Era el tiempo en que cursaba la primaria, y en una ocasión al regresar de la escuela, noté nuevos objetos que adornaban mi casa. Mis padres recién regresaban de su viaje al estado de Chiapas, así que intuí que ellos habían comprado estos objetos. Uno de ellos era un muñeco vestido completamente de negro, con el rostro oculto, solo sus ojos estaban al descubierto y sostenía un rifle en sus manos. Mi padre me dijo: “Es el comandante Marcos”. Tiempo después mi papá me fue contando sobre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), además me mostró algunos documentales. Así fue como supe de ellos, y por ello presento un acercamiento a la historia del EZLN a través de los periódicos: El Universal, La Jornada y Reforma.
Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, los zapatistas no tuvieron mucha visibilización dentro de los medios oficiales, pero sí (y de gran manera) en los medios de información independientes, medios nacionales no oficiales y medios extranjeros. El EZLN surgió para dar visibilidad y atender los derechos de los Pueblos Indígenas minimizados a lo largo de la historia de México. Al cubrir sus rostros, los zapatistas pensaron que el mundo los vería y eso fue lo que sucedió, por lo que las preguntas alrededor del movimiento fueron, ¿quiénes son? ¿Quién encabeza u organiza el movimiento? ¿Por qué lo hacen?
Ese primero de enero de 1994 un grupo de Indígenas se manifestó en ocho diferentes cabeceras municipales del estado de Chiapas, cuestionando al gobierno sobre sus promesas democráticas, económicas y territoriales. El objetivo principal del movimiento fue el establecimiento de una democracia participativa bajo un grupo que reivindicaba los derechos Indígenas. En un inicio la reacción del gobierno a este movimiento fue la ofensiva militar, pero al ser un movimiento que tenía mucho respaldo por parte de los medios de comunicación no oficiales, el gobierno recibió una presión de la sociedad nacional e internacional para atender las necesidades que se exigían.
Así surgió: el Comité Clandestino Revolucionario Indígena – Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (CCRI – CGEZLN). En marzo de 1995 en el Congreso de la Unión, se aprobó la Ley para el diálogo, la conciliación y la paz digna en Chiapas, la cual fue publicada por el presidente Ernesto Zedillo. Esta ley dio la pauta para establecer mesas de diálogo y discusión. Al inicio, se propuso seis mesas, pero se llevó a cabo sólo una que abordó el derecho y la cultura Indígena, con lo cual el gobierno se comprometió a reconocer a los Pueblos Indígenas en la constitución nacional.
Para la edificación de un nuevo marco jurídico nacional y en las entidades federativas los zapatistas exigieron legislar sobre la autonomía de las comunidades y Pueblos Indígenas, reconocer a las comunidades como entidades de derecho público, garantizar la protección a la integridad de las tierras de los grupos Indígenas y las comunidades bajo el concepto de integridad territorial del Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), estableciendo procedimientos para la regularización de las formas de la propiedad Indígena y el fomento de la cohesión cultural.
Para la protección y preservación de los recursos naturales, el movimiento propuso reglamentar un orden de preferencia para privilegiar a las comunidades Indígenas en el otorgamiento de concesiones y de esta manera obtener los beneficios del aprovechamiento de los recursos naturales. También propusieron tener representantes Indígenas hombres y mujeres en las instancias legislativas, incorporando nuevos criterios para la delimitación de los distritos electorales que correspondan a las comunidades y Pueblos Indígenas y la celebración de elecciones conforme a la legislación en la materia.
Los derechos de los Pueblos Indígenas debían conformar el elegir a sus autoridades, ejercer la autoridad de acuerdo a sus normas en el interior de sus ámbitos de autonomía garantizando la participación de mujeres en condiciones de equidad. Así mismo, la legislación debe considerar la pluriculturalidad de la nación mexicana, que refleje el diálogo intercultural por medio de normas comunes para todos los mexicanos y el respeto a los sistemas normativos internos de los Pueblos Indígenas, asegurando la obligación de no discriminar por origen racial, étnico, la lengua, sexo, creencia o condición social.
También propusieron asegurar el derecho de los Pueblos Indígenas a la protección de sus sitios sagrados y centros ceremoniales y al empleo de plantas y animales para el uso estrictamente ritual, para que los mismos puedan gozar del libre ejercicio y desarrollo de sus culturas y tener acceso a los medios de comunicación, constituyendo así la firma de San Andrés.
El movimiento zapatista es considerado un parteaguas en la historia del movimiento Indígena en México, ya que tuvo un impacto nacional e internacional y logró el reconocimiento público de los Indígenas mexicanos marginados, excluidos por más de 500 años en la constitución mexicana. Se logró la firma de San Andrés efectuada en febrero de 1996 sobre el derecho y la cultura indígena; donde el Estado reconoce a los Pueblos Indígenas constitucionalmente, para que éstos gozaran de autonomía, dando pie a la fundación del Congreso Nacional Indígena (CNI el 12 de octubre de 1996) y conformando la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA marzo de 1995).
Tras varias negociaciones con el gobierno en los años 2001-2003 se logró reformar la constitución, en donde se reconoce y garantiza el derecho de los pueblos o comunidades Indígenas a la libre determinación y autonomía para (en materia de derechos lingüísticos) preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos o elementos que constituyan su cultura e identidad.
El artículo cuarto establece que las lenguas Indígenas integran el patrimonio cultural y lingüístico nacional y que la pluralidad de las lenguas Indígenas es una de las principales expresiones de la composición pluricultural de la nación mexicana. Las lenguas Indígenas que se reconozcan en los términos de la Ley y el español son lenguas nacionales por su origen histórico, y tienen la misma validez en su territorio, localización y contexto en que se hable.
El suscitar interés fue una táctica de comunicación y difusión muy bien utilizada por parte del EZLN que tuvo la atención que buscó y la supo utilizar. Al ser un levantamiento en armas del sector popular en México, que se dio de manera sorpresiva para la prensa, muchos de los medios cubrieron los acontecimientos que pudieron, de la forma en que les fue posible, evidenciando cuestiones en el periodismo como la ética periodística, la censura y auto restricción de los periódicos, la intoxicación, saturación y empacho de información, entre otros.
La falta de objetividad fue una carencia muy bien ubicada en el acontecimiento abordado, pues en diarios como La Jornada y Reforma se pudo observar su ingente postura ideológica de los mismos ya sea a favor o en contra, se manifestaba a través del número de notas o ejemplares publicados acerca de los zapatistas, el espacio que les otorgaban en sus periódicos, el tamaño o cantidad de fotografías y las palabras utilizadas para la descripción de los guerrilleros. En el proceso de investigación para la redacción de este texto se tuvo acceso únicamente a notas específicas de tres periódicos: El universal; 1, La Jornada; 17 y Reforma; 3.
En el año 1994 el periódico El Universal fue encabezado por Juan Francisco Ealy Ortiz, quien tuvo una postura de pluralismo ideológico en los contenidos para ejercer la libertad de expresión y buscar a un país democrático (El Universal, 2022). Por su parte Luis Reed, un historiador y periodista mexicano, (1995) plantea que durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) El Universal, así como otros periódicos entre los que se encuentran La Jornada, Reforma, El Financiero y Excélsior se caracterizaron por alertar y concientizar al público ante el peligro de la ingobernabilidad y posible desintegración nacional. El Universal se autodenominó como un periódico de centro “ni de izquierda como La Jornada cada vez más populista, ni de derecha como La Reforma bien moderada”.
Cecilia Gonzáles (2006) señala que el periódico Reforma; publicó que los zapatistas entrenaban a niños en la guerrilla, razón por la que el movimiento vetó al diario, diferenciando al mismo de diarios como La Jornada, que manifestó absoluta simpatía con el movimiento. De esta manera Reforma se ubicó con una tendencia ideológica de derecha “un diario conservador no iba a respaldar la lucha por los derechos Indígenas”.
La Jornada ha sido un diario producido por una organización periodística sin la cooperación de grandes conglomerados de medios. Se formó en 1984 y desde entonces ha estado asociada con una ideología de izquierda y con actitud anti régimen. La Jornada surge como un proyecto impulsado por Carlos Payán, Carmen Lira Saade y Pablo. Fue el único diario que publicó de manera íntegra los comunicados del movimiento zapatista, les dedicó varios espacios, portadas, y páginas de sus periódicos. Además, dedica en su página web, un apartado muy extenso de su historia, en colaboración con el movimiento, describiendo los hechos, los comunicados y las respuestas que iban obteniendo del gobierno en turno a lo largo de los años.
La comunicación fue una poderosa arma para garantizar el avance de las negociaciones de paz y la reivindicación de la lucha Indígena, además de tener una convención con los diarios de México. El EZLN creó su página web y de esa manera obtuvo simpatizantes en todo el mundo, evitando así que el ejército arrasara con sus familias al tener presencia internacional.
La web del movimiento zapatista, llamada Enlace Zapatista es una página interactiva, plural y democrática. Dentro de ella se puede ingresar a las distintas noticias, comunicados y declaraciones, que indican siempre cuántos son los cibernautas que han entrado a las mismas y cuantos han emitido comentarios. Dentro de esos comentarios se encuentran los que hablan a favor y en contra del movimiento y del propio subcomandante, líder de EZLN. Se pueden bajar videos, declaraciones, cuentos, fotografías, enviar sus propios materiales, hacer denuncias, etc. De esta manera, el movimiento apela al concepto de periodismo ciudadano con la finalidad de contrarrestar las distintas informaciones oficiales (Dávalos, 2012).
Hoy conmemoramos y recordamos este movimiento Indígena que abrió las puertas para tener acceso al derecho y preservación de las lenguas, ser protegidas y reconocidas por la ley, así como ser ciudadanos mexicanos con derecho a ser atendidos por instituciones públicas. El movimiento ha sido pro respeto a la pluralidad de lenguas, cosmovisiones, tradiciones, gastronomías, vestimentas, espiritualidades, políticas, sexualidad, entre otros aspectos que caracterizan una cultura originaria.
A 29 años del levantamiento armado la lucha sigue, pero las amenazas han cambiado de nombre y rostro. Y existen peligros que siguen acechando a los Pueblos Indígenas, a sus derechos, su territorio, su hogar, sus políticas, su naturaleza, sus cosmovisiones, su lengua y su espiritualidad. La existencia y mantenimiento del movimiento ha dado como resultado la organización de diferentes grupos sociales quiénes han estado en constante defensa de sus derechos buscando la apertura del diálogo con el gobierno y la clase política mexicana.
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