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De La Selva Amazónica a la Selva de Asfalto

Un artista Shipiba y su Colectivo Madres Artesanas trasplantan de forma colectiva los sueños de sus antepasados.

Lima ha funcionado durante mucho tiempo como un punto cero para un proceso secular de "desindigenizar" a la población peruana; 83 por ciento de los cuales son de ascendencia indígena andina cuando se incluyen a los de raza mixta. La sangre se mezcla, las lenguas se olvidan y las prácticas tradicionales caen ante el persistente eurocentrismo que obliga a las oleadas de indígenas peruanos a elegir entre la supervivencia económica y la cultural. En el barrio de Cantagallo, a lo largo del río Rimac cerca del centro de la ciudad, hay una comunidad fundada por un grupo de desplazados Shipibo-Konibo de la región amazónica de Ucayali. Allí, la artista residente Olinda Silvano está a la vanguardia de un movimiento estético afirmando una identidad indígena que se niega a desvanecerse en la oscuridad de la urbe.

Bajo la tutela de su abuela, Silvano aprendió a tejer tejidos con los diseños típicos del “kené”, con líneas geométricas y laberínticas, propias del arte Shipibo-Konibo. Después de trasladarse a Lima para comenzar una nueva vida en la gran ciudad, continuó esta tradición junto con un colectivo denominado Las Madres Artesanas. Un encuentro casual en la calle con un grupo de muralistas de graffiti inspiró a la tejedora, para transformar los diseños de Shipibo en enormes obras de arte callejero, dando a sus Pueblos Indígenas y su cultura, una visibilidad en la capital de Perú como nunca antes.

silvano

Cristina Verán: ¿Cómo describiría su entorno, las condiciones en las que se crió en el Amazonas?

Olinda Silvano: No teníamos cosas materiales; ni ropa, ni siquiera jabón. Al principio, cuando empecé a aprender sobre estos diseños, ni siquiera tenía ningún papel sobre el que grabarlos. Sabía desde temprana edad que quería compartir mi arte, nuestros diseños de Shipibo con el mundo más allá de nuestra aldea, pero simplemente no teníamos los recursos necesarios para que eso sucediera dentro de nuestra comunidad. Y así que decidí que cuando creciera, me iría.

CV: Cuando llegó a Lima, ¿cómo se sentía estar en un lugar tan concurrido, donde los mestizos y los andinos (Pueblos Indígenas de las regiones montañosas) son la abrumadora mayoría?

Silvano: Me sucedieron muchas cosas cuando llegué, mucha humillación, mucha discriminación. La gente tiene muchas ideas equivocadas sobre los Shipibos, piensan que somos mendigos, que ofreceremos nuestros cuerpos a cualquiera por dinero. Pero empecé a ver que podía usar mi arte, como una manera de educarlos sobre la riqueza de nuestra cultura.

CV: ¿Cómo crees que tu pueblo ha sido capaz de mantener una comunidad cohesionada con sus vínculos culturales y prácticas?

Silvano: Cantagallo es la continuación de nuestra cultura viva, una comunidad que lleva su identidad con orgullo, donde ser Shipibo-Konibo no se olvida. Uno puede encontrar la mayoría de las cosas que pertenecen a nuestras prácticas culturales; tenemos parteras, curanderos tradicionales e incluso un grupo dedicado a la espiritualidad alrededor de ayahuasca.

CV: Cuando la mayoría de la gente piensa en los textiles peruanos, ellos imaginan los diseños típicos de los Andes, de las comunidades Quechua y Aymara, generalmente modelados a lo largo de líneas rectas horizontales. Los diseños Shipibo-Konibo kené son estéticamente distintos de eso. ¿Qué tipo de impresión causo cuando se empezó a ver este arte, de forma más habitual por Lima?

Silvano: Bueno, cuando salíamos a vender nuestro arte kené, la gente nos preguntaba: "¿Qué significa esto? ¿Qué significado tienen estos diseños? Algunos eran bastante groseros y decían de forma despectiva: "Tu arte es feo, no tiene sentido", o decían que el arte kené era insignificante. Nos pedían que vendiéramos nuestros artículos muy baratos o no los compraban. Me volví más fuerte y me empeñé en que algún día, la gente realmente llegaría a conocer nuestro arte kené para entender su valor, y que lo llegaran a amar. Y entonces, también, estarán dispuestos a pagar por lo que nuestro arte vale.

CV: ¿Cómo empezó a conceptualizar la presentación del arte del kené en forma de mural?

Silvano: Debo hacer honor al difunto profesor César Ramos, un antropólogo que creyó en esta misión. Me presentó a muchas personas involucradas en el arte, y así pude aprender a hacer los diseños de mi tejido con un pincel. Poco después, la gente de ese mundo comenzó a llamarme e invitarme aquí y allá, a pintar. Comencé a participar, con algunos colaboradores, en concursos de arte público. Esto aseguraba que tendríamos un destacado espacio para nuestro arte, arte que hablaría por nosotros como gente de Shipibo-Konibo. Esto anunciaba a Lima: "¡Llegamos!"

CV: Usted no solo es prácticamente una artista y educadora, también se ha convertido en una líder reconocida en su comunidad y fuera de ella. ¿Qué expectativas tienes en ese rol?

Silvano: Actualmente soy la presidenta de la organización de la sociedad civil AYLLU, que representa a las mujeres de las regiones Amazónica y Andina del Perú. No es fácil ser una líder para todos, especialmente como mujer. Mi padre me dijo: "Si tienes que trabajar, debe ser un trabajo que no sólo te beneficie a ti, sino debe ser para el bien de la comunidad".

Todas las madres de nuestra comunidad, entre madres solteras y madres abandonadas necesitaban sentirse apoyadas, y por eso también soy educadora, para enseñar sobre tejido textil tradicional para tener un ingreso y una mejor vida. También doy educación en relación a nuestros derechos, bajo el Acuerdo Internacional del Convenio 169 de la OIT, para que podamos ejercerlo. Estoy muy contenta por el apoyo de la congresista María Elena Foronda Farro, que representa a la región Amazónica.

CV: ¿Dónde más enseñas ahora?

Silvano: Doy talleres en la escuela Colegio Shipibo a nuestros niños indígenas, y también imparto cursos con un enfoque más intercultural para la comunidad en general, incluyendo las universidades de La Católica y San Marcos, así como en UNICEF. Quiero que el resto del Perú sepa más sobre nuestro arte Shipibo -no sólo el trabajo y los materiales necesarios para crearlo, sino también la cosmovisión como el núcleo de todo.

CV: Cuéntanos algunos de tus proyectos favoritos de arte en la calle hasta ahora en este año.

Silvano: Acabamos de terminar un trabajo en el popular parque Kennedy en el distrito de Miraflores: una representación a gran escala de una típica jarra de cerámica Shipibo, adornada con nuestros diseños kené. A principios de este año, junto con mis compañeras artistas Wilma Maynas y Silvia Ricopa [Alejandra Ballón, una académica peruana que también forma parte de su equipo], se encargaron de pintar seis de las enormes columnas de hormigón que soportan las líneas áreas del tren de Lima. Incluso trajimos a nuestros niños para ayudarnos en el proceso.

CV: Usted también se ha convertido en una especie de embajadora cultural, ayudando a compartir el arte de kené no sólo más allá de la Amazonía, sino también más allá de las fronteras de Perú. Por favor comparta la experiencia de eso.

Silvano: Recientemente estuve en la Ciudad de México para hacer una presentación pública y talleres en el prestigioso Museo de Antropología de México sobre cómo hacemos nuestros textiles amazónicos, representando a nuestro colectivo: Las Madres Artesanas de Cantagallo. Me acompañaron las diseñadoras Anabel de la Cruz y Fátima Quispe y la compañera artesana Laura Sánchez. ¡Incluso le di una clase al embajador peruano en el evento de apertura!

CV: ¿Qué esperas para el futuro de tu comunidad, teniendo en cuenta todos los desafíos que han surgido desde que fue devastada por un enorme incendio el año pasado?

Silvano: Es verdad, perdimos casi todo con el fuego, se perdieron muchos de nuestros hogares, y por supuesto una gran cantidad de nuestros productos. Esto nos obligó a comenzar nuestras vidas en Lima desde cero. No sé a ciencia cierta qué vendrá después, pero, ya sabes, estamos en la lucha. Continuamos en nuestra lucha, y seguiremos haciendo arte, confiados en que Cantagallo renacerá de las cenizas.

-Cristina Verán es una especialista internacional en cuestiones de los Pueblos Indígenas, consultora de investigación, estratega y productora de multimedia. Su trabajo se centra en las intersecciones de los derechos humanos, el compromiso político, las artes y el desarrollo comunitario. Es corresponsal desde hace mucho tiempo en las Naciones Unidas y fue miembro fundador de la Red de Medios Indígenas de la ONU.

Los visitantes de Lima pueden ver los murales de Olinda Silvano y de las Madres Artesanas (muchas de las cuales están en áreas difíciles de acceder por los visitantes) a través de una gira privada de arte callejero por Tailored Tours Peru: tailoredtoursperu.com

Photos: Olinda Silvano, Cristina Verán, and Lici Ramírez

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