Sarah Eagle Heart (Oglala Lakota) creció en la reserva de Pine Ridge en Dakota del Sur y fue criada por su abuela y su familia. Su experiencia va desde el activismo y periodismo en su época como adolescente, hasta ser líder de una organización en defensa de los derechos. También ha trabajado durante varios años a nivel internacional como oficial de programas para Pueblos Indígenas y como líder de equipo para la diversidad, justicia social y justicia ambiental dentro de la Iglesia Episcopal. Actualmente es la directora general de la organización Filantrópica de Nativos Americanos (NAP por sus siglas en inglés), con sede en Los Ángeles y Minneapolis, que tiene como objetivo educar y empoderar a un círculo sagrado de Pueblos Indígenas para crear comunidades saludables y sostenibles para todos. Cultural Survival habló recientemente con Eagle Heart, discutiendo sobre su viaje y liderazgo en la organización.
Cultural Survival: ¿Puedes compartirnos la historia de tu trabajo en torno al "Regreso al Guerrero" en tu escuela de secundaria?
Sarah Eagle Heart: Esto es realmente el comienzo de mi activismo. Tengo una hermana gemela y estábamos muy involucradas en actividades escolares en Martin, Dakota del Sur, que es una ciudad fronteriza entre las reservas Indígenas Pine Ridge y Rosebud. De jóvenes en la escuela de secundaria, asistimos a una ceremonia de bienvenida, donde estudiantes blancos en su mayoría, recreaban un drama llamado "ceremonia", con un curandero, cinco princesas guerreras y un gran jefe. Recuerdo que las dos suspiramos con disgusto y decidimos que "teníamos que hacer algo". Entonces, a nuestros 16 años, decidimos protestar. Con el anhelo de llegar a ser periodistas, estuvimos en un programa de verano para nativos americanos en periodismo e internet durante dos veranos en Indian Country Today. Al verano siguiente, fuimos a la radio, a los periódicos, y simplemente empezamos a contar la realidad que vimos en esa recreación. La comunidad estaba tan segregada en ese momento, que muchas personas en las reservas no tenían idea de que cosas como esas estaban pasando. Nos encontramos sin duda con todos los argumentos que escuchamos hoy en día, como el hecho de que se nos está honrando y deberíamos estar contentas por ello. Sin embargo, incluso a esa temprana edad, ambas sabíamos que no era un compromiso aceptar que eso fuera aceptable. Dijimos que no, y eso nos condujo a cuatro años de protestas.
En nuestro primer año, con la ayuda de personas de organizaciones comunitarias como la Asociación de Estudiantes de Lakota y el Movimiento de Indios Nativos Americanos, celebramos varios foros públicos y una marcha por Main Street. Siendo tan jóvenes, nos enfrentamos a todas estas personas que mostraron su enojo de manera abierta por protestar contra esta tradición de 57 años… nos amenazaron en la escuela diciéndonos “les vamos a arrojar piedras, vamos a arrojarles huevos si aparecen aquí”. Fue muy traumático y aterrador. Era nuestro último año en la escuela de secundaria. Los que habían sido nuestros amigos de toda la vida ya no eran nuestros amigos, y estuvimos rodeadas de mucha tensión, pero finalmente lo logramos. Esa experiencia me enseñó a confiar en el Creador, y que, si encuentras las personas adecuadas para apoyarte, las vías se abren y puede haber cambios.
CS: ¿Cómo te condujeron tus experiencias como activista adolescente a una carrera en filantropía?
SEH: La idea era ser periodista. A medida que mi carrera se desarrollaba, pasé de trabajar en periodismo a trabajar en marketing y publicidad para un casino indio, luego trabajé en una iglesia y luego pasé al ámbito de la filantropía. Cuando era joven, cubría historias sobre políticas tribales y asuntos que afectaban a la comunidad. De manera muy natural, surgió como una de mis principales habilidades la defensa de los derechos de la comunidad. Pasé un tiempo viviendo en Nueva Zelanda, Australia, Canadá, Ecuador y Bolivia, aprendiendo sobre los problemas que enfrentan los diferentes pueblos. Como líder de equipo en la Iglesia Episcopal durante siete años, disfruté encontrando los paralelismos entre las historias culturales y el aprendizaje para trabajar por los demás. El trabajo que hice en la Iglesia Episcopal es totalmente aplicable dentro del espacio filantrópico, y me ha resultado exitoso utilizarlo en el trabajo. Me siento muy honrada de haber ganado recientemente el Premio de Liderazgo NGEN de American Express, que reconoce el trabajo pionero como persona líder de las nuevas generaciones, cuyos esfuerzos han tenido un impacto transformador en una necesidad social crítica.
CS: ¿Qué papel juega la filantropía en las comunidades Indígenas?
SEH: La filantropía puede y debe jugar un papel importante al ser una herramienta para enmendar las injusticias que enfrentan las comunidades Indígenas. La mayor parte de la filantropía carece de conciencia y conocimiento sobre los problemas nativos en general; la mayoría de los esfuerzos filantrópicos para mejorar las vidas de hombres y mujeres de color a menudo pasan por alto las necesidades distintivas de los nativos americanos, y los fondos para nuestra comunidad siguen siendo desproporcionadamente bajos. Es indispensable saber que estamos allí para construir esas relaciones y para educar. La filantropía a menudo sigue un modelo basado en el déficit, en lugar de un modelo basado en activos. Una de nuestras funciones es obtener información más precisa sobre nuestras comunidades, para que de esta manera se pueda ayudar a informar a la filantropía. Hemos trabajado intencionalmente con académicos Indígenas y hemos encontrado una manera de desarrollar investigaciones que resaltan los factores de protección desde una cosmovisión Indígena a través de nuestro Curso de Vida Indígena. La poca información disponible con la que contamos actualmente en el ámbito filantrópico destaca los déficits y las terribles estadísticas que afectan a nuestras comunidades con temas como la diabetes, la violencia y la criminalización, pero no ofrece soluciones, por lo que ya estamos en una situación de desventaja. También trabajamos formando y educando a los financistas, y trabajamos para crear conexiones entre organizaciones filantrópicas, ONGs y organizaciones tribales. Un buen ejemplo de esto es cuando invitamos a un grupo de patrocinadores a unirse a nosotros en un viaje a Standing Rock, lo cual llevó directamente a una donación de $1.25 millones a la tribu Standing Rock Sioux por parte de la Fundación Global Wallace. Estamos muy orgullosos de este logro, ya que la tribu confió en nosotros para apoyarlos y era importante para nosotros ver la acción como resultado de nuestro trabajo. Continuamos participando en el desarrollo de asociaciones innovadoras para aumentar la visibilidad de los problemas de los Nativos Americanos.
CS: ¿Cuál fue su participación en la gestión de fondos para el libro sobre la Marcha de las Mujeres?
SEH: Hace un año, varias organizaciones se unieron a través del Levantamiento de las Mujeres Indígenas, para contar con representación en la Marcha de Mujeres en Washington. Trabajamos bajo ese paraguas para ayudar a aumentar la visibilidad de los asuntos de las mujeres Indígenas. A través de las relaciones establecidas, la organización Filantrópica de Nativos Americanos creó un movimiento en las redes sociales con un sorprendente pañuelo como referente, diseñado por la diseñadora nativa Bethany Yellowtail (Cheyenne del Norte/Crow). Varios miembros de Levantamiento de Mujeres Indígenas participaron en las reuniones mantenidas entre las convocantes, abogando por la inclusión de sus reivindicaciones en los Principios de la Unión de Mujeres de Marzo, abordando temas como la diversidad de las participantes y hablando de cómo se ven afectadas por una multitud de cuestiones como la justicia social y los derechos humanos. Estábamos tan emocionadas cuando 1,000 mujeres se reunieron para orar. Fue tan poderoso cantar la canción del Guerrero de las Mujeres de nuestros parientes de las Primeras Naciones para resaltar el tema de las mujeres Indígenas asesinadas y desaparecidas. Al día siguiente, tuvimos una reunión con organizaciones sin fines de lucro y líderes de diferentes organizaciones para establecer prioridades. También nos mantuvimos en constante comunicación con las organizadoras de la Marcha de las Mujeres y nos sentimos honradas de que escogieran al Levantamiento de Mujeres Indígenas para ser una de las tres destinatarias de los ingresos del libro de Juntas nos alzamos. Los fondos se destinarán al Centro Nacional de Recursos para Mujeres Indígenas, que aborda la violencia doméstica en nuestras comunidades.
CS: Gran parte del trabajo de la Organización Filantrópica de Nativos Americanos está enfocado en los jóvenes Indígenas. ¿Cuáles son esas iniciativas?
SEH: Después de la protesta de Standing Rock lanzamos el #GenIndigenous Fund, enfocado en apoyar la organización de jóvenes nativos, en asociación con la Fundación de Minneapolis. Tenemos otro fondo llamado Voces Nativas que se formó en asociación con la Fundación de Abogados. Las Voces Nativas que se levantan, se centra específicamente en el compromiso cívico, el registro de votantes y la defensa.
También hemos estado trabajando con My Brother's Keeper, iniciativa del ex presidente Obama para abordar las brechas que enfrentan los niños y jóvenes de color para garantizar que todos los jóvenes puedan alcanzar su máximo potencial. Y hemos coordinado las reuniones de liderazgo de pensamiento y reflexión para conocer las prioridades de los jóvenes nativos y poder apoyarlos.
También nos hemos centrado en el cambio de cómo expresarnos y hacer promoción, incluyendo componentes educativos como la Marcha de las Mujeres, o una de nuestras nuevas asociaciones con Taboo del grupo Black Eyed Peas. Taboo ganó recientemente el premio “Lucha contra el Sistema” de MTV por uno de sus videos musicales, y utilizó esta oportunidad para dar visibilidad a las mujeres Indígenas. Otros colaboradores incluyen a John Legend, quien, a través de su proyecto de realidad virtual Rainbow Crow, cuenta una inspiradora historia Indígena. Una de las razones por las que trabajamos en el ámbito de la cultura pop es porque es un mecanismo más rápido para educar. Ahora mismo, con las redes sociales, hemos tenido la suerte de trabajar con personas increíbles que pueden compartir sus poderosas plataformas para hacer cambios.
Valernos de la filantropía y abogar por nuevos recursos para apoyar a los líderes, organizaciones y comunidades nativas son nuestras prioridades. Creemos que todo está conectado, y queremos continuar llevando nuestra cosmovisión holística a todos los aspectos de nuestro trabajo. En el futuro, continuaremos ejecutando nuestro plan a través de nuevas investigaciones, educación filantrópica, visibilidad y campañas de promoción. Todo este trabajo entrelazado, realmente nos ha ayudado a obtener mucha tracción en el sector filantrópico y avanzar hacia una nueva área de acción y curación. No podría estar más agradecida por la oportunidad de hacer el trabajo que hago.
Para obtener más información acerca de la campaña Desinvertir, Invertir, Proteger, visite: wecaninternational.org/pages/dispstress-invest-defend.