Kimi Sibal with Atayal elder, Jian YuYing (簡 玉英), who has since passed away.
Bajo un cielo claro de montaña, un chico Atayal de 13 años se prepara para la transición a hombre por medio de una dolorosa ceremonia heredada de sus ancestros. Como muchos chicos de su edad, ha probado su valor demostrando su dominio del arte de la caza. En otra aldea, una chica de edad similar espera su propio paso hacia la madurez tras dominar su oficio del tejido. Ambos esperan un ritual que es parte de la más significante ceremonia de mayoría de edad para los Atayal, una de las 16 tribus Indígenas reconocidas de Taiwán. Mientras esperan, una mezcla de carbón y aceite de árbol de pino es preparada, aplicada y lentamente inyectada en sus mejillas y frentes, Frecuentemente referida como un tesoro cultural, la tradición del tatuado facial fue prohibida, y subsecuentemente, comenzó a desaparecer durante la ocupación japonesa de Taiwán de 1895 a 1945. “Mi abuela tenía tatuajes faciales y eran muy hermosos”, dijo la defensora cultural e historiadora Kimi Sibal en una entrevista reciente.
Distribuidos en ambos lados de la cordillera central de Taiwán en la parte norte del país, como también en las áreas montañosas de Yilan y Hualien, el pueblo Atayal constituye el segundo grupo Indígena más grande en Taiwán, con una población total de cerca de 90,000 personas. Las comunidades Atayal están organizadas en cuatro grupos: Organizaciones tribales (a cargo del liderazgo y de las propiedades), grupos de sacrificios (preparan los sacrificios y dirigen procedimientos rituales), gaga (un sistema de enseñanza ancestral y aplicación de normas sociales), y equipos de caza.
Kimi Sibal with Atayal elder, Jian YuYing, who has since passed away.
“La parte más distintiva de la cultura Atayal son los tatuajes faciales. Mientras los tatuajes de los hombres simbolizan adultez y valentía, los de las mujeres simbolizan habilidades de tejeduría”, dice JunYu Lin (Atayal), un maestro de música de 33 años en Yilan. La tribu Atayal usa ramina, una planta con flores, de la familia de la ortiga, como materia prima para tejer. Estos días, la mayoría de la gente usa lana para tejer debido a su conveniencia y diversidad de color, así que el uso tradicional de ramina esta gradualmente decayendo. “Una chica que no puede tejer y no tiene tatuajes no sería capaz de encontrar un esposo en la tribu”, explica Lin.
Después del fin de la guerra chino-japonesa, los japoneses firmaron el Tratado de Shimonoseki y subieron al poder. En un esfuerzo para ejercer autoridad sobre un grupo visto como salvajes por los colonizadores, condujeron a las comunidades Indígenas que vivían en las montañas a tierras planas, en donde era más fácil regularlos y controlarlos. Una vez que los japoneses cayeron del poder después de la Segunda Guerra Mundial, Chiang Kai-Shek y los Kuomintang (KMT), el partido político mayoritario en Taiwán, asumieron su posición de soberanía. Con el fin de crear una fuerte identidad nacional cultural China, la nueva administración autoritaria continuó el patrón de opresión y maltrato hacia los Pueblos Indígenas.
Kimi Sibal with Taroko elder, Lin Zi Li (林梓 里), who has since passed away.
Las escuelas japonesas fueron reemplazadas por las que eran dirigidas por la KMT, y debido al cambio en las regulaciones educativas, toda la gente Aborigen fue obligada a aprender mandarín. Sin embargo, los chinos no fueron obligados a aprender ningún idioma indígena. No mucho después, todos los idiomas indígenas, como también el japonés, fueron prohibidos de ser usados en público. No fue hasta después del levantamiento de la ley marcial KMT en 1987 y la democratización de Taiwán que esos idiomas, que previamente enfrentaron una opresión sistemática, comenzaron a resurgir.
En medio de numerosas técnicas de pacificación y persecución prolongada, se prohibieron prácticas sagradas como el tatuado facial. Después de años de opresión, la abuela de Sibal había sido condicionada a tener vergüenza de las marcas en su rostro. Como nativa Hualien y miembro de la comunidad Truku, Sibal no sabía de su herencia hasta mucho después en su vida. Recuerda un incidente que involucraba a su hijo, cuando recién empezaba la escuela, y que la tornó consciente de la importancia de aprender sobre su historia. El chico estuvo en una pelea con sus compañeros de clase porque señalaron su descendencia, haciendo burla de que los tatuajes usados por sus antepasados los hacían lucir como monstruos, y que venía de un linaje de sangre de salvajes. Sibal resolvió descubrir la historia detrás de sus propios antepasados y compartir el verdadero significado de los tatuajes faciales.
"Tomé mi cámara, tomé mi grabadora de voz y partí. En ese momento, descubrí que aún había mucha gente que tenía tatuajes", dice.
Ancient tools used for facial tattooing, atok (a needle-bearing stick) is driven into the skin using a totsin (hammer).
Desde entonces, Sibal ha dedicado años de su vida a la documentación de esta práctica, y expone una gran colección de su trabajo en Hualien. Hoy, no hay ancianos Atayal con tatuajes faciales. “Llegué a pensar, ¿Por qué he estado investigando esta gente durante todos estos años? Bueno, las palabras que cuentan están llenas de historia. Las historias que dicen son ricas y maravillosas. Después de años de búsqueda, finalmente empecé a darme cuenta por qué miles de personas conservaron estos tatuajes, su significado y su espíritu” dijo.
Sibal ha capturado cientos de retratos de ancianos tatuados y ha escrito muchos libros sobre esta costumbre simbólica. Enlista cuatro razones principales para la preservación de los tatuajes faciales: Reconocimiento de la tribu, protección contra espíritus malignos, acceso al más allá y belleza. Aunque los significados detrás de estos tatuajes faciales son representación de honor y altos logros, con el advenimiento de colonización, han sido malinterpretado frecuentemente. Como el hijo de Sibal descubrió en la escuela, es común para grupos que practican los tatuajes faciales ser etiquetados falsamente como criminales e incivilizados.
En la sociedad moderna, las poblaciones Indígenas alrededor del mundo enfrentan muchos desafíos. Algunas de estas dificultades incluyen litigios sobre derechos de la tierra, discriminación, poco acceso a la educación y servicios de salud, hegemonía lingüística, y pobreza. Un problema frecuente que enfrentan los pueblos Indígenas de Taiwán ha sido el desempleo. Desde que el gobierno comenzó a permitir la importación de trabajadores extranjeros con salario mínimo en la década de 1990, los Pueblos Aborígenes han luchado para competir por un salario digno. La Ley de protección de los derechos laborales de los Pueblos Indígenas de 2001 se diseñó para aliviar las altas tasas de desempleo de los Pueblos Nativos. Incluye un principio de reclutamiento proporcionado, que establece que al menos un tercio de la fuerza laboral empleada por el gobierno, las escuelas públicas o las empresas estatales debe ser aborigen. La ley incluye otras pautas, como la directriz para que los Pueblos Indígenas formen cooperativas.
Conforme Taiwán sigue desarrollándose como una nación colonizada, mucha gente Indígena ha abandonado su estilo de vida tradicional por uno de modernidad. Recientemente, el número de Aborígenes taiwaneses viviendo en centros urbanos ha sobrepasado por primera vez el número de gente Indígena viviendo en áreas rurales. Por un pequeño porcentaje, la mayoría de las personas Aborígenes viven ahora en ciudades de Taiwán. La juventud Nativa de Taiwán ha hecho serios esfuerzos para recuperar su identidad Indígena; deben buscar recursos para aprender su idioma y regresar a sus aldeas para intentar entender su cultura, cosa que normalmente no es enseñada en las escuelas.
Aunque la sociedad Aborigen ha sido amenazada por décadas, se ha introducido cierto número de políticas para proteger estas culturas integrales y brindar recursos para su supervivencia. Un ejemplo de ello es el establecimiento de la Fundación Cultural de Pueblos Indígenas en el 2007, cuya misión es “transmitir el legado de cultura y educación de Pueblos Indígenas como también operar una industria de medios que promueva culturas Nativas.” Otra política notable es la Ley de desarrollo de lenguas Indígenas de 2017, la cual busca asegurar el uso de lenguajes Aborígenes. La Ley nombra oficialmente los idiomas de las tribus Aborígenes de Taiwán como idiomas nacionales. Además, el gobierno está obligado a organizar una fundación dedicada a la investigación y apoyo de estos idiomas.
Kimi Sibal with Taroko elder, Lin Zi Li (林梓 里), who has since passed away.
De acuerdo con la ley, los idiomas Indígenas están permitidos para ser usados en asuntos legales, documentos oficiales, y señalización en áreas aborígenes. Además, es obligatorio que los medios de comunicación Indígenas estatales produzcan programas y publicaciones para promover y enseñar las lenguas Nativas. Aunque el gobierno taiwanés ha tomado medidas para promover los derechos Indígenas, tales como un mayor reconocimiento tribal, representación gubernamental, y legislación protectora, el progreso ha sido lento y hay mucho trabajo por hacer.
Mediante su trabajo documentando la vida de ancianos Atayal, el legado de Sibal permanecerá a lo largo de los años. “En tanto estemos aquí, no importa qué hagamos, no somos tratados de manera justa en esta tierra,” dice Sibal. “No hay respeto mutuo. Lo que otros escriben sobre nuestra cultura, sobre nuestro idioma, está en los ojos e interpretación del gobierno. Ellos pueden escribir lo que quieran, pero hoy estoy haciendo este honorable trabajo porque los que tienen estos tatuajes son mis propios ancestros. Lo más importante es que se graben estos tatuajes. Debemos dejar que la siguiente generación sepa que estas marcas que sus antecesores tienen en su rostro representan valentía y capacidad.”
-- Sylvia Dean es la coordinadora de relaciones públicas de Indigenous Bridges- Atayal, una organización taiwanesa que trabaja para facilitar el resurgimiento cultural Indígena por medio de conexiones entre comunidades Indígenas, para servir de “puente” entre ellas.