Mi nombre es Celia Flor Díaz Pérez, y soy mujer Maya Tsotsil de Los Altos de Chiapas, de la cultura Chamo’. Cumpliré 35 años en abril. Me presento como Celia Nichim (que significa flor en Tsotsil) en algunos espacios que no precisen el nombre completo, ya que mis apellidos son parte de la imposición colonial.
Geográficamente vivo en el municipio de San Cristóbal de Las Casas. La mayor parte de mi vida la he vivido dentro de los bosques de coníferas en la zona agraria de la ciudad colonial. A los 20 años salí de la casa materna para no enfrentar un matrimonio de conveniencia; a cambio, decidí afrontar la incertidumbre de una ciudad mágica y racista.
Después de vivir unos meses en un albergue para personas refugiadas y adolescentes “descarriadas” fui niñera de una familia acomodada, en donde hasta el momento los considero parte de mi familia de corazón. En esta casa me reencontré con los libros. Anteriormente, durante la primaria había encontrado en la pequeña biblioteca escolar el tomo completo de la versión infantil de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. El director se encargó de prestarme uno por uno los libros de la colección.
Ése fue mi primer acercamiento a la literatura y se convirtió en mi pequeño refugio para huir de las disputas interminables en la casa y las burlas constantes de mis compañeros de clase, en especial de las niñas, porque los profesores se encargaban de ponerme de ejemplo cuando sacaba buenas calificaciones para humillar al resto del salón. Por esa razón, yo tenía constantes arrebatos de no querer ir más a la escuela. Después de la primaria, no hubo más libros hasta llegar a San Cristóbal. Nuevamente la literatura fue la balsa que me sacó a flote para navegar las aguas de una sociedad que no conocía, y también, me ayudó a comprender el español y adoptarla como segunda lengua.
Posteriormente, decidí seguir estudiando hasta terminar una licenciatura. Estudié la carrera de Desarrollo Sustentable en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH) sede San Cristóbal de Las Casas. La amplitud de la malla curricular me llevó a enfocar mis estudios al eje social del desarrollo, concretando mi servicio social en una propuesta de educación ambiental popular para jóvenes en las zonas rurales, usando como pilares la educación popular, la investigación acción participativa y el diálogo de saberes.
Esta experiencia me vinculó tanto con organizaciones de la sociedad civil como con los principales espacios laborales, trabajando en temas de defensa del territorio, derechos de las mujeres, educación ambiental y gestión de proyectos comunitarios. En el ejido donde vivo, cumplo mis obligaciones comunitarias y acompaño a una colectiva local de mujeres Tsotsiles en la reivindicación de nuestra autonomía en una sociedad patriarcal, buscando aliados y estrategias para trabajar de manera colectiva sin vulnerar más nuestras condiciones.
Actualmente estoy incorporándome a un espacio laboral como encargada del área pedagógica de un proyecto de apicultores en las comunidades rurales de Chiapas y la Península, el cual considero, será otro de mis mayores espacios de aprendizaje.
Celia Nichim participó en el Encuentro de Tierra y Medios de Vida como socia de subvenciones del Fondo Guardianes de la Tierra del 15 al 17 de enero de 2024, en Siguatepeque, Honduras, organizado por Cultural Survival. Participaron organizaciones Indígenas, Maya A´echi´, Maya Tsotsil y Lenca de Honduras, Guatemala y México. Conozca más del encuentro en este artículo escrito por Celia Nichim.