esta iniciativa surgió después de llevar a cabo investigaciones y reportajes en el Distrito de Longido en Arusha, al norte de Tanzania, y descubrir que estas comunidades aún mutilan a niños menores de 2 años enviándolos fuera del pueblo del distrito a áreas remotas para evitar la ley, que prohíbe tales actividades culturales.”
MAIPAC también se enfoca en desarrollar la capacidad de los miembros de la comunidad para usar de manera efectiva diversas formas de medios de comunicación, incluidos la radio, la televisión, las redes sociales y el periodismo comunitario. “MAIPAC se enfoca en construir la capacidad de los miembros de la comunidad para usar diversas formas de medios de manera efectiva para comunicar sus perspectivas y preocupaciones, compartir sus historias, abogar por sus derechos y participar en el discurso público,” dijo Mussa Juma Siwayombe. Este trabajo es crucial en un contexto donde las comunidades Indígenas históricamente han sido excluidas de los medios de comunicación convencionales y del discurso público. MAIPAC proporciona capacitación y recursos para empoderar a estas comunidades a contar sus historias y abogar por sus derechos.
Junto a MAIPAC, radios comunitarias como Loliando FM y Orkonerei FM también están amplificando las voces de las comunidades Indígenas mediante documentales radiales impactantes, diálogos mediáticos significativos y reportajes de investigación sobre problemas críticos como la igualdad de género, los derechos territoriales y el empoderamiento económico de las mujeres.
Las organizaciones de Pueblos Indígenas y sus aliados trabajan arduamente para apoyar a sus comunidades, incluso cuando enfrentan censura e intimidación. Desarrollan habilidades dentro de los grupos Indígenas, documentan problemas de derechos humanos y luchan por el cambio a nivel local y global. Su compromiso muestra cuán fuertes y decididos están en la búsqueda de justicia, incluso en tiempos difíciles.
Hablar sobre los derechos de los Pueblos Indígenas en Tanzania puede ser complicado. Sin embargo, las comunidades Indígenas están alzando la voz y exigiendo reconocimiento. Se enfocan en la justicia y utilizan medios creativos y estrategias de defensa para hacer escuchar sus voces. Su lucha es por ellos mismos y por las futuras generaciones, asegurando que sus culturas prosperen y sus tierras permanezcan conectadas a la vida y el patrimonio.
Esta lucha por la supervivencia resalta el espíritu resiliente de los masái y otras comunidades Indígenas en Tanzania. Ellos no son solo víctimas de sus circunstancias; son agentes activos de cambio, tomando el control de su futuro e inspirando a otros a solidarizarse con su causa. Mientras el mundo observa, las historias de los Masái sirven como un recordatorio poderoso de la importancia de la tierra, la cultura y la incansable búsqueda de la justicia frente a la adversidad.
Foto por Mathias Tooko.