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Llamados Primeras Naciones, Pueblos Indígenas, Orginarios, Tribales y Nativos, estos primeros habitantes se llaman a sí mismos con varios nombres en sus más de 4000 idiomas únicos y constituyen alrededor del 6.2 por ciento de la población mundial.

Según la Organización Internacional del Trabajo, existen aproximadamente 476.6 millones de Indígenas en el mundo, pertenecientes a 5,000 grupos diferentes, en 90 países del mundo. Los pueblos Indígenas viven en todas las regiones del mundo, pero alrededor del 70 % vive en Asia y el Pacífico, seguido del 16.3 % en África, el 11.5 % en América Latina y el Caribe, el 1.6 % en América del Norte y el 0.1 % en Europa y Asia Central. 

No existe una definición universalmente aceptada para el término “Indígena”, aunque hay características que tienden a ser comunes entre los Pueblos Indígenas:

  • Los Pueblos Indígenas son poblaciones distintas en relación con la cultura post-colonial dominante de su país. A menudo son poblaciones minoritarias dentro de los estados nacionales post-coloniales actuales. En Bolivia y Guatemala, los Indígenas constituyen más de la mitad de la población.
  • Los Pueblos Indígenas usualmente tienen (o tuvieron) su propio idioma, cultura y tradiciones influenciadas por las relaciones existentes con sus tierras ancestrales, y hoy en día hablan unos 4,000 idiomas.
  • Los Pueblos Indígenas tienen tradiciones culturales distintivas que aún se practican.
  • Los Pueblos Indígenas tienen (o tenían) su propia tierra y territorio, a los que están vinculados de maneras innumerables.
  • Los Pueblos Indígenas se identifican a sí mismos como Indígenas.

Ejemplos de Pueblos Indígenas incluyen a los inuit del Ártico, los apaches de la Montaña Blanca de Arizona, los yanomami y los tupi del Amazonas, pastores tradicionales como los maasai en África Oriental, y pueblos tribales como los bontoc de la región montañosa de las Filipinas.

Acción política

Los mecanismos internacionales de derechos humanos incluyen: el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones de los Pueblos Indígenas (UNPFII); el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI); el Examen Periódico Universal (EPU); y varios Órganos de Tratados y Procedimientos Especiales – sirven para proporcionar mecanismos legales para que los Pueblos Indígenas protejan sus derechos (por ejemplo, el derecho al Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI), un concepto clave para la autodeterminación y la protección de las tierras Indígenas.  Estas entidades, políticas y procedimientos presentan oportunidades clave para que los Pueblos Indígenas hablen y aboguen por sí mismos, sus culturas, sus tierras y sus estilos de vida cuando los gobiernos estatales y locales no respetan ni protegen sus derechos.
 

Estrategias de comunicación

La naturaleza universal y gratuita de la radio y su capacidad para llegar a muchas comunidades remotas la convierten en un medio clave para alcanzar a las audiencias Indígenas. La programación producida por Indígenas fortalece su capacidad para hacer valer y exigir sus derechos y permite el acceso a información sobre cambio climático, cuestiones ambientales, derechos de las mujeres, educación, idiomas y culturas, autodeterminación y consentimiento libre, previo e informado. Los socios de Cultural Survival están amplificando las voces Indígenas sobre temas que son importantes para sus comunidades, como la transmisión de sus idiomas, la cual asegura una comprensión generalizada y continuidad cultural. 

Pueblos Indígenas y medio ambiente

Se estima que los territorios Indígenas contienen el 80 por ciento de la biodiversidad de la tierra. Las tierras Indígenas también contienen megatones no cuantificados de carbono secuestrado, ya que el 11 por ciento de los bosques del planeta están bajo su custodia. Estas regiones enfrentan una pérdida rápida y sin precedentes de la biodiversidad y los efectos del cambio climático como resultado de la economía global industrializada basada en combustibles fósiles y la extracción de recursos naturales. Muchas tierras Indígenas tradicionales se han convertido en “puntos calientes” de la biodiversidad. Para los Pueblos Indígenas, la conservación de la biodiversidad es una parte integral de sus vidas y es vista como la base espiritual y funcional de sus identidades y culturas. No es coincidencia que cuando el World Wildlife Fund enumeró las 200 áreas principales con la biodiversidad más alta y más amenazada, descubrió que el 95 por ciento se encuentra en territorios Indígenas.

Los Pueblos Indígenas y los entornos que mantienen están cada vez más bajo el ataque de industrias extractivas como la minería, la exploración petrolera, la tala y los proyectos agroindustriales.

Los Pueblos Indígenas resisten esta invasión con gran coraje y habilidad, pero sus protestas son ignoradas con demasiada frecuencia por los gobiernos y las corporaciones.

Industrias extractivas

No es coincidencia que el 80 por ciento de la biodiversidad de la tierra se encuentre en tierras Indígenas, y se debe al manejo y relación que los Pueblos tienen con el medio ambiente. Sin embargo, los gobiernos y corporaciones multinacionales violan frecuentemente los derechos de los Pueblos Indígenas al operar en sus territorios sin su Consentimiento Libre, Previo e Informado. Muchas veces separados cultural, lingüística y geográficamente de las culturas dominantes, los Pueblos Indígenas carecen de recursos financieros y de acceso a plataformas de toma de decisiones para exigir una voz en la mesa y garantizar que sus intereses estén representados. Los Pueblos Indígenas, habiendo agotado las vías para buscar justicia y protección de sus derechos a nivel nacional, pueden optar por buscar presión internacional y atención a sus luchas. 

Aquí es donde entra Cultural Survival

Con su apoyo, Cultural Survival empodera y apoya a los Pueblos Indígenas para que aboguen por sus derechos: derechos humanos, derecho a participar y tener voz, derecho a practicar sus culturas y hablar sus idiomas, derecho a acceder a las mismas oportunidades que los demás, y derecho a controlar y gestionar de forma sostenible sus bienes y recursos, para que puedan determinar por sí mismos el futuro que vivirán.