El agua es vida. Y nuestros océanos son la fuente preciosa de esa vida. Por décadas, como Pueblos Indígenas hemos estado advirtiendo al mundo que se necesita un cambio, para un futuro desarrollo más sostenible y equitativo. Es triste y horrible ver cómo la codicia está destruyendo los delicados ecosistemas oceánicos que han sostenido generaciones durante miles de años. Todos los días, comunidades indígenas en todo el mundo se ven afectadas por el cambio climático. Estamos trabajando para adaptar o mitigar el cambio climático basado en prácticas arraigadas en tradición cultural, conocimiento indígena, y ciencia acumulada durante milenios.
Este trabajo es probablemente el trabajo más importante que se realiza, porque está basado en la comprensión de la relación espiritual y las responsabilidades que se nos han dado como seres humanos. La comprensión de esta relación debe volverse fundamental para asegurar el futuro de la vida. Simplemente no podemos adaptarnos y darle una respuesta a la mitigación del cambio climático, si continuamos con nuestro comportamiento destructivo. Debemos respetar las relaciones y el conocimiento sagrado, y vivir de acuerdo a esos principios. Como dijo Dave Courchene en la reflexión de la reciente reunión de científicos y guardianes del conocimiento indígena en Turtle Lodge: "El cambio climático es realmente acerca del cambio humano: un cambio de corazón. Venimos a presentarnos como ancianos y guardianes del conocimiento a continuar compartiéndolo para proporcionar una dirección que pueda ayudarnos a lograr una tierra mucho más sostenible”. Este conocimiento está profundamente integrado en nuestra cosmovisión y relación con el mundo natural, así como en la práctica de nuestra cultura. Como dijo Elizabeth James-Perry en una entrevista con Cultural Survival: "La ceremonia refuerza estas conexiones. Nuestra cultura nos enseña a tener una vida sana respetando el mar, y por mucho tiempo, hemos hecho nuestros hogares por él y sobre él, disfrutando del alimentos, recursos minerales y vegetales, arpones, pesca con redes y anzuelos, almejas, natación, buceo y viajes cómodos en canoas, a muchos de los lugares que necesitamos o queremos ir". Éste es el conocimiento que debe ser escuchado, respetado e implementado. En un artículo sobre el proceso del activismo de los indígenas, Roberto Múkaro Borrero escribe: "En el 2009, una diversificada delegación indígena caribeña se unió a otros pueblos indígenas de todo el mundo en Anchorage, Alaska, haciendo un llamado a los Estados para que trabajaran disminuyendo la dependencia hacia los combustibles fósiles y avanzaran hacia una transición justa hacia economías renovables descentralizadas, hacia fuentes y sistemas de energía que estuvieran bajo la propiedad y el control de comunidades locales, para lograr la seguridad y la soberanía energética". Mientras escribo esto, la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático (COP 23) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático está finalizando en Bonn, Alemania; y los gobiernos estatales finalmente han reconocido por primera vez que los Pueblos Indígenas juegan un papel de liderazgo importante en el cambio climático. Un documento aprobado en Bonn reconoce que los países "deberían, al tomar medidas para abordar el cambio climático, respetar, promover y considerar sus respectivas obligaciones sobre los derechos de los Pueblos Indígenas y las comunidades locales". El documento también propone una mayor participación en los roles de liderazgo de las comunidades indígenas y menciona una necesidad de financiamiento. Estoy agradecida con todos los líderes indígenas y activistas que asisten regularmente a estas reuniones internacionales, presionando a los gobiernos estatales para que se tomen en cuenta los derechos de los Pueblos Indígenas, y exigiendo su participación en todos los asuntos que afectan a todas las comunidades indígenas.
En espíritu,
Suzanne Benally, Directora ejecutiva
(Navajo y Santa Clara Tewa)