UARHI P’URHEECHA UANDAKUA ETSAKUTARAKUA JIMBO ANCHIKUARHINI; KUAJPIPARINI IREKUANI KA JUCHARI ECHERINI
Por Radio Fogata
Nosotras somos parte de uno de los 68 pueblos Indígenas de México. Habitamos la Meseta Purépecha en Michoacán y somos habitantes de Cherán. Nuestro municipio está conformado por más de 20.000 personas. Desde que tenemos uso de nuestras memorias ancestrales, nuestros bosques y nuestros territorios siempre han sido importantes para nosotras.
Muchas veces nos preguntan ¿qué es lo que hicieron las mujeres en Cherán? ¿Por qué es que se conoce la historia de esa comunidad? Pues a nosotras nos estaban llegando hasta las venas. Todos los días se llevaban montones y montones de madera, la bajaban los talamontes que eran los mismos del crimen organizado, venían en camionetas y no podíamos decir nada. Entonces si cortaban nuestros árboles el agua se iba y sabíamos que no íbamos a tener de qué vivir. Por eso, nosotras dijimos: ¡Ya basta!
Las mujeres nos arriesgamos y dijimos “¡A lo que venga!” Sabíamos perfectamente que cuando estaban saqueando la comunidad en los bosques, era gente armada; a todos nos constaba que era gente armada. Tengo mucho respeto por mis compañeras que aún así se les enfrentaban, pues se debe tener mucho valor ¿no? Nosotras estábamos ahí exponiendo nuestras vidas, a lo que viniera. Somos un ejemplo vivo de que defendimos lo que realmente queríamos defender, aunque nos daba temor.
Una hermana que está en Estados Unidos vino a visitarnos y mientras íbamos en la camioneta preguntó: “¿Y ese por qué no se quita?” (refiriéndose a un hombre parado al lado de un carro estacionado al frente de nosotras). Y le dije: “Pues no se va a quitar, no sé qué está haciendo. “Ay, pues díganle que se quite”, dijo ella. Veníamos con mi hija en la camioneta y mi hermana le dijo a ella: “Hija, pítale”. Entonces, el señor salió y se fue a la puerta que tenía abierta y sacó una metralleta.
Yo le dije: “¿Ya viste?”, a lo que ella me contestó´: “Cállate”. Yo dije, “Tenemos que esperar hasta que a éste se le ocurra quitarse'' y ella respondió: “¡Ay! ¿Por qué no los denuncian?”. Yo pregunté: ¿Y a quién?”. Esa siempre era la ruta para bajar por ahí, había una barranca, pero ellos lo tapaban con un trozo de árbol, pasaban, volvían a recoger el trozo y vámonos, entonces ¿uno qué hacía? Pues ya sabías que traían metralletas, entonces no se podía hacer nada.
A veces les decíamos a los niños: “Éntrense porque el carro viene pesado, no va a frenar, aunque frene no se va a parar, entonces mejor adentro”. Y la gente no decía nada. Lo único era el temor: “No pues, ahí viene la camioneta, pues quítense” Y siempre pasaban un montón de camionetas y nosotros mirando nada más.
En abril de 2011, la comunidad de Cherán nos organizamos, encabezados por un grupo de mujeres para detener el saqueo de nuestros bosques por parte del crimen organizado. Como resultado, nos reorganizamos también como comunidad indígena, reivindicando nuestro derecho ancestral a una organización propia. Así, bajo esta coyuntura expulsamos a los policías corruptos y a todos los partidos políticos y la comunidad se organizó a través de rondas comunitarias (organización de hombres y mujeres por barrios con tareas de vigilancia).
Reconocemos que sí fue mucho valor enfrentarnos a toda esa violencia. Bien sabíamos que la vida se podía ir ahí. Nuestras formas de defender el territorio se realizan cuando educamos a nuestros hijos de que debemos, sabemos y podemos acudir al campo y al territorio que tenemos -es decir Cherán- y que lo defendemos, y también a nuestros bosques. Nosotros debemos inculcarles a nuestros hijos que deben plantar árboles si queremos tener territorio y que podemos vivir de él. Con eso sabemos que nosotros tenemos agua, que tenemos aire y que con ello podemos tener vida.
Después de tanto miedo, dolor y tristeza, en nuestra comunidad logramos varias cosas. Bueno la lucha es defender nuestros territorios, nuestros bosques y cada vez como mujeres somos más tomadas en cuenta. Que tú des tu opinión, que puedas estar en una reunión a la par con más personas… eso no se podía hacer anteriormente. Ahora se toman en cuenta nuestras decisiones. Por ejemplo, si hay asamblea de barrio o de la comunidad pues ya puedes estar ahí, puedes opinar; anteriormente cuando decían que iba a haber reunión no se sabía lo que se iba a discutir porque iban a estar presentes sólo los señores, pero actualmente en las reuniones la gran mayoría siempre son mujeres las que asisten.
Entonces las mujeres siempre han estado, y con mayoría de mujeres se pide o se toma en cuenta la opinión de ellas, por lo que podemos ver que ya no estamos tan aisladas o discriminadas. Ahora ya tenemos la libertad de poder decidir alguna cosa, de consultarla, de dar una opinión y también tenemos la libertad de decir algo, sin que nadie nos bloquee, porque anteriormente incluso las mismas mujeres se bloqueaban entre sí.
Hemos aprendido mucho en estos años y queremos decirles a las compañeras que resisten en otros lugares que tratemos de ser algo o hacer algo y que estemos bien conscientes de que es para el bien de nuestras comunidades, como hicimos las mujeres de Cherán. Nosotras defendimos lo que era nuestro y lo hicimos aun sabiendo que esto podía costarnos nuestras vidas.
Hoy en día nosotras debemos saber que los tiempos ya han cambiado, que como mujeres tenemos voz y voto. Debemos de estar concientes de esto y tomar en cuenta lo que a nosotras nos convenga, sabiendo que podemos hacerlo, que vamos a hacerlo y que debemos hacerlo. Como decía un maestro: “Con o sin los recursos”.
Por todo lo anterior es que confiamos en un medio tan potente como la radio para multiplicar nuestras voces, para que el hacer de las mujeres se reconozca, para que todos los sistemas avasalladores que tenemos en contra vayan cambiando y las mujeres podamos ser libres y conscientes de nuestras voces como integrantes que aportan desde los hogares, desde las fogatas, desde los barrios, desde nuestras comunidades.
Las radios tienen que seguir siendo espacios de formación comunitaria, replicando los saberes de nuestras comunidades y ayudándonos a seguir en los caminares colectivos, respetando las memorias e ideando cómo es que podemos mantener nuestras culturas, nuestras lenguas y el cuidado a la nana echeri/ madre tierra. Desde las comunidades en la sierra p’urhé gritamos: ¡Juchaari Uinapikua!/ ¡Nuestra Fuerza!, como el motor que nos permite seguir andando y reconociéndonos en este territorio como parte y guardianes de las tradiciones milenarias y la historia que se escribe desde el pueblo P’urhépecha.
Radio Fogata recibió una subvención del Fondo de Medios Comunitarios Indígenas de Cultural Survival en 2021. El Fondo de Medios Comunitarios Indígenas brinda oportunidades para que las estaciones de radio indígenas internacionales fortalezcan su infraestructura y sistemas de transmisión y crea oportunidades de capacitación periodismo, radiodifusión, edición de audio, habilidades técnicas y más para periodistas radiales de comunidades indígenas de todo el mundo. En 2020, el Fondo de Medios Comunitarios Indígenas apoyó 57 proyectos de medios en 23 países, por un total de $340,500.