
Las lenguas Indígenas son más que formas de comunicación. Son depósitos de conocimientos tradicionales generados y sostenidos por la Tierra, que se expresan a través de las prácticas culturales, lingüísticas y ecológicas de los pueblos y reflejan la interdependencia entre la sabiduría humana y el mundo natural. Se trata de conocimientos vivos y coevolutivos que trascienden las generaciones y desempeñan un papel fundamental en la protección de la socio biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.
La correlación entre diversidad lingüística y ecológica es una profunda manifestación de la diversidad cultural entrelazada con la resiliencia de los ecosistemas. Nueva Guinea es conocida por tener una gran diversidad lingüística, alrededor de 800 lenguas, y por albergar una vasta biodiversidad, con 13.634 especies vegetales catalogadas. La cuenca del Amazonas, hogar de cientos de lenguas Indígenas, posee una biodiversidad igualmente rica. Estas zonas de gran diversidad lingüística sustentan prácticas ecológicas tradicionales vitales para la conservación del medio ambiente. Esta correlación se debe a que cada lengua y cultura es portadora de prácticas y conocimientos específicos de gestión medioambiental para equilibrar y regenerar los ecosistemas locales.
Un informe de la UNESCO de 2020 afirma que aproximadamente el 80% de la biodiversidad mundial se encuentra en territorios Indígenas. Estas zonas son vitales para la conservación del medio ambiente, sostenida por prácticas transmitidas a través de la lengua y la oralidad. Las lenguas Indígenas son portadoras de un inmenso patrimonio de conocimientos ancestrales sobre los ecosistemas locales. Las Comunidades Indígenas que mantienen vivas sus lenguas aplican con mayor eficacia prácticas de gestión sostenible y detectan cambios ambientales sutiles. Estos conocimientos tradicionales contribuyen de forma inestimable a la conservación de zonas con una gran biodiversidad y a la adaptación al cambio climático.
El colonialismo, combinado con la expansión de megaproyectos extractivos, ha acelerado la degradación de los microclimas locales, devastando las culturas, lenguas y cosmovisiones Indígenas. Las lenguas Indígenas constituyen inventarios de especies, sistemas de clasificación y formas de gestionar la diversidad, tecnologías fundamentales para salvaguardar y restaurar el medio ambiente.
La colmena del saber tradicional
El canto Tayra de los pueblos Tikmũ'ũn/Maxakali, que cataloga 33 especies de abejas, muestra cómo una lengua Indígena puede salvaguardar vastos conocimientos sobre biodiversidad. Estos cantos funcionan como tecnologías de preservación y transmiten conocimientos ancestrales centrados en la oralidad, la repetición y la práctica ritual colectiva, reflejando la profunda relación entre los Tikmũ'ũn y su entorno natural, al tiempo que influyen directamente en la gestión medioambiental y la protección de las especies de abejas de la región. Al registrar y transmitir los diferentes nombres y características de cada especie, los Tikmũ'ũn mantienen un seguimiento del equilibrio de los ecosistemas locales, lo que permite una gestión sostenible y armoniosa.
Un canto tradicional de los pueblos tikmũ'ũn en lengua maxakali cataloga 33 especies de abejas. Dibujos de Donizete Maxakali.
La canción aboga por interacciones sostenibles con las abejas, promoviendo acciones que eviten la sobreexplotación y fomenten la conservación de las colmenas, así como de los nidos de abejas solitarias, garantizando la polinización y, por extensión, la biodiversidad de la región. Las voces colectivas invocan a las abejas mientras recrean el sonido del enjambre en una mezcla de canto, canon y contrapunto. El canto Tayra de los pueblos Tikmũ'ũn es una tecnología ancestral que salvaguarda el conocimiento ecológico a la vez que concreta la relación simbiótica con la naturaleza, demostrando cómo las lenguas Indígenas actúan como herramientas de resistencia y transmisión del conocimiento medioambiental.
Lenguas y biodiversidad: una interconexión vital
Los Pueblos Kayapó también utilizan un vocabulario amplio y específico para describir su entorno e interactuar con él, lo que pone de relieve la diversidad de prácticas lingüísticas que codifican conocimientos ecológicos detallados en las distintas comunidades. La terminología específica en Kayapó es esencial para transmitir prácticas de gestión sostenible y conservación de la biodiversidad que son en gran medida desconocidas para la cultura eurocéntrica, lo que refuerza el argumento de que los Pueblos Indígenas son los mayores expertos en biomas. Estas prácticas ponen de relieve la riqueza de los conocimientos transmitidos a través de las lenguas Indígenas y la importancia de reforzarlas para mantener las prácticas de gestión sostenible y la biodiversidad. El detalle lingüístico de los Kayapó para describir los ríos y la vegetación ejemplifica cómo este conocimiento es fundamental para las estrategias de conservación, mitigación y adaptación al cambio climático.
La interrelación entre el cambio climático y las lenguas Indígenas en peligro es compleja y está profundamente entrelazada. La intensificación del cambio climático aumenta la vulnerabilidad de las comunidades Indígenas, exponiéndolas a desplazamientos forzosos, pérdida de territorios, genocidio y degradación medioambiental de las tierras tradicionales. Estos factores, a su vez, repercuten directamente en la supervivencia de las lenguas autóctonas, que dependen de su contexto geográfico y cultural para transmitirse íntegramente.
Vale do Jequitinhonha: territorios de resistencia
La pérdida de acceso a las tierras ancestrales tiene profundas consecuencias para las prácticas orales esenciales de las comunidades Indígenas, como los cantos ceremoniales y las narraciones sobre la gestión sostenible de los recursos. La imposición de una violencia basada en el racismo ha hecho que los hablantes de estas lenguas tradicionales se sientan avergonzados de su propia identidad, lo que ha llevado a la pérdida de estas tradiciones orales por elección forzada o por traumas étnicos intergeneracionales. Estas prácticas, además de salvaguardar la identidad cultural, almacenan conocimientos detallados sobre el uso sostenible de las plantas, el mantenimiento del suelo y la gestión de los recursos hídricos. Con la interrupción del acceso territorial, la transmisión de estos conocimientos se ve comprometida, lo que debilita las capacidades de gestión sostenible y adaptación ecológica fundamentales frente al cambio climático.
Un caso observable es el del Pueblo Aranã Caboclo, que, despojado de su territorio y sometido a lingüicidio, lucha por la defensa y recuperación de su tierra en una batalla legal contra el Estado brasileño que se prolonga desde hace más de 19 años. Al mismo tiempo, los Aranã Caboclo han mantenido un proyecto de “Reforestación lingüística” de la lengua Aranã Caboclo y combaten activamente la vergüenza étnica. Luchan por mantener conocimientos ancestrales profundamente arraigados en el territorio, como el Aranã Caboclo Tubercle, cuyos líderes mantienen el conocimiento de diversas especies y vigilan su crecimiento, a pesar de que el territorio no está oficialmente demarcado la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas. La vulnerabilidad de las lenguas Indígenas, agravada por la continua invasión de territorios, el racismo y la homogeneización cultural, compromete la transmisión de conocimientos trascendentales.
El avance de la minería de litio en los valles de Jequitinhonha y Mucuri supone otra amenaza para las comunidades Indígenas de la región. La actividad minera ha aumentado un 562% en los últimos 2 años, reduciendo el espacio vital donde se mantienen las prácticas culturales y ambientales. Este avance inhibe los rituales, cantos y narraciones que transmiten conocimientos esenciales, perjudicando las prácticas sostenibles vinculadas a la lengua y el territorio. Los Pueblos Aranã Caboclo, Pankararu, Pataxó y Maxakali Canoeiros sufren la deforestación y la contaminación del agua, lo que amenaza la transmisión oral de conocimientos sobre flora, fauna y gestión ambiental, aumentando aún más su vulnerabilidad cultural y socioambiental.
El pasado es Indígena y el futuro también lo es
El conocimiento local, especialmente el de las comunidades Indígenas, proporciona una base para las estrategias de mitigación de la crisis climática en su esencial coexistencia equilibrada con el ecosistema. Estos conocimientos se centran en la gestión medioambiental respetuosa con el ritmo de la naturaleza, el uso sostenible de los recursos y la protección de los bosques y los cursos de agua, prácticas fundamentales para detener la pérdida de biodiversidad y el desequilibrio climático. Las comunidades Aranã Caboclo de Araçuaí y Coronel Murta, Pankararu, Pataxó y Maxakali son sólo algunos ejemplos de fortaleza y poseedores de conocimientos vitales que necesitan apoyo y reconocimiento para garantizar un futuro más equilibrado y sostenible para todos.
La revitalización de las lenguas Indígenas es esencial para la sostenibilidad medioambiental y para mitigar los efectos de la crisis climática. Las lenguas Indígenas albergan inventarios de especies, sistemas de clasificación y formas de gestión de la diversidad, tecnologías fundamentales para la protección y biorrestauración del medio ambiente. La pérdida lingüística implica la pérdida de conocimientos decisivos para afrontar la crisis climática y ambiental actual.
Proteger las lenguas Indígenas protege los bosques porque los Pueblos Indígenas son el propio bosque vivo. Defender sus lenguas es defender la profunda conexión entre cultura y tierra, garantizando que el lenguaje de la Tierra siga resonando. La pérdida de estas lenguas implica la pérdida de conocimientos esenciales para hacer frente a la crisis climática y medioambiental actual, ya que estas voces son portadoras de conocimientos ancestrales capaces de guiar la vida con el planeta hacia el único futuro posible para todos nosotros.
Djalma Ramalho Gonçalves (Aranã Caboclo) es multiartista y comunicadora.