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Construyendo soberanía energética para la vida: Makxtum Kgalhaw Chuchutsipi

Aprovechar el poder del sol no es nada nuevo para muchas comunidades Indígenas. La energía solar ha sido usada por miles de años de muchas maneras diferentes, para calentar, cocinar y secar. Alrededor del mundo, las comunidades están regresando de nuevo a la energía solar para solventar sus crecientes necesidades de electricidad como también para afirmar su soberanía y autodeterminación Indígena. Mediante su participación en Makxtum Kgalhaw Chuchutsipi, los jóvenes Tufunakú están dirigiendo la manera de defender sus territorios y construir fuentes de energía sustentables para sus comunidades. 

Makxtum Kgalhaw Chuchutsipi es una organización Tutunakú formada por jóvenes entre las edades de 14 y 30 años de 10 comunidades entre el Río Ajajalpan en el norte del Estado de Puebla, México. La organización fue creada en el 2013 cuando Grupo México, un conglomerado mexicano que era el principal operador minero en el mundo, intentó reclamar tierras en varias comunidades locales Indígenas. Su ambiente local es amenazado por otros proyectos de desarrollo a gran escala incluyendo la represa hidroeléctrica de Comexhidro, el cual provee de energía a Walmart. 

Una subvención de Guardianes de la Tierra fue otorgada a Makxtum en el 2019 para fortalecer las voces y el liderazgo de jóvenes Tutunakú para defender sus tierras y recursos hídricos de mega proyectos de desarrollo indeseados. La juventud Tutunakú entiende que la energía es una necesidad importante para las comunidades y que son posibles fuentes alternativas; saben que la energía hidroeléctrica no es la única opción, a pesar de lo que les quieren hacer creer las empresas productoras a gran escala. Reconociendo su interés en energía renovable, Makxtum capacitó a los jóvenes en producción de energía alternativa, incluyendo paneles solares fotovoltaicos, como parte de su estrategia para lograr soberanía energética. También crearon videos sobre la espiritualidad Tutunakú y la relación de su pueblo con el agua.




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En la formación que recibió la juventud Makxtum, relacionada a la defensa de la tierra, recolectaron información sobre el proyecto de hidroeléctricas y los posibles impactos que produciría a sus comunidades. Empresas de desarrollo e industrias extractivas ven a los jóvenes como un grupo estratégico para comprometer, y muchas de estas empresas se dirigen a ellos para convencerlos de aprobar proyectos de desarrollo en sus comunidades ofreciéndoles, a menudo, oportunidades de trabajo. Los Makxtum llevaron a cabo este proyecto porque creen que “es necesario trabajar más con la gente joven para que aprendan cómo se puede generar electricidad sin dañar a la Madre Tierra, para que aprendan los impactos negativos generados por megaproyectos”.

El Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario y Energía son dos organizaciones que apoyan a los jóvenes en este proyecto. Un total de 27 jóvenes participaron en las capacitaciones, las cuales fueron pausadas varias veces el año pasado debido a la pandemia. El proceso de aprendizaje de los jóvenes incluyó visitas a otros proyectos de energía para aprender de ellos de primera mano. Después de dicha visita a la planta hidroeléctrica Necaxa, un participante mencionó: “Esta visita nos ayudó a entender que no todas las plantas hidroeléctricas generan energía limpia y que a las empresas extranjeras grandes no les importa el daño que sufre la población en donde el proyecto está ubicado. Esto nos motivó a aprender más sobre la energía renovable y que no todos los proyectos de energía renovable son adecuados para las comunidades”. Los jóvenes también tuvieron la oportunidad de viajar a Cuetzalan, Puebla, para visitar proyectos Indígenas Nahua similares a los de ellos, una experiencia que los ayudó a ver las posibilidades de su propio proyecto.


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“Siempre estuve interesada en saber cómo funcionaba la energía y cómo llegaba a nuestras casas. Este curso me ayudó mucho porque aprendí cosas que no sabía y vi la importancia de la energía para nuestras vidas. La energía renovable generada por paneles solares ayuda a proteger a la Madre Tierra de más daños. Todavía tenemos mucho que aprender. Estoy agradecida de tener esta oportunidad de participar,” dijo Griselda Luna, una participante de la comunidad de Alticato. “La idea es seguir aprendiendo y poder avanzar la formación con otros jóvenes en otros pueblos para que el aprendizaje no se quede solo con nosotros. Necesitamos mostrarles a otros que podemos generar energía sin secar nuestros ríos, sin la necesidad dolorosa de entubar el agua y matar a los animales que viven en el agua”, dijo José Galindo de San Felipe Tepatlán.


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Casi la mitad de los participantes eran mujeres; Makxtum tiene la intención firme de promover el liderazgo de mujeres Indígenas en sus capacitaciones, y como tal, adaptó los talleres para que más mujeres jóvenes pudieran participar. Miembros de Makxtum conversaron directamente con las familias y llegaron a un acuerdo sobre la participación de sus hijas, redujeron el tiempo de cada capacitación, y se aseguraron que las jóvenes estuvieran acompañadas para hacerlas sentir seguras. Los proyectos de formación de Makxtum han sido una gran experiencia para los jóvenes. Ellos quieren seguir con su trabajo, y más jóvenes y familias quieren enviar a sus hijos a aprender sobre la energía alternativa. Los jóvenes de Makxtum continúan trabajando contra la energía "proyectos para los muertos" (término comúnmente utilizado en México como parte de las campañas comunitarias en contra de los impactos de los megaproyectos), en vez de centrarse en construir proyectos alternativos “para la vida”. Como organización, Cultural Survival se siente honrada en poder contribuir a estos esfuerzos.

El Fondo de los Guardianes de la Tierra (KOEF por sus siglas en inglés) es un fondo de Cultural Survival dirigido por Indígenas, diseñado para apoyar proyectos de desarrollo y defensa de los Pueblos Indígenas. Desde el 2017, KOEF ha apoyado 119 proyectos en 31 proyectos mediante subvenciones y asistencia técnica con un total de USD$448,475. KOEF en promedio, proporciona subvenciones de USD$5,000 a las comunidades Indígenas de base, organizaciones y gobiernos tradicionales para apoyar sus proyectos de desarrollo auto determinados basados en sus valores Indígenas. Con base en la Declaración de las Naciones Unidas Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Cultural Survival utiliza un enfoque basado en los derechos en nuestras estrategias de concesión de subvenciones para apoyar las soluciones Indígenas de base a través de la distribución equitativa de recursos a las comunidades originarias.

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