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¿Qué están haciendo nuestros jóvenes becarios Indígenas?

Sabou Doumbia (Bambara), Mali 

Sabou Doumbia (Bambara) es licenciada en informática por el Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología de Bamako (Mali). Además de su experiencia en informática, es una emprendedora centrada en el desarrollo comunitario, la gestión de proyectos relacionados con la gestión de residuos y la economía circular. Como Becaria de Jóvenes de Cultural Survival 2024, Sabou dirigió un proyecto titulado: “Preservar nuestras tierras y nuestro futuro, Bambara”, cuyo objetivo era concientizar a las mujeres de la comunidad Bambara de la aldea de Siby sobre los efectos del cambio climático en sus tierras. El objetivo era preservar las tierras Indígenas, reforzar la resistencia de la comunidad a los cambios medioambientales y promover un desarrollo sostenible en armonía con las tradiciones agrícolas de la comunidad Bambara local. El proyecto de Sabou abogaba por la agricultura sostenible y el uso de fertilizantes ecológicos para fomentar prácticas agrícolas responsables con el medio ambiente.

El proyecto constaba de varias actividades, entre ellas una campaña para educar a las comunidades locales sobre prácticas agrícolas sostenibles y una serie de talleres prácticos realizados en colaboración con la Asociación de Mujeres de Siby. Estos talleres enseñaron a los participantes a producir sus propios fertilizantes orgánicos a partir de residuos orgánicos, así como pesticidas naturales. La formación también incluía técnicas para conservar los productos agrícolas y optimizar su uso para mejorar el rendimiento de las cosechas.

Las mujeres de Siby expresaron su satisfacción por la sencillez y eficacia de las técnicas, que ayudaron a reducir los costes agrícolas. También dijeron sentirse más independientes y capaces de satisfacer sus necesidades sin depender de los productos químicos disponibles en el mercado. Uno de los participantes, Mah Coulibaly, dijo: “Gracias a esta formación, aprendimos a sacar el máximo partido de lo que ya tenemos a nuestro alrededor. El abono que produjimos nos permitió cultivar nuestras hortalizas sin tener que comprar productos químicos. Los pesticidas que hicimos con ingredientes locales nos ayudaron a proteger nuestras plantas de insectos dañinos. Aprendimos, ahorramos dinero y los resultados fueron satisfactorios”.

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El proyecto contribuyó directamente a mitigar los efectos del cambio climático al reducir la dependencia de los agricultores locales de los productos químicos, que no sólo son caros sino también perjudiciales para el medio ambiente a largo plazo. Introduciendo soluciones naturales y biológicas, Sabou y su equipo ayudaron a los agricultores a adoptar prácticas más respetuosas con el medio ambiente y al mismo tiempo a mejorar la fertilidad del suelo y reducir su huella ecológica.

Al concluir su proyecto, Sabou comprobó que las mujeres de Siby no sólo se ven afectadas por el cambio climático, sino que el coste de los productos agrícolas ecológicos es cada vez más elevado. También se dio cuenta de la importancia de que las mujeres produjeran sus propios fertilizantes orgánicos para sus cultivos, y de la necesidad de recursos y conocimientos adicionales para mejorar sus prácticas agrícolas.

Para Sabou, este proyecto fue también una oportunidad de desarrollo personal, sobre todo en lo que se refiere a la planificación del proyecto, dados los retos que planteaba la estación lluviosa. Un elemento clave de su éxito fue su capacidad para implicar a las mujeres y conseguir su compromiso con la ejecución del proyecto. Gracias a esta experiencia, mejoró sus competencias en gestión y planificación de proyectos.

 

Shumari Daniel Parsakei (Maasai), Kenya

Shumari Daniel es un joven Indígena de la comunidad Maasai de Kenia. Recien graduado en Conservación Medioambiental y Gestión de Recursos Naturales por la Universidad de Nairobi, participa activamente en organizaciones juveniles de Transmara, en el condado de Narok. Como responsable de extensión y coordinación a nivel comunitario, facilita la participación de los jóvenes en la agricultura sostenible, la transferencia intergeneracional de conocimientos tradicionales y la lucha contra el cambio climático, sobre todo ante la disminución de la disponibilidad de tierras.

Con el apoyo de Cultural Survival, Shumari ejecutó su proyecto de beca titulado “Capacitación de Jóvenes Indígenas, Kenia, comunidad Maasai”, cuyo objetivo era capacitar a los jóvenes mediante actividades centradas en la educación sobre los derechos a la tierra, la salud, la educación y la preservación de las prácticas tradicionales.

La primera actividad importante fue una reunión de partes interesadas en la que líderes locales y miembros de la comunidad se reunieron para debatir cuestiones clave que afectan a los jóvenes de su comunidad. Entre los temas tratados se encuentra el abuso de sustancias, el abandono escolar prematuro y la salud sexual y reproductiva. En un principio, estos temas no formaban parte de la propuesta del proyecto, pero al darse cuenta de su urgencia, el grupo acordó abordarlos junto con los derechos sobre la tierra, la propiedad de la tierra y la plantación de árboles en las escuelas.

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La segunda actividad fue una reunión sobre derechos y propiedad de la tierra en la que se informó a los jóvenes sobre la importancia de los derechos sobre la tierra. La atención se centró en la comprensión de los títulos de propiedad y el derecho constitucional de hombres y mujeres a heredar tierras, lo que cuestionaba la práctica tradicional de que sólo los hombres pueden heredar tierras. Esta reunión pretendía concienciar y promover la igualdad de género en la propiedad de la tierra, una cuestión fundamental para la sostenibilidad futura de la comunidad Maasai.

Para la tercera actividad, se organizó un Día de Empoderamiento de las Niñas en el que participaron 70 niñas. En la jornada se trataron temas esenciales como la salud reproductiva, la higiene personal, las aptitudes para la vida y los conocimientos tradicionales. Para favorecer su bienestar e higiene, las niñas recibieron compresas y jabón. La jornada empoderó a las jóvenes con información y recursos fundamentales, ayudándoles a afrontar los retos sanitarios y educativos de sus comunidades.

La cuarta y última actividad fue una Reunión de Capacitación de Chicos, en la que 55 chicos recibieron formación sobre diversos temas, como la salud sexual y reproductiva, la importancia de la capacitación académica y el papel de la educación en la mejora del nivel de vida de sus familias. También se les enseñó sobre higiene personal, retos de la vida y prácticas tradicionales, ayudándoles a desarrollar las habilidades necesarias para contribuir positivamente al desarrollo de su comunidad.

Los participantes y beneficiarios dieron testimonio del impacto positivo del proyecto en su desarrollo personal y comunitario. Reflexionando sobre su experiencia como becario, Shumari dijo: “He crecido al decidir trabajar con los jóvenes y mi comunidad”. Los participantes también recomendaron la ampliación de iniciativas similares y solicitaron más talleres y sesiones de formación para llegar a un mayor número de jóvenes de la comunidad.

 

Akuzibwe Balangaliza Espoir (Batwa), DRC

Espoir Balangaliza es un joven defensor de los Pueblos Indígenas de la República Democrática del Congo apasionado por la filantropía y el espíritu empresarial tradicional. Actualmente es coordinador del Réseau Espace Climat (Grupo Espacio Clima), una plataforma que reúne a más de siete organizaciones de la sociedad civil que representan a los Pueblos Indígenas del este de la RDC. Como delegado juvenil de la Unión Africana en la RDC y Embajador de Paz y Clima de Peace World International, Espoir desempeña un papel clave en la promoción de causas medioambientales y sociales.

Su proyecto como becario de Cultural Survival se titula “La promoción y popularización de las briquetas a base de biomasa, un activo para alcanzar los ODD7 y mitigar los impactos climáticos en la provincia de Kivu del Sur”. El proyecto se llevó a cabo en las comunidades Indígenas Bambote y Batwa del territorio de Fizi, cerca de las áreas protegidas de Bobondo Fizi, Emo-Imakala y Hewa Bora. El objetivo era promover la producción de briquetas a base de biomasa, ofreciendo una alternativa sostenible al carbón vegetal y reduciendo así la presión sobre los bosques locales, al tiempo que se capacitaba a las mujeres y los jóvenes Indígenas en los ámbitos de la iniciativa empresarial y la justicia climática.

En el marco de la iniciativa se han creado cuatro centros de producción de briquetas, lo que ha permitido a las mujeres poner en marcha la producción local. Cada unidad de producción se equipó con la maquinaria y los kits necesarios. Un total de 30 mujeres y 10 jóvenes locales participaron en la fase de producción. Las participantes recibieron formación en gestión financiera y marketing para comercializar mejor sus productos, creando un modelo sostenible que se reproducirá en otras regiones.

Se llevaron a cabo campañas de sensibilización a través de emisiones de radio y televisión para informar al público sobre la importancia de adoptar las briquetas como fuente de energía y proteger los bosques congoleños. Los anuncios educativos y publicitarios reforzaron esta concientización, destacando las ventajas de esta alternativa energética y la importancia de preservar los recursos naturales. El uso de medios de comunicación locales permitió difundir estos mensajes de forma accesible, incluso en las zonas rurales.

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El enfoque participativo del proyecto fomentó la interacción entre los participantes con sesiones de preguntas y respuestas después de cada actividad. Los beneficiarios profundizaron sus conocimientos sobre la producción de briquetas, la conservación de los bosques, el espíritu empresarial y la lucha contra la explotación de los recursos naturales. También tomaron conciencia de la importancia de los medios de comunicación en la protección de los bosques y la popularización de las lenguas locales.

Según la Espoir, el proyecto no sólo benefició a las 30 mujeres Indígenas y los 10 jóvenes directamente implicados, sino también a las autoridades locales, los líderes de las organizaciones Indígenas y la población en general. Esta iniciativa ha demostrado que es posible combinar soluciones económicas y medioambientales al tiempo que se valorizan los conocimientos locales y se refuerza la dinámica comunitaria. Contribuyó al empoderamiento de las mujeres y los jóvenes Indígenas y a la protección de los recursos naturales, ambos esenciales para las generaciones futuras.

Al final del taller se formularon una serie de recomendaciones para reforzar la colaboración entre las autoridades estatales, los jóvenes y las mujeres Indígenas. Entre ellas se incluía concienciar a los jóvenes sobre la protección de los bosques, el espíritu empresarial ecológico, la educación cívica y el orgullo por su lengua local. También se sugirió crear un programa de emprendimiento ecológico o un marco permanente de intercambios entre los jóvenes Indígenas y las autoridades. En el proyecto se hizo énfasis en la importancia de incluir a los jóvenes en los órganos de decisión locales, prestando especial atención a sus puntos de vista sobre la naturaleza. También se recomendó que este programa de emprendimiento se integrara en los presupuestos de las entidades territoriales descentralizadas y que se hiciera un seguimiento riguroso de su progreso.

Foto de portada: Sabou Doumbia (Bambara), Malí.