Por Nati Garcia (Maya Mam, Equipo de CS)
En todo el mundo, las mujeres Indígenas arriesgan sus vidas para honrar el legado de sus ancestros y proteger los medios de vida, las culturas, los idiomas y los ecosistemas con los que estamos innatamente interconectados, nuestro único hogar: la Tierra. Hoy, 5 de septiembre, Día Internacional de la Mujer Indígena, conmemoramos el espíritu heroico de la guerrera aymara Bartolina Sisa, quien, en 1780, se opuso a la asimilación colonial y guió a los guerreros aymaras hacia la justicia frente a la explotación. Su espíritu se siente hasta el día de hoy, inspirando a las mujeres Indígenas jóvenes a seguir luchando por la justicia y recordándonos que debemos permanecer fieles a nuestro espíritu guerrero, para tomar medidas y exigir a los sistemas coloniales que rindan cuentas.
Queremos rendir un homenaje especial a Sisa invitando a todos los espíritus guerreros a tomarse un momento de su día para dar espacio a sus ancestros a través del arte, la música, la danza, la escritura o cualquier otra acción que resuene con ustedes y su cultura para conmemorar este día por la justicia y la concienciación del liderazgo de las mujeres Indígenas, y también para honrar a las mujeres líderes Indígenas que han dejado sus espíritus en nuestros corazones y nuestra memoria.
Las mujeres Indígenas han sido marginadas durante mucho tiempo y siguen enfrentándose a múltiples formas de discriminación basadas en la etnia, el género, la situación económica, política o social, la discapacidad y la ubicación. Sin embargo, las mujeres Indígenas son las portadoras de conocimientos tradicionales milenarios sobre la tierra y la biodiversidad que están arraigados en sus culturas e idiomas. Es este conocimiento, que se ha transmitido de una generación a la siguiente, lo que hace que las mujeres Indígenas sean las narradoras originales, las guardianas de sus tradiciones e historia oral, líderes comunitarias naturales y las mejores expertas de sus propias tierras. Las mujeres Indígenas también son líderes en el movimiento global de los Pueblos Indígenas y el movimiento de mujeres.
Durante muchos años, Cultural Survival ha priorizado proyectos centrados en las mujeres y que involucran el liderazgo de mujeres y niñas, y seguimos trabajando para elevar a las mujeres Indígenas de acuerdo con los valores y protocolos Indígenas autodeterminados por las comunidades Indígenas. Desde 2016, hemos organizado más de 25 talleres para desarrollar el liderazgo de las mujeres Indígenas en temas relacionados con la defensa de los derechos humanos, la defensa de la tierra, las habilidades técnicas de comunicación, la producción de radio y más en América Central, México, Bolivia y Nepal. Nos esforzamos por apoyar a las mujeres Indígenas para que sean las que toman las decisiones y las protagonistas de sus propias historias y asuman los roles de liderazgo y participación que eligen y merecen.
Como parte de nuestro Programa de Becas para Jóvenes Indígenas, celebramos a tres mujeres Indígenas jóvenes que han sido pilares para su comunidad y agentes de cambio para la próxima generación. Nuestro programa de becas para jóvenes apoya a jóvenes líderes Indígenas de entre 17 y 28 años que están ansiosos por aprender sobre tecnología, desarrollo de programas, periodismo, radio comunitaria, medios de comunicación y defensa de los derechos de los Pueblos Indígenas. Desde 2018, hemos otorgado 137 becas para apoyar a 191 mujeres Indígenas jóvenes. A continuación se presentan las historias de tres jóvenes Indígenas inspiradoras que se esforzaron por hacer realidad sus sueños.
Saraí Jiménez Orozco (Mixe) es hablante de Ayöök (Ayuuk) de Oaxaca, México. Es licenciada en Administración y Desarrollo Sustentable por el Instituto Superior Intercultural Ayuuk A.C. del Estado de Oaxaca en Jaltepec de Candayoc Mixe, donde también impartió clases de Ayuuk. Formó parte del programa de posgrado de la Universidad de Deusto España en Derechos Humanos en 2022, y actualmente colabora con Servicios del Pueblo Mixe en el Departamento de Género y Mujeres Mixes. Ha estado promoviendo activamente la revitalización de la lengua Ayöök y el cierre de la brecha intergeneracional mediante la enseñanza de Ayöök a niños en las escuelas.
Como parte de su proyecto de beca, “Atëëmt” (Semilla de la Palabra), otorgado en 2023, Jiménez impartió talleres de desarrollo de capacidades a niños sobre el fortalecimiento de la lengua Ayöök y documentó sus experiencias en mixe y español para la creación de un libro electrónico con sus ilustraciones. Los talleres buscaban crear un sentido de pertenencia para los niños y una conexión con su identidad para que ellos, así como otros mixes, pudieran ver el lado positivo del Ayöök, y no solo lo que se retrata negativamente en los medios o desde afuera. Colectivamente expresaron cómo viven la lengua en su vida diaria, y en este proceso descubrieron la importancia de seguir hablando Ayöök. “Una lengua viva sin gramática escrita es mejor que una lengua muerta con miles de gramáticas”, dice la escritora y lingüista Yasnaya Aguilar (Ayutla Mixe). Aguilar es miembro del Colectivo Mixe, que desarrolla materiales, libros e ilustraciones para los primeros lectores de la lengua Ayöök.
Jiménez ha dedicado sus esfuerzos a salvaguardar el paso de la lengua Ayöök a la siguiente generación y ha sido un agente principal en la defensa de la educación de los niños. “Creo que es muy importante prestar atención a los niños, porque muchas cosas dependen de ellos para el futuro de una comunidad”, dice. Su liderazgo natural proviene del legado de lucha y resistencia de su línea materna, quienes moldearon su esencia.
“Una de las mujeres que más he admirado es mi madre. Ella ha sido una gran líder para mi comunidad y en mi familia, porque ha trabajado en diferentes temas a nivel comunitario que han impactado la vida de las mujeres y las niñas. Es una buena mediadora de diferentes procesos y resolución de conflictos a nivel comunitario, y ha impulsado y organizado con otras mujeres un grupo comunitario llamado Orquídeas. Este grupo está integrado por mujeres que han trabajado en agroecología, huertos de traspatio, semillas nativas, plantas medicinales, transformación de productos locales, fortalecimiento de la lengua Ayöök y exigencia de una vida libre de violencia. Es una de las principales cocineras tradicionales que se involucra en las diferentes festividades que se realizan en nuestra comunidad de San Marcos Moctum. Además, es gestora cultural y anfitriona de eventos culturales. También compone canciones sobre la vida cotidiana de las mujeres y danzas y realiza obras de teatro a nivel comunitario. He escrito sobre el trabajo que hacen las mujeres de Orquídeas:” https://iberoforum.ibero.mx/index.php/iberoforum/article/view/279
Jiménez pertenece a una generación de mujeres Indígenas jóvenes que rompen los ciclos de la jerarquía. Está impulsada por la autodeterminación con la fuerza de voluntad de sus abuelas y comparte sus reflexiones sobre lo que significa para ella ser una mujer Indígena en un mundo contemporáneo: “Significa ser una mujer resiliente; significa que también merecemos estar en todos los espacios actuales posibles, ya sea que hablemos de ciencia, educación o cualquier otro tema. El principal desafío ha sido el cuestionamiento de nuestra forma de vivir y pensar porque pertenecemos a una comunidad Indígena”.
Jiménez dice que si bien persisten los problemas de desigualdad de género por la influencia de los sistemas coloniales, con el tiempo ha habido avances en su comunidad. Las mujeres Indígenas han creado asambleas comunitarias para tomar decisiones colectivas sobre asuntos relacionados con la familia y para mantener un espacio seguro para que las mujeres hablen de sus intereses. Este ha sido un gran logro que, según Jiménez, “ha ayudado a frenar la brecha de violencia de género a nivel comunitario y ha sido un gran avance y empoderamiento de las propias mujeres, que también solicitan talleres a las organizaciones”. El reto que enfrenta la comunidad es abogar por que se atiendan sus necesidades. Sin embargo, Jiménez está decidida a abogar por los derechos de las mujeres Indígenas de su comunidad. “El objetivo principal es capacitarlas en temas que sean de su interés para poder abordar los diferentes retos que tienen que enfrentar en la comunidad”, comenta. Además, sigue con su pasión de revitalizar su lengua nativa Ayöök en una universidad privada, inspirando a otras jóvenes Indígenas mixes a sentirse orgullosas de su herencia y su lengua.
Estefanía Grefa (Kichwa Amazonia) vive en la comunidad de Unión Base en la provincia de Pastaza, Ecuador. Tiene experiencia en turismo, estudios ambientales, gastronomía ancestral y comunicación social comunitaria, y es orgullosa madre de dos hijos. Creció bajo el cuidado y la guía de sus abuelos, quienes moldearon su identidad cultural y le transmitieron la sabiduría y el conocimiento de sus antepasados. Ha dedicado su tiempo a cultivar sus habilidades en la decoración de eventos sostenibles utilizando la palma Ungurahua y otras plantas que se encuentran en la selva tropical. Sus esfuerzos promueven la protección de la Amazonía y la conservación de la palma Ungurhua, que está en riesgo de ser deforestada. Como parte de su beca que le fue otorgada en 2023, Grefa buscó fortalecer y revivir las prácticas tradicionales y las conexiones culturales con la fruta Ungurahua a través de talleres sobre los beneficios nutricionales de la fruta, creando un helado que se ha vuelto popular en su comunidad.
Grefa dice que su mayor inspiración es su hermana, Katty Guatatoca, quien también es asesora y mentora: “Ella me motivó a proponer mi idea en el programa de apoyo de Cultural Survival. También la considero una gran mujer activista por la conservación y las alternativas de bioeconomía Indígena que promueve la determinación de la identidad cultural y la autoestima de nuestros [Pueblos]. De ella he aprendido que no hay límites para lograr lo que nos proponemos”, dice.
Grefa aboga por la protección de la cuenca del Amazonas, una de las selvas tropicales prístinas en riesgo por la deforestación y la invasión de las compañías petroleras. Ella es una de las muchas mujeres Indígenas que defienden y salvaguardan su tierra natal restante, que espera transmitir a sus hijas. Como joven líder Indígena en su comunidad, ha inspirado a otras niñas y mujeres jóvenes Kichwa a lograr sus sueños como lo hizo ella al construir su propio negocio mientras se mantenía fiel a su identidad cultural y las raíces de las prácticas de vida de sus antepasados.
Ser una joven Indígena que supera las barreras de la jerarquía patriarcal no ha sido fácil en su comunidad. “Hoy en día, ser mujer Indígena o tener raíces Indígenas implica el riesgo de discriminación, pero también el empoderamiento para seguir la lucha por la preservación de las culturas Indígenas. En Ecuador, hay un reconocimiento de un Estado plurinacional y multiétnico, en el que ciertas entidades dan valor y generan oportunidades para las mujeres Indígenas, además de las reformas educativas que han generado la oportunidad de estudios. En mi comunidad, uno de los retos que persiste es permitir plenamente el liderazgo presidencial de una mujer; todavía hay una subestimación de la gobernabilidad en manos de una mujer”, señala Grefa.
A pesar de estas barreras, ha habido cambios positivos a través de las generaciones. “Hoy hablamos de parejas, compañeros de vida, tanto en las familias como en la comunidad, y se ha reducido el alto índice de maltrato intrafamiliar. La sumisión al hombre ha cambiado al amor propio y al respeto a la pareja”, señala Grefa. Grefa está decidida a seguir promoviendo el amor a su cultura, transmitiendo la sabiduría a sus hijas.
Florentina Sri Dewi Wulandar (Dayak Simpakng) nació en Tahak, Indonesia. Localmente se la conoce como Dewi, y su nombre local es Ragak, que significa "la que teje cestas de ratán". En 2021, Wulandar se graduó del Instituto de Keguruan dan Ilmu Pendidikan Pontianak. Es escritora y utiliza su talento para sacar a la luz las historias, el conocimiento y la sabiduría de su cultura Dayak y del pueblo Dayak. Wulandar también ha colaborado en revistas académicas con artículos sobre temas como la participación de los jóvenes en los esfuerzos de conservación forestal en la regencia de Ketapang y las tradiciones orales de la comunidad Dayak Simpakng en la gestión de la pandemia de COVID-19. Fue cofundadora de Arus Kualan, una escuela tradicional para niños y jóvenes de la comunidad Dayak, para aprender sobre las prácticas y los conocimientos tradicionales del pueblo Dayak y generar un sentido de pertenencia entre los jóvenes que se han desconectado de sus raíces culturales y su sabiduría debido a las influencias coloniales.
El proyecto de beca de Wulandar es “Revitalizar la lengua Dayak Simpakng, otorgado en 2023, mediante el archivo de conocimientos tradicionales en forma escrita. La narración de historias ha sido la base de la transmisión de la lengua tradicional, y Wulandar fue pionera en este valioso hilo de comunicación. Es una líder en su comunidad, inspirando a otras mujeres jóvenes y jóvenes a compartir sus historias. Wulandar dice: “Una líder que ha sido una inspiración en mi vida es mi abuela, Anem. Aunque ha fallecido, su figura sigue siendo una fuente de inspiración. Mi abuela tenía un amplio conocimiento local sobre las medicinas tradicionales derivadas del bosque y siempre fue generosa al compartir su conocimiento. A menudo se le pedía que visitara varios hogares para curar a los enfermos con remedios tradicionales. Aunque mi abuela no asistía a la escuela, dotó a sus descendientes de conocimientos tradicionales y los alentó a continuar la educación formal en las escuelas. Ser una mujer indígena contemporánea significa vivir con alegría y envejecer mientras deja un legado para las generaciones futuras. Los desafíos incluyen no ser lo suficientemente valiente para expresar opiniones directamente, educar a los niños para que sigan preservando su conocimiento e identidad locales y garantizar que los bosques y la naturaleza se mantengan bien para las generaciones futuras. En mi comunidad, los bosques son cruciales porque proporcionan todo lo que los humanos necesitan y transmiten mensajes importantes para las generaciones futuras”.