Por Cristina Verán
El difunto erudito tongano-fijiano, Epeli Hau’ofa reformuló célebremente antiguas nociones del pacífico de pequeños puntos situados inconsecuentemente en un mapa azul sin fin a un vasto mar de islas: Oceanía. Dentro de la subregión de la llamada Polinesia, Tuvalu ejemplifica ambas nociones; una nación pequeña y vasta, con poco más de 11,000 ciudadanos en comunidades en 8 islas de coral y atolones bajos: Funafuti, Nukufetau, Vaitupu, Nui, Nanumanga, Nanumea, Niutao y Nukulaelae. Aunque su relativo aislamiento evitó a Tuvalu gran parte de la desestabilización cultural y lingüística provocada por el colonialismo de los colonos, en otras partes de la región, la geografía no pudo proteger a su gente de los encuentros de la Segunda Guerra Mundial contra los imperios de lucha o el tráfico de esclavos del Transpacífico, lo que resultó en el secuestro de casi dos tercios de la población de las islas. Por medio de barcos de esclavos del Perú, se les forzó a extraer guano en las islas de Chincha. Hoy en día, la distancia de Tuvalu a las principales naciones industrializadas del mundo hace que todo esté fuera de la vista, fuera de la mente, así como que se encuentra en medio de un escenario del fin del mundo ambiental causado por los efectos del cambio climático y el aumento del nivel del mar, amenazando con hundir el país debajo de las olas para siempre.
Seve Paeniu es el actual Ministro de Finanzas de Tuvalu y es también representante electo del parlamento y miembro del gabinete en el gobierno de Tuvalu. Conforme el país navega en estos tiempos terriblemente inciertos, su cartera ministerial es responsable de encargarse de asuntos sobre el cambio climático hacia el empoderamiento de la nación y su gente para trazar un mejor rumbo para su futuro. Cristina Verán habló recientemente con Paeniu.
Seve Paeniu, Tuvalu's Ministro def Finances. Foto por Malama Te'o-Paeniu.
Cristina Verán: Por favor descríbanos el escenario actual que Tuvalu enfrenta.
Seve Paeniu: Nuestro país está viviendo el impacto total del cambio climático: el aumento del nivel del mar, inundaciones por todos lados, huracanes, ciclones y así sucesivamente. Las tormentas se están volviendo más frecuentes y su intensidad es mucho más pronunciada comparada con años anteriores. Cuando fuertes vientos coinciden con mareas y olas crecientes, la fuerza que viene con ellas es bastante traumática y devastadora para los hogares de nuestra gente, sus medios de vida y nuestra infraestructura. Los campos de cultivo de Tuvalu son constantemente inundados por el agua del mar y son dañados por los vientos. Hay una extensa erosión y degradación de los suelos por todos lados y, como nuestros mayores han estado diciendo, lugares en donde usualmente el agua no llegaba, se inundan ahora regularmente.
CV: ¿Cómo hace su despacho para informar y consultar estos temas con la gente de Tuvalu?
SP: Somos una sociedad muy unida, así que primero vamos directamente a nuestras comunidades a examinar los puntos de vista y sentimientos de nuestra gente, y luego realizamos consultas nacionales en áreas temáticas relevantes. La mayoría expresa claramente que no quieren ver a Tuvalu desaparecer o abandonarla.
Daño de las casas tipicas por Hurricane Tino en la isla de Nukulaelae, ese ultimo enero. Fotos por Tusitapu Tapuaiga.
CV: Dada la inmediatez y gravedad de la situación ¿Qué estrategias pueden ayudar a mitigar los desafíos?
SP: Nuestra prioridad es el cómo podemos adaptarnos para que Tuvalu sea más resilente ante los impactos del cambio climático, especialmente en términos de salvaguardar y proteger nuestra tierra, así como la recuperación de tierras. Al hacerlo, buscamos reducir nuestra vulnerabilidad. Para poder realizar ese tipo de medidas efectivamente necesitamos tecnología, expertos y ayuda financiera, también innovación. Las estrategias estándar como levantar rompeolas o cultivar plantas especiales para detener la erosión, no van a ser suficiente para salvarnos.
CV: ¿Cómo son las estructuras típicas de vivienda en Tuvalu y como se desempeña?
SP: Tradicionalmente nuestras casas han sido estructuras a nivel del suelo, pero éstas son fácilmente dañadas por fuertes vientos, olas e inundaciones; particularmente las que bordean las playas. Así que como respuesta a ello estamos desarrollando un nuevo tipo de casa. Aún es al estilo Tuvalu, pero compuesta de una estructura sólida de concreto y levantada sobre columnas de concreto.
En una de nuestras islas, Nukulaelae, ya las hemos construido, y los resultados son prometedores. Cuando el ciclón Tino nos golpeó en enero, el agua se precipitó y se movió en toda la isla, desde el lado del lago a la orilla opuesta. Sin embargo, en donde sea que estas nuevas estructuras estaban, el agua solo pasaba justo debajo de ellas y no molestaba las casas para nada. Queremos replicar este modelo en el resto de nuestras islas.
CV: Ya que estas condiciones probablemente continuarán e incluso empeorarán con el tiempo ¿qué otras opciones se considerarían si los tuvaluanos deciden que ya no es seguro quedarse?
SP: Por supuesto que la solución alternativa sería dejar Tuvalu por países más grandes en donde los impactos del cambio climático no sean tan marcados. Mientras que la prioridad de nuestro gobierno se mantiene enfocada en estrategias para hacer posible que los tuvaluanos se queden aquí, apoyamos las decisiones individuales de aquellos que quieren emigrar a otros lados, en donde ellos y sus familias pueden estar mejor protegidos. Pero en lugar de solo reubicar a nuestra gente, formar una estrategia oficial de inversión en migración para asegurar tierra en, digamos, Australia, Nueva Zelanda o Fiji, estamos proporcionando las herramientas, educación y entrenamiento para que puedan tener una fácil transición hacia el contexto económico de cualquier país al que puedan ir, mientras al mismo tiempo los incitamos a que mantengan sus vínculos con Tuvalu.
CV: Usted hace mención de la recuperación de tierras. ¿Cómo es posible reclamar tierras de islas coralinas bajas y atolones que ya han desaparecido o están cerca de quedar sumergidas?
SP: Ya existe tecnología para la construcción de islas. Está sucediendo ahora mismo en el mar del sur de China, por ejemplo. China está, literalmente, creando nuevas islas en medio de la nada, justo sobre el océano más profundo. En el océano Índico también, está pasando en las Maldivas, con islas que tienen estructuras bajas similares a las nuestras. Este es el futuro que vemos para Tuvalu; que incluso en el peor escenario, conforme el nivel del mar ascienda, nuestras islas puedan mantenerse a flote.
Se están construyendo viviendas de concreto más resilientes de nuevo diseño, que permiten que el agua pase por debajo durante las inundaciones.
Foto por Tusitapu Tapuaiga.
CV: Eso suena muy costoso para un país de su tamaño. ¿Qué aliados potenciales busca para poder acercarse al cumplimiento de esa visión?
SP: Continuamos desarrollando nuestro propio capital humano y fortificando nuestros propios expertos locales. Cada vez tenemos más personal de jóvenes educados, con bastante tuvaluanos con doctorados y a un número de personas con maestrías trabajando en los campos de la agricultura y ciencias de la tierra, en políticas de cambio climático y varios otros campos científicos, todos en conjunto con especialistas que traemos de otros lados para trabajar en proyectos especiales.
La misión más urgente que tenemos es crear conciencia dentro de la comunidad internacional; ya sea que estés en casa dependiendo de energía producida por carbón, volando por ahí en aviones o conduciendo vehículos que usan combustible diésel, necesitas saber: cualquier cosa que hagas afectará directa o indirectamente a Tuvalu.
--Cristina Verán es una especialista internacional en asuntos de Pueblos Indígenas, consultora, investigadora, estratega, curadora, educadora y productora de medios. Es corresponsal de las Naciones Unidas desde hace mucho tiempo y fue miembro fundador de la Red de Medios Indígenas de la ONU.
Foto superior: vista aérea de la capital de Tuvalu, Funafuti. Tuvalu es un país remoto de atolones e islas bajas, lo que lo hace vulnerable al cambio climático. Foto de Lily-Anne Homasi / Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio.