El Movimiento Maricas Bolivia busca fomentar el respeto hacia las mujeres trans Indígenas aymaras y quechuas que se congregan en las grandes ciudades a través de productos radiofónicos y procesos de acompañamiento; así como empoderar a las compañeras con su identidad y fomentar espacios más inclusivos e integrales para su desarrollo personal.
Este movimiento lleva forjando su historia desde hace 10 años en favor de la diversidad cultural y sexual. Todo comenzó con el programa de radio ¡Soy marica y qué! el cual estaba conformado por compañeras que se apropiaron de la palabra “Marica” y se basaba en tomar el espacio de radio en primera persona para expresar denuncias y pensamientos mediante el proyecto “La voz de mi deseo” del Colectivo Mujeres Creando en la ciudad de La Paz.
Durante 5 años estuvieron en Radio Deseo y posteriormente estuvieron trabajando en otras radios y espacios públicos. No se han quedado sólo con la denuncia, sino han pasado a la propuesta y acción.
Desandar la ciudad Intervención callejera / performance 2017, centro histórico de la ciudad de La Paz. Producción: Movimiento Maricas Bolivia. Fotografía: Huascar I. Pinto Saracho.
“Nosotras, en ese momento de pensarnos, de reflexionar quiénes somos, qué lugar ocupamos en este mundo; también hemos reflexionado a partir de nuestros cuerpos. Es ahí donde nos hemos encontrado que no solamente lo Marica era como un insulto que nos han dicho durante toda nuestra vida y era necesario resignificarlo, sino también nuestra corporalidad Indígena” mencionó Roberto Condori como parte de este movimiento.
Un dato importante es la reconfiguración del discurso y desde donde parte su resignificación y concepto como movimiento. Edgar Soliz, integrante del Movimiento Maricas Bolivia, afirma que no representan a la comunidad LGBTTIQ+ y tampoco están afiliadas a los colectivos LBGT en la Paz y Bolivia.
“Nuestro movimiento es un movimiento independiente, una organización comunitaria, de base, que trabaja sobre todo en medios de comunicación”, mencionó Edgar en entrevista para Cultural Survival. Desde el 2022 tienen un formato denominado “Intervención callejera”, el cual, tiene la idea sacar el programa del espacio cerrado y llevarlo al espacio público y situar las discusiones sobre la disidencias sexuales en la resignificación del espacio público, como una confrontación a la hegemonía heterosexual que desplaza a las disidencias sexuales en el espacio público. “Para nosotras es un ejercicio político de interpelación de esos lugares de poder para los medios de comunicación tradicionales”, comparte Edgar.
Chola Intervención callejera / performance 2019 Cementerio clandestino La llamita de la ciudad de La Paz Producción: Movimiento Maricas Bolivia. Fotografía: Hanna Fitche.
La identidad Marica e Indígena
“Además de ser maricas, machorras y trabas, nosotras nos reconocemos como indias. Nombrarse india, en un país donde hay una fuerte emergencia de movimientos conservadores que tienden a ser fascistas y en consecuencias racistas y clasistas, es un acto político, es una propuesta decolonial”.
Para este movimiento, es importante luchar y abatir las ideas coloniales y occidentales que se han impuesto en la sociedad moderna. Tanto Edgar como Roberto, integrantes del movimiento Maricas Bolivia, (quienes no se asumen como las líderes porque se rigen por un proceso integrado en la horizontalidad), declaran que un factor importante es destruir los prejuicios, pero también repensar que la identidad Indígena y la identidad sexual pueden convivir en cada una.
Además, rechazan los estereotipos o conceptos que existen sobre la mujer trans desde los países hegemónicos, pues la construcción de su concepto y la resignificación proviene de sus propios conceptos comunitarios.
“Hay una que otra reflexión desde otro lugar, desde otro sujeto político que puede ser una marica, que puede ser una india que tiene consciencia étnica y que tiene consciencia de clase. Eso para nosotras es valioso”.
Sonqollay / Corazón, intervención callejera / performance 2018 Apacheta camino a Yungas de la ciudad de La Paz. Producción: Movimiento Maricas Bolivia Colaboración: Rogelio Rodrigo Lucana Cueva. Fotografía: Hanna Fitche.
Además, las participantes destacan los procesos que han surgido en la región andina y que han encontrado aliadas en otros espacios y países, hablando de un reconocimiento y trabajo en la misma región; refutando el entendimiento de los países del norte y adecuando estos procesos a las necesidades propias de la zona. “Para nosotras, hacer comunidad, fue justamente poder enunciarnos y nombrarnos Indígenas aymaras y quechuas”.
Retos y procesos
Su emisión de un programa de radio que hablaba sobre la diversidad sexual hace 10 años, motivó e incentivó que en los espacios públicos y sociales se comenzara a hablar y reflexionar, en lo local, sobre la homosexualidad y otras identidades. Con el paso del tiempo, han aumentado las labores y han realizado reportajes, destacando el trabajo: “Nuestra venganza es ser felices”.
Este reportaje buscaba contar las relaciones de compañeros que hicieron sus propios procesos de resistencia más allá del reconocimiento o los alcances del sistema. Edgar Solís y Roberto Condori son las pioneras de este movimiento, pero buscan siempre la construcción comunitaria.
Maricas no aspira a ser una institución reconocida legalmente, ni una organización no gubernamental. “Preferimos estar en la informalidad, como un movimiento de resistencia del día a día, porque es un lugar que justamente nos permite una voz independiente, es un lugar que nos permite interpelar desde lo que hacen otras ONGs”. Denuncian que algunas organizaciones se apropian del discurso y trabajo oportunamente por la existencia de recursos, como la exotización de las cuestiones Indígenas, y que previamente nunca han trabajado desde las corporalidades e identidades.
Para el Movimiento Maricas Bolivia, es fundamental fomentar la participación e incidir siempre desde el sentimiento y la reflexión comunitaria. Consideran que no existe una misión y visión formal, ya que un gran reto es sacar avante el movimiento y organización día con día en lo colectivo, económico y social. Sin embargo, sí buscan expandir e incidir en la transformación de la realidad y apoyar a más mujeres trans que se reconocen como Indígenas para vivir con respeto, integración y solidaridad.
Chola, intervención callejera / performance 2019, cementerio clandestino La Llamita, en la ciudad de La Paz. Producción: Movimiento Maricas Bolivia. Fotografía: Hanna Fitche.