"Nuestra misión en la vida, para todos los que hemos aceptado defender la tierra, es recuperar las enseñanzas originales". - Suzanne Benally
El cambio climático afecta a los Pueblos Indígenas a un ritmo desproporcionado, y afecta a los modos de vida tradicionales y la soberanía alimentaria. Del 24 al 26 de agosto de 2018, más de 60 miembros de comunidades Indígenas y expertos de Xhidza (Zapoteca) - Quechua, Zapoteca, Kaqchikel, Ayuuk (Mixe), Dine', Nahua, Otomí, Navajo, Santa Clara Tewa, Yaqui, Binizá (Zapoteca), Oneida, Sami, K’iche’, Tacana, Aymara y Mixteco - se reunieron para discutir el cambio climático, los conocimientos tradicionales y la soberanía alimentaria en Ixtlán de Juárez, Oaxaca, México. La reunión, "Respetando nuestra Ciencia Tradicional y Formas de Saber: la Soberanía de los Pueblos Indígenas, las Formas de Vida y el Cambio Climático", fue organizada por Cultural Survival y el Consejo Internacional de Tratados Indios.
El objetivo de la convocatoria fue participar en un diálogo sobre las perspectivas Indígenas del cambio climático a partir de nuestros conocimientos y ciencias tradicionales; cómo entendemos, enmarcamos y definimos el cambio climático a través de nuestras prácticas culturales y conocimiento espiritual, y cómo nos cruzamos con la ciencia climática occidental. También se discutieron las causas y los impactos del cambio climático para los Pueblos Indígenas y sus comunidades. El sitio de la reunión, Eco-Turixtlan, un proyecto de eco-silvicultura, propiedad de la comunidad Indígena local de Ixtlán de Juárez, fue una fuente de gran inspiración para la discusión de temas relacionados con la administración ambiental, el conocimiento tradicional, la ciencia Indígena, la ciencia del clima y los derechos Indígenas.
En el discurso de apertura, el anciano Diné y el líder tribal Duane "Chili" Yazzie proporcionaron una brújula para las conversaciones a través de la historia de emergencia tradicional de los Diné, expresando la necesidad de que la humanidad regrese a las "instrucciones originales" de cómo existir. La tierra en relación espiritual con la madre naturaleza. “La Madre Tierra comenzó con personas de cuatro colores diferentes que se establecieron en todo el mundo. Todos ellos tenían los principios y valores originales por los que deberíamos vivir para mantener relaciones de armonía con la Madre Tierra y los enormes poderes del universo", nos relató.
Berenice Sánchez (Nahua, Otomí), presidenta de la Asamblea de Pueblos Indígenas para la Soberanía Alimentaria, formuló un discurso sobre los impactos bioculturales del cambio climático en torno a la forma en que los Pueblos Aborígenes entienden el cambio climático; de un modo holístico e integral en lugar de dividido, enraizado en experiencias basadas en el lugar con el mundo natural. En Sierra Juárez, México, por ejemplo, algunos ancianos se refieren al cambio climático como "el mundo que está cambiando". Los participantes discutieron sobre lo que han estado experimentando en sus territorios: la pérdida de plantas y animales, los cambios en las estaciones y los ecosistemas, la desaparición de manantiales, la aparición de sequías prolongadas y los cambios en las temperaturas. En México, como lamentó un participante, “hay una menor disponibilidad de agua para uso humano y para actividades de la tierra. Estamos perdiendo semillas debido a las sequías, o a la lluvia que viene en un momento inesperado. También estamos experimentando la pérdida de semillas debido a las aves que llegan al campo realmente hambrientas y las sacan de la tierra”.
En otros lugares, como en Chiapas y Oaxaca, el hongo de la roya del café ha atacado las plantaciones de sombra y ha causado muchos daños, poniendo en peligro vastas áreas de bosque. En California, las bellotas sufren enfermedades relacionadas con el cambio climático, que afecta la salud de los árboles, y con ello, afecta la base alimenticia para muchos animales y pueblos nativos, además de contribuir al incremento de los incendios forestales. Y en el Ártico, Aslak Holmberg (Sami), miembro del Consejo Sami, informó que “este verano fue excepcionalmente cálido y seco; hubo varios incendios forestales. Cuando el bosque se quema, destruye los pastizales de los renos, afectando no solo la disponibilidad de este año, sino la de muchas décadas por delante. Para los pescadores de salmón, los niveles de agua han sido muy bajos; y esto afecta de manera dramática a la llegada de los salmones”. La directora ejecutiva de Cultural Survival, Suzanne Benally, ofreció un resumen de las conversaciones: “Entendemos el cambio climático como el conjunto de eventos y alteraciones extremas de los diferentes fenómenos naturales relacionados con el clima, que causa efectos drásticos en nuestro planeta. El cambio climático nos pone a nosotros, a nuestro entorno social, cultural, espiritual y económico en riesgo".
El consenso alcanzado es que la relación espiritual de la humanidad con la Madre Tierra ha sido profundamente dañada en la cultura neocolonial occidental que prevalece, y que la separación de los seres humanos de la Madre Naturaleza es una causa fundamental de la actual crisis climática que enfrentamos. La humanidad rompió el vínculo sagrado con la naturaleza y ha abusado y explotado el mundo natural que nos proporciona todo lo que necesitamos. Como lo enmarcó un participante, la ideología occidental se ha alejado mucho de las enseñanzas originales, de la realidad. "Ellos no ven nada malo en la extracción de petróleo, de uranio, carbón y gas, destruyendo la tierra en el proceso. El colonialismo interno lo ha hecho para que este pensamiento occidental no solo venga del exterior, sino también de algunos de nosotros. Las comunidades se dividen frente a los proyectos de desarrollo, y a veces nos volvemos codiciosos e irresponsables con la Tierra".
Como Pueblos Indígenas, se necesita un debate entre nuestras comunidades y nuestros jóvenes, no sólo sobre el manejo sostenible de la tierra, sino también sobre la incorporación de nuestras formas de vida tradicionales. Haciendo hincapié en este punto, otro participante dijo: "Si estamos haciendo una restauración de la primavera, también incluyamos protocolos culturales en el proceso, incluyamos historias y mantengamos nuestra conexión con los manantiales sagrados en este proceso". Los cambios en el clima se ven reflejados en cambios en nuestras historias, nuestras canciones, nuestras ceremonias, nuestros bailes y nuestras tradiciones espirituales. El conocimiento tradicional debe mantenerse, pero también debe actualizarse en consecuencia con nuevas experiencias.
En las mesas redondas, los facilitadores Daniel Pascual (K’iche’), coordinador del Comité de Unidad Campesina en Guatemala y Gabriela Linares (zapoteca), miembro de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca, México, guiaron las conversaciones sobre el importante papel de los derechos a la tierra en el trabajo de los Pueblos Indígenas para combatir el cambio climático. El derecho a administrar nuestras tierras ancestrales es una base esencial sobre la cual se asientan nuestros modos de vida, nuestros conocimientos tradicionales y nuestro bienestar. Las presentaciones de otros participantes dieron ejemplos específicos de comunidades que trabajan de manera sostenible hacia la soberanía alimentaria de forma que benefician tanto a la tierra como a las economías locales; como por ejemplo, cultivos de café en sombra, manejo de semillas, promoción de alimentos y medicamentos de plantas Indígenas y redes de apoyo para los pequeños agricultores. En uno de esos ejemplos, una cooperativa de Indígenas y pequeños agricultores en Tlaxcala, México, que encontró sus cultivos plagados de saltamontes, resolvió su problema volviendo a las prácticas tradicionales de recolección de los saltamontes para el consumo.
“Nuestra ciencia tradicional es que no cambiamos nuestro entorno, pero cambiamos nuestro comportamiento para adaptarlo al entorno. Los árboles atraen la lluvia, y tenemos muchos conocimientos tradicionales relacionados con el bosque. Tenemos que mantener ese conocimiento y conservar nuestro bosque para ayudar al medio ambiente y al círculo de la vida. Creemos que el modelo de soberanía alimentaria es un modelo que debe ser ecológico, social, económico y culturalmente apropiado; que debe ser parte del derecho a la autodeterminación que tienen todos los pueblos”, dijo Andrea Carmen (Yaqui), directora ejecutiva del Consejo Internacional de Tratados Indios.
Las comunidades continúan produciendo sus propios alimentos, conservando las semillas e intercambiándolas con otras personas. Los Pueblos Indígenas de México están utilizando el fortalecimiento del tequio (trabajo colectivo) y utilizando los saberes ancestrales para revitalizar la horticultura nativa, incluyendo los nuevos sistemas de riego, el retorno a la producción orgánica y el uso de invernaderos con un uso controlado de agua. "Necesitamos recuperar el cultivo orgánico y espiritual de nuestros cultivos tradicionales, no solo por su valor tradicional, sino también por su importancia medicinal y por lo que representan para el bienestar general", declaró un participante. Algunos de estos cultivos, como la quinua, el cañihua, el amaranto y diferentes variedades de tubérculos, han sido explotados y comercializados a precios excesivos; por ello, debemos reclamarlos para fomentarlos en nuestros medios de vida y sistemas de producción.
En la parte final de la reunión, se presentó un documento de resultados consensuado entre los participantes, describiendo las perspectivas y la posición de los participantes sobre los derechos y responsabilidades de los Pueblos Indígenas con respecto al cambio climático, los conocimientos tradicionales y la soberanía alimentaria. Las comunidades Indígenas se están enfrentando a cambios en las costumbres y la vida diaria, recuperando, reformulando y transformando nuestros conocimientos tradicionales. Nos relacionamos con la naturaleza como una forma de obtener nuestros medios de vida, pero la forma en que nos relacionamos con nuestro medio ambiente también representa medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Estamos participando en foros locales, nacionales e internacionales para defender la soberanía alimentaria, la biodiversidad, el clima y los derechos Indígenas. Buscamos no solo el reconocimiento de nuestras formas de vida y conocimiento, sino también participar en los procesos de toma de decisiones y discutir formas de mitigar y adaptarnos a las nuevas condiciones que está creando el cambio climático.
--Alma Patricia Soto Sánchez es investigadora en Conacyt / Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Pacífico Sur en Oaxaca, México.
Foto: Participantes en el espacio de reuniones en el centro Ecoturixtlan en Ide Juárez, Oaxaca, México