Los Koĩts-Sunuwar de Nepal tienen un sistema educativo Indígena muy arraigado que hace hincapié en el aprendizaje a través de la observación, la práctica, la socialización comunitaria, la participación en rituales culturales y espirituales y la transmisión de enseñanzas orales. A pesar de la creciente presencia de la educación moderna en las aulas, los Koĩts-Sunuwar han mantenido sus métodos educativos tradicionales. Estas prácticas siguen siendo la piedra angular de su patrimonio cultural y garantizan la transmisión de conocimientos y técnicas esenciales a las generaciones futuras. “Nuestra educación no se limita a los libros y las aulas; está entretejida en la estructura de nuestra vida cotidiana, transmitida de antepasados a descendientes. Nuestras historias son nuestras bibliotecas”, afirma el Dr. Lal-Shyäkarelu Rapacha (Sunuwar).
El sistema no se limita a la transferencia de conocimientos; es vital para salvaguardar la identidad cultural, la lengua y los rituales. El aprendizaje Koĩts-Sunuwar es profundamente interpersonal. Estas interacciones forman parte integral de la educación de la comunidad, impartiendo valores morales y lecciones sobre la coexistencia armoniosa con la naturaleza. Los Koĩts-Sunuwar, que viven junto a los ríos Likhu, Sunkoshi y Tamakoshi en el este de Nepal, mantienen una profunda conexión con su tierra ancestral. Reconocida oficialmente como Sunuwar, esta comunidad de casi 80.000 personas está formada por más de 70 subclanes, todos unidos por su religión tradicional, el kirat-dharma, y su lengua, propia de la familia tibeto-birmana. Su patrimonio cultural es una mezcla única de tradiciones, lengua y literatura oral protegida durante milenios.
Nãso, Som Bahadur Sunuwar, ajusta su "chirme" (un anillo tradicional estilo sombrero hecho de bambú) en preparación para el Kãs Sil.
El sistema educativo tradicional de los Koĩts-Sunuwar complementa la educación moderna. Shova Sunuwar. La presidenta de la Sociedad de Mujeres Sunuwar, explica: “Podemos aprender de los libros, pero nuestra verdadera educación procede de los susurros de nuestros antepasados, la orientación de los padres y abuelos y las lecciones de la tierra”. Ella dice que los niños Koĩts aprenden observando e imitando las actividades cotidianas en casa y en sus comunidades. Desde la infancia, se les orienta sobre el comportamiento adecuado, el habla y la participación en las tareas domésticas y los rituales socioculturales. Participan y cooperan en reuniones sociales, adquiriendo una valiosa experiencia práctica y desarrollando habilidades esenciales. En el proceso, se sienten miembros vitales de la comunidad y aprenden de manera informal a través de las interacciones cotidianas. Esta educación fomenta una profunda conexión con su patrimonio a través de un proceso natural de ensayo y error.
A diferencia de la educación formal moderna, la Koĩts-Sunuwar está íntimamente relacionada con la naturaleza, la agricultura, la salud y el bienestar, y los conocimientos se comparten equitativamente entre los miembros de la comunidad. La pérdida de este sistema amenazaría la identidad Koĩts-Sunuwar, y nos recuerda que la cultura Indígena es dinámica, surge orgánicamente de las actividades cotidianas y refleja los factores socioeconómicos y las ideologías que conforman la identidad de una comunidad. Para los Koĩts-Sunuwar, las prácticas culturales, como las relacionadas con la seguridad alimentaria, son cruciales para la supervivencia. El profundo conocimiento que sus antepasados tenían de los alimentos y de su importancia pone de relieve la profunda conexión entre la cultura Indígena y el mundo natural.
Desde que nacen, los Koĩts-Sunuwar están inmersos en historias y cantos, principalmente a través del Mukdum (antigua literatura religiosa y folclórica), interpretado por Poĩnb y Gyãmi (chamanes masculino y femenino, respectivamente), y a través de los cuentos de sus abuelos. Estos relatos forman un vibrante tapiz de conocimiento cultural que prospera incluso en la era de la tecnología, con historias ahora registradas en libros y formatos digitales. Pero el poder de la transmisión oral sigue vigente. “Nuestros diseños son registros de nuestra historia”, afirma Puskal Sunuwar, un respetado Poĩnb. “Cuentan historias de nuestros antepasados y nuestra conexión con la tierra”. Estos diseños, que se encuentran en la ropa, las paredes e incluso los instrumentos musicales, sirven como depósitos de conocimiento similares a los libros modernos. Aunque el lenguaje escrito ha ganado importancia, muchos KoĩtsSunuwar siguen dependiendo en gran medida de las tradiciones orales, reconociéndolas como una parte vital de su identidad cultural.
La educación oral entre los Koĩts-Sunuwar es especialmente intensa durante las ceremonias y rituales, donde las historias conectan a la comunidad con los espíritus, sus antepasados y el mundo natural. Estas tradiciones orales son esfuerzos colectivos que implican la participación activa de todos los miembros de la comunidad. Mediante representaciones interactivas que incluyen canciones, cantos y poesía épica, los Koĩts-Sunuwar mantienen el orden social y la continuidad cultural. Aunque la educación en las aulas tiene su lugar, no puede replicar la profundidad y el compromiso comunitario de la tradición oral de los Koĩts-Sunuwar. Esta forma de escolarización sigue siendo vital, ya que garantiza la transmisión de conocimientos y valores de generación en generación; incluso con la influencia de la educación formal, muchos ancianos siguen confiando en los conocimientos tradicionales.
A medida que la globalización amenaza los conocimientos Indígenas locales, es crucial salvaguardar la sabiduría contenida en las prácticas culturales en forma escrita. Incorporar los conocimientos tradicionales Indígenas a la educación formal y elaborar políticas que ofrezcan oportunidades de aprendizaje a los Pueblos Indígenas, es esencial para la justicia social y la continuidad cultural. Ceremonias como el Syãndar Sil se han utilizado durante mucho tiempo para transmitir valores morales y mensajes educativos y son fundamentales en la vida sociocultural de los Koĩts-Sunuwar. El chamanismo, una tradición espiritual conservada durante generaciones, es el núcleo de la cultura Koĩts-Sunuwar, y los chamanes son venerados como curanderos y guías espirituales. Sus conocimientos, adquiridos por herencia e instrucción espiritual, se utilizan en rituales de tambores, danzas y cánticos.
Tradiciones chamánicas de los Koĩts-Sunuwars
El Mukdum es una rica tradición oral que se encuentra en el corazón del pueblo Sunuwar. Es una entidad viva que se transmite oralmente de maestro a alumno durante las ceremonias sagradas, y sus narraciones reflejan a menudo el histórico estilo de vida cazador de los Sunuwar, explicando sus asentamientos cerca de ríos, cuevas y bosques. El Sasi Mukdum, transmitido por los Poĩnb y los Gyãmi, relata el origen del universo, de la humanidad y de los propios Sunuwar. “El Mukdum es nuestra conexión con los comienzos con las historias de la creación que conforman nuestra identidad. Es nuestra historia, ciencia y espiritualidad, todo entretejido”, reflexiona Sunuwar. El Megyo Mukdum contiene poderosos mantras para invocar deidades, realizar rituales y curar invocando a dioses de la naturaleza y diosas ancestrales. “El Megyo Mukdum es nuestra medicina”, explica Sunuwar. El Muili Mukdum alberga mantras dedicados exclusivamente a invocar deidades. Este intrincado sistema chamánico, presente en todas las culturas Indígenas, revela el profundo vínculo entre los humanos y el mundo espiritual.
Una ceremonia chamánica, Syãndar Pidar, incluye sacrificios de animales realizados con tiro con arco por el Nãso (intérprete ritual). Un elemento animado de esta ceremonia es el Kashsil (danza del puercoespín), en la que se recita rítmicamente el Mukdum junto a tambores, encarnando la creencia Sunuwar de que el puercoespín les enseñó a identificar los alimentos seguros. Las profundas creencias animistas de los Koĩts-Sunuwar se reflejan en su veneración por la naturaleza y la observancia de Udhauli y Ubhauli, festivales bianuales vinculados a los ciclos agrícolas.
La comunidad Koĩts-Sunuwar también se ha apoyado en instituciones tradicionales denominadas Koĩts-Chuplu para regir diversos aspectos de su vida. Este órgano central cuenta con las funciones de Mulich (jefe), Ngãwach (consejero), Gauroch (juez) y Dibrung (responsable de comunicación), transmitidas de generación en generación, lo que garantiza la continuidad del liderazgo y la tradición. A medida que estos sistemas han ido evolucionando, el espíritu de la educación dirigida por la comunidad persiste en los hogares, los campos, la casa del jefe, las casas de la comunidad y durante los rituales, garantizando una experiencia de aprendizaje total. Instituciones tradicionales como el Koĩts-Chuplu, el Mulich o el Kgãwach (jefe de justicia) y el Nãso, incluidos el Poĩnb y el Gyãmi, garantizan aún más la continuidad de la cultura y los conocimientos Sunuwar. “Nuestras tradiciones son vitales para la continuidad cultural, la seguridad alimentaria, la identidad y la conservación del medio ambiente”, afirma Uttam Kumar Sunuwar.
Syãndar Sil es una danza que se presenta dos veces al año y que encarna una tradición en la que el conocimiento fluye de una generación a la siguiente a través de la participación activa.
La transición a la educación formal y presencial en Nepal transformó profundamente a los Koĩts-Sunuwar y otros Pueblos Indígenas. Históricamente, la educación en Nepal ha estado muy regulada. Durante el régimen de los Rana (1846-1951), la educación era privilegio de la élite, y se utilizó un sistema basado en el idioma inglés para promover la occidentalización. En este periodo también se reclutó a jóvenes Koĩts-Sunuwar en los ejércitos británico e indio, lo que alteró aún más su modo de vida tradicional. Tras la caída del régimen de los Rana, las instituciones educativas proliferaron por todo Nepal. Sin embargo, el sistema Panchayat (1961-1990) impuso un plan de estudios monocultural centrado en los valores hindúes. Esto marginó a las diversas culturas Indígenas de Nepal. El énfasis en el nepalí como lengua de instrucción y de gobierno exacerbó aún más estas exclusiones, provocando malos resultados educativos para muchos niños Indígenas, una tendencia que persiste en la actualidad.
Para los Koĩts-Sunuwar, el sueño de una educación Indígena en su lengua materna sigue siendo inalcanzable. A pesar del reconocimiento formal de la educación integral, importantes obstáculos impiden a los niños Koĩts-Sunuwar acceder a una educación de calidad que respete y preserve su patrimonio cultural. Aunque la integración de la educación Indígena en la escolarización formal presenta desafíos prácticos, es vital iniciar un discurso sobre su incorporación. Colmar la brecha entre los conocimientos y sistemas educativos Indígenas y la educación moderna es esencial para garantizar una experiencia de aprendizaje holística e integradora a las generaciones futuras.
Foto superior: Kãs Sil, una danza realizada durante un ritual ancestral Kãs Pidar en Sabla, Ramechhap, Nepal.
Fotos por Uttam Kumar Sunuwar.