Este año, 2025, la primera canoa de navegación oceánica de Hawaiʻi en más de 600 años celebra su 50 aniversario, un momento trascendental en la historia de Hawaiʻi. El viaje inaugural de Hōkūleʻa, en 1976, recuperó los caminos ancestrales de nuestros Pueblos Oceánicos y nos reconectó mediante las tradiciones de navegación, demostrando que nuestras y nuestros ancestros navegaron el Océano Pacífico de manera intencional y replanteando la comprensión de que el océano es lo que nos conecta.
Desde el lanzamiento inicial de Hōkūleʻa hasta hoy, han nacido en Hawaiʻi ocho grandes waʻa de travesía oceánica (canoas de navegación) y muchas más en todo el Pacífico. Estas waʻa han navegado por el vasto Pacífico y alrededor del mundo. Sin embargo, aun cuando se revitalizaron las tradiciones de navegación, seguíamos aprovisionando principalmente las canoas con alimentos modernos enlatados y secos adquiridos en grandes cadenas comerciales.
En 2018 y 2019, Nā Kālai Waʻa, la ʻohana (familia) de la canoa de navegación Makaliʻi, emprendió una nueva travesía, una que cambiaría el rumbo de nuestra organización, nuestras familias y nuestras comunidades. Nos puso en un camino alineado con los valores y la visión de nuestras y nuestros ancestros, mientras restaurábamos el ʻono (sabor) y la ola (sanación) de nuestros alimentos. Esta travesía se llamó “Hanaunaola, una generación de vida”.

Makali’i con el nuevo equipo. Foto de Na’alehu Anthony.
Nos propusimos realizar un viaje de 30 días a Mokumanamana, provisionados únicamente con lo que pudiéramos cultivar y conservar en nuestra isla: una hazaña que no se había intentado en cientos de años. Nuestro kahua (fundamento) se mantuvo fiel a nuestro Capitán y fundador, el difunto y querido Clay Bertlemann, quien nos enseñó: “He waʻa he moku, He moku he waʻa” (Nuestra canoa es nuestra isla, nuestra isla es nuestra canoa). En la canoa somos interdependientes, dependemos unas y unos de otros para cumplir nuestras responsabilidades y utilizamos nuestras habilidades mientras trabajamos juntos como uno solo. En la canoa, somos nuestra isla, y si logramos llevar la práctica de la canoa a nuestras familias, a nuestro trabajo, a nuestra comunidad y a nuestra isla, la propia isla se convierte en nuestra canoa.
Nuestro Capitán y Pwo (Maestro) Navegante Chadd ʻŌnohi Paishon lanzó un kāhea (llamado) a nuestras comunidades para que se sumaran a este esfuerzo, señalando que, si podíamos lograrlo juntas y juntos, eso decía algo sobre nuestra comunidad, pero que, si no podíamos, decía aún más —y nuestras comunidades respondieron. Diez organizaciones y un gran número de personas estuvieron dispuestas a cultivar y conservar, revitalizando técnicas antiguas e incorporando nuevas tecnologías. Se convirtieron en nuestra ʻāina (tierra) tripulación expandida. Cuando se les preguntó qué debían cultivar, nuestro Capitán respondió: “Cultiven lo que su ʻāina les permita cultivar y lo que sustente a sus familias, y compartan el excedente con nosotros. Nosotros provisionaremos a la canoa con lo que su ʻāina provea”.
Y con ello, comenzó el viaje. Durante el año previo, se cultivaron cosechas, se perfeccionaron las técnicas de conservación, la comunidad se unió y se produjo alimento. Como resultado, la canoa fue provisionada, las tripulaciones fueron nutridas y la travesía fue un éxito en muchos sentidos. En cada comida, la tripulación publicaba en internet de dónde venía la comida y qué comunidades estaban alimentando a la canoa. Los desechos y la basura se redujeron al mínimo, y las y los tripulantes tuvieron toda la energía y fuerza necesarias para tener éxito, regresando incluso con mejor salud que cuando partieron. Esta travesía fue un testimonio de que el ʻike kūpuna (sabiduría y cosmovisiones ancestrales) contiene las claves para la salud, la felicidad y el florecimiento de nuestra cultura y de nuestro pueblo en esta época moderna.
A medida que la travesía llegaba a su fin, una nueva tormenta de proporciones antinaturales se acercaba sigilosamente hacia nosotros en el horizonte, representando no solo una amenaza para nuestra familia de la canoa, sino una que pondría en peligro a la Isla Tierra (Island Earth): la pandemia de COVID-19. Como nación isleña que alguna vez fue autosuficiente pero que ahora depende de las importaciones para más del 90% de sus alimentos y provisiones, la pandemia afectó gravemente nuestra seguridad alimentaria, especialmente en las zonas más vulnerables y remotas.

Leiohu Colburn preparando kalo para un viaje de Hanauna Ola.
En un viaje en waʻa, nos “preparamos” con meses y años de anticipación, de modo que la preparación para la travesía Hanaunaola nos había preparado para resistir esta tormenta. Las mismas organizaciones y personas, nuestra tripulación de tierra, que alimentaron a la canoa, ahora dieron un paso al frente de formas significativas para alimentar a nuestras comunidades. Se convirtieron en centros de distribución, recibiendo donaciones de productos frescos y proteínas de agricultores y cazadores, preservándolos y distribuyéndolos a nuestras comunidades, y sosteniendo a nuestro pueblo. La travesía Hanaunaola fue mucho más que aprovisionar un viaje: fue un regreso a un estilo de vida que refleja la cosmovisión y las prácticas de nuestras y nuestros ancestros. La pandemia dejó más claro que nunca la necesidad de la soberanía alimentaria.
No mucho después de que empezáramos a recuperarnos de la pandemia, la tragedia golpeó con el devastador incendio de Lāhaina, el 8 de agosto de 2023, que se cobró más de 100 vidas y destruyó o dañó más de 2 200 estructuras. La tripulación de Hanaunaola estaba programada para enseñar el sistema de preservación de alimentos a navegantes y miembros de la comunidad en Maui el fin de semana después de los incendios. Por respeto y preocupación, decidieron posponer su clase, pero el pueblo de Maui dijo: “No, por favor vengan, por favor compartan”. La belleza que surgió del momento fue conmovedora. Con este nuevo conocimiento, la comunidad comenzó a preservar y distribuir alimentos nativos no perecederos como lūʻau (hojas de taro cocidas) e iʻa (pescado) a familias que no tenían electricidad o que estaban alojadas en albergues y en casas de familiares y amistades. No solo era comida saludable, sino comida sanadora, sanadora para el espíritu y las almas de quienes la necesitaban. Alimentaba la esperanza.
Después de estas experiencias, deseábamos compartir este ʻike (conocimiento) con nuestra ʻohana a lo largo de Moananuiākea (el gran océano expansivo). Esta oportunidad llegó en junio de 2024 con el 13º Festival de Artes y Cultura del Pacífico, celebrado ese año en Hawaiʻi, con el conmovedor tema “Ho‘oulu Lāhui: Regenerar Oceanía”. Como parte de los festivales, canoas de navegación de todas las islas hawaianas, el Pacífico Sur y Micronesia llegaron a nuestras costas en Kualoa, Oʻahu.

Keala Kahuanui, líder del programa Hanauna Mau en el Festival de Artes del Pacífico 2024.
Como nación anfitriona, establecimos una Aldea Waʻa para recibir a nuestras familias oceánicas y compartir las lecciones que habíamos aprendido sobre cómo combinar las tradiciones ancestrales con técnicas modernas para producir nuestra propia comida desde la ʻāina, la mejor opción para las travesías. Cuando nuestra familia oceánica partió de nuestras costas al concluir el festival, se fue con conocimiento, con canoas abastecidas de alimentos sostenibles y con el deseo de priorizar los alimentos de sus propias tierras para futuros viajes. Al momento de escribir este artículo, hay varias waʻa navegando entre Naciones, aprovisionadas con alimentos cultivados y preservados en sus comunidades.
Compartimos nuestros aprendizajes con quienes se encuentran en las rutas ancestrales de nuestros Pueblos, navegando nuestras canoas alrededor del mundo hace apenas una década, recorriendo el globo. ¿Cómo compartimos nuestros aprendizajes con la gran Isla Tierra? Bueno, nuestras y nuestros kūpuna (ancestros) tienden a abrir los caminos cuando más los necesitamos, si estamos receptivos. Gracias al apoyo de Tamalpais Trust, una organización filantrópica de liderazgo Indígena, pudimos llevar a un pequeño equipo para compartir nuestra comida y nuestras experiencias en Terra Madre, el encuentro internacional bienal de productoras y productores de alimentos en Turín, Italia, en el otoño de 2024. Allí, nos sentimos honradas y honrados de compartir nuestra historia y, más importante aún, de compartir alimentos que preservamos en Hawaiʻi y transportamos a Italia: una manifestación física de Ea i ka ʻAi, o soberanía a través de nuestros alimentos.

Provisiones de alimentos para el viaje a Hanauna Ola.
Para cerrar el círculo de esta travesía de alimentos, tuvimos el honor de aprovisionar alimentos para Hōkūleʻa mientras zarpaba desde Hawaiʻi para circunnavegar el Pacífico durante su 50º año de navegación. La Travesía Hanaunaola y su alcance ampliado realmente ejemplifican la visión del Tío Clay, compartiendo estas importantes lecciones alrededor del mundo. He waʻa he moku, He moku he waʻa. Nuestra canoa es la isla, y nuestra isla es la Isla Tierra.
Para obtener más información sobre Nā Kālai Waʻa y la travesía Hanaunaola visite nakalaiwaa.org.
Para leer esta historia en el idioma original, ʻŌlelo Hawaʻi, visite cs.org/csq.
Kaimana Barcarse (KANAKA HAWAI’I) is CS BOARD CHAIR.
Foto Arriba: Chadd ‘Onohi Paishon con la tripulación de Hui O Wa’a Kaulua después del incendio de Lahaina, preparando comida.
Fotografías de Nā Kālai Wa’a