En diciembre de 1986, las Naciones Unidas marcaron el final del período colonial, al aprobar la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Desarrollo. La Declaración manifiesta que "el desarrollo es un derecho humano inalienable en virtud del cual toda persona humana y todos los pueblos tienen derecho a participar, contribuir y disfrutar del desarrollo económico, social, cultural y político, en el que todos los derechos humanos y libertades fundamentales puedan realizarse plenamente”. También establece que el derecho al desarrollo "implica la plena realización del derecho de los pueblos a la libre determinación, que incluye. . . el ejercicio de su derecho inalienable a la plena soberanía sobre toda su riqueza y recursos naturales”.
A pesar de este pronunciamiento, se necesitarían más de 20 años para que los Estados reconocieran que los Pueblos Indígenas poseen estos derechos, de forma individual y colectiva. Los líderes Maoríes y abogados Moana Jackson, Moana Sinclair, Fergus McKay y Tracey Whare trabajaron con Māori Kupuna, Nganako Minhinnick y Pauline Tangiora para asegurar que la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas estableciera el derecho de los Maoríes como Pueblos Indígenas al Desarrollo.
El éxito de su esfuerzo puede verse en los progresos realizados por muchos Maoríes que están involucrados en el fomento de sus tierras, territorios y recursos por un valor de $ 6 mil millones de dólares de NZ al año. La comunidad de los Ngapuhi tiene un nuevo valor de $ 53 millones, la mayor parte de los cuales se invierte en la industria pesquera, ganando un 5 por ciento al año; los Ngati Whatua Orakei tienen un patrimonio neto de $ 717 millones, la mayor parte de los cuales se invierte en bienes, ganando un 16 por ciento anual; los Ngati Porou tienen un patrimonio neto de $ 201 millones que se invierten en acciones por las que están ganando un 5 por ciento al año; los WaikatoTainui tiene un patrimonio neto de $ 940 millones en inmuebles, que les genera un beneficio del 7 por ciento por año; los Tuhoe tienen un patrimonio neto de $ 325 millones en gestión de fondos, que les genera un 7 por ciento al año; y los Ngai Tahu tiene un patrimonio neto de $ 1.27 mil millones, por el que ganan un 14 por ciento al año. Todos estos Māori Iwi, con la excepción de los Ngapuhi, han resuelto sus reivindicaciones con la Corona y están usando sus tierras y recursos para beneficiar a sus miembros Indígenas Iwi.
Taheke 8C
El esfuerzo de los maoríes por ser económicamente autosuficientes es un fuerte testimonio de su resiliencia y compromiso para mantener sus valores culturales al mismo tiempo que entran en el escenario económico internacional. No hay mejor ejemplo que los terratenientes Maoríes de Taheke 8C, que durante años lucharon por recuperar el control sobre sus tierras y recursos tradicionales, y que hoy están avanzando con una estrategia de autodesarrollo. En las décadas de 1920 y 1930, las tierras de Taheke fueron agrupadas junto con otras tierras Maoríes bajo la "supervisión" del Departamento de Gobierno de Nueva Zelanda de Asuntos Maoríes. Durante este tiempo, el gobierno proporcionó fondos de capital para el desarrollo en tierras Maoríes, pero evaluó estos costos como una deuda en tierra. En 1954, el gobierno de Nueva Zelandia aprobó una legislación especial para liberar las tierras Maoríes de la supervisión departamental del gobierno. Taheke 8C se vio afectada por esta legislación, y debido a la deuda anterior contraída, las tierras de Taheke permanecieron bajo supervisión estatal por otros 40 años.
En la década de los ochenta, frente a la amenaza de adquisición por parte del Te Tira Ahu Iwi, los propietarios maoríes de Taheke respondieron rápidamente distribuyendo sus tierras sin cultivar a la silvicultura y renovando sus acuerdos de arrendamiento forestal. Los fondos generados por estas operaciones se destinaron a pagar la deuda con la Oficina de Asuntos Maoríes. La estrategia fue exitosa y en 1994 las tierras de Taheke 8C fueron finalmente liberadas de la supervisión departamental.
Hoy en día, Sandra Eru es la gerente general de Taheke 8C, que ha hecho grandes avances en la implementación de planes de desarrollo de tierras y recursos. "El consejo más importante que tengo para los Pueblos Indígenas y Tribales es elegir su consejero o asesores con mucho cuidado. Tomen el tiempo necesario para determinar qué consejo necesita. No contraten a la primera persona/personas que tocan a su puerta, la debida diligencia nunca debe ser ignorada ", nos comenta ella.
Taheke 8C tiene aproximadamente 3 kilómetros cuadrados de tierra dedicados al cuidado de animales que contribuye a la sustentabilidad alimentaria de los Iwi. La incorporación es parte del grupo de suministro de First Light Wagyu Ltd y cria de ganado para vender. Unos 5,5 kilómetros adicionales, están destinados como plantación de pino Radiata y se gestionan bajo un contrato de arrendamiento forestal. A diferencia de los acuerdos previos en la época de la supervisión de la Corona, todas las tierras que se han cosechado, vuelven a incluirse para una futura planificación de desarrollo.
En 2009, Taheke 8C trabajó con el Innovations Development Group, una organización de consultoría y desarrollo indígena Hawaiano, en la prueba y desarrollo de recursos de energía geotérmica en sus tierras. Ellos lograron la asociación con un productor nacional de energía, Contact Energy, y también firmaron un acuerdo de participación en el proyecto con un propietario vecino Maorí, el Whangamoa Trust, para facilitar el reparto de beneficios entre Māoris.
"En nuestro trayecto hacia el desarrollo geotérmico, hubo varias preguntas clave que debían ser respondidas: ¿A quién deberíamos contratar para asesorarnos? ¿Qué tipo de asesoramiento necesitamos? ¿Qué habilidades y experiencia deben tener para ello? ¿Serán capaces de trabajar con nosotros y podremos nosotros trabajar con ellos? ", nos dice Eru. "El apoyo del propietario/accionista es fundamental. Cuando nuestros asesores estuvieron en el lugar, las cuestiones fueron planteadas, Taheke 8C fue capaz de avanzar con la seguridad de que la incorporación, con la asistencia de nuestros asesores, sería capaz de abordar cualquier problema que pueda surgir a medida que el desarrollo del proyecto avance.
En 2010, se inició un programa de perforación que ha arrojado resultados alentadores. Sin embargo, debido al debilitamiento del mercado energético de Nueva Zelanda, Contact Energy se retiró de la empresa y Taheke 8C es ahora el único propietario de todos los activos del proyecto, incluida la propiedad intelectual. En el área de ecoturismo, en las tierras del Taheke 8C, hay parcelas que colindan con el famoso río Kaituna, con sus rápidos clase 6 para usos recreativos, y el Lago Rotoiti, popular entre los aficionados a la navegación y pesca, así como hermosas y apartadas áreas para el desarrollo turístico de alto nivel. Estas oportunidades de desarrollo están siendo exploradas por el equipo de Taheke, que ya han determinado que optarán por el desarrollo de un complejo pequeño y exclusivo que preserva las cualidades únicas y el patrimonio cultural de su tierra.
Eru afirma que hay dos retos principales para Taheke 8C en el desarrollo de sus activos: la comunicación y la falta de capital. "Tienes públicos diferentes y cada uno requiere algo diferente del mensajero, tanto verbal como no verbalmente", nos dice ella. "Por ejemplo, al informar a nuestros propietario /accionistas, el mensaje debe ser claro para que pueda estar razonablemente seguro de que todo el mundo entiende lo mismo. Ellos nunca deben sentir como si se les estuviera hablando de forma peyorativa, y si tienen preguntas, debemos tomarnos el tiempo necesario para responder a esas preguntas con franqueza. La comunicación con los burócratas requiere de algo más, especialmente cuando no parecen saber mucho acerca de la diferencia entre la tierra libre de los Maorí y la tierra en general, y no parecen lo suficientemente interesados como para salir y aprender sobre esa diferencia. Tratar con esas personas fue, y sigue siendo, un gran reto para mí, ya que soy una apasionada de Taheke 8C, nuestra whenua (tierra), nuestro desarrollo, y nuestros propietarios”.
En cuanto a la comunicación con posibles socios o asesores, Eru enfatiza que "este no es definitivamente un momento para que la ciencia nos ciegue. Si no entiendes lo que se está diciendo, no te sientes allí fingiendo que entiendes, haz preguntas, haz que te lo expliquen en un lenguaje claro. Kaua e whakamā! ¡No seas tímido! Esta es vuestra tierra, vuestros recursos, vuestra gente, la que estáis representando, y ustedes necesitan entender lo que se está diciendo."
En general, Eru cree que la solución financiera de las reclamaciones con la Corona es positiva para los maoríes. "Cuando se considera la historia de la demanda -la tierra robada, la sangre derramada, la profanación de sitios sagrados, el sufrimiento y la humillación de personas como las de Parihaka-, por supuesto, debe haber un beneficio económico para el acuerdo. ¿De qué otra manera estas enormes pérdidas y dolor pueden ser reconocidas hoy en día? En muchos casos la tierra robada no ha sido devuelta, y supongo que nunca lo será. Los muertos no pueden resucitar. Muchas reclamaciones han tomado años para resolverse; de hecho, muchos denunciantes originales fallecieron antes de que sus reclamaciones se resolvieran. El hecho de que Iwi, que realizo el acuerdo con la Corona, ahora de forma colectiva tenga $ 6 mil millones en activos, es testimonio de su cuidadosa y prudente gestión de sus asentamientos. Esta es una historia positiva para los maoríes en un mundo donde hay tanta negatividad”.
-Mililani Trask (Nativa Hawaiana) es abogada de derechos de los Pueblos Indígenas y asesora indígena y comunitaria de Innovations Development Group.