Mia Beverly (ella), de 22 años, es miembro de la Banda Sandhill de los Cherokee y Lenape y trabaja actualmente como escritora de subvenciones para el Programa de Primeros Alimentos, una ONG Indígena ubicada en Nueva York que fue creada en marzo del 2020. De acuerdo a Beverly, la meta principal de Primeros Alimentos (First Foods) es incrementar la soberanía alimentaria mediante la educación.
First Foods es una serie educativa que presenta a los portadores de la cultura Indígenas como poseedores del conocimiento más antiguo en Turtle Island (América del Norte), organizando talleres remotos y clases en línea y produciendo el Podcast First Foods. Las metas establecidas del programa incluyen “preservar y compartir el conocimiento Indígena poniendo a disponibilidad lo que a menudo se encuentra inasequible para la gente nativa; brindando oportunidades de enseñanza muy necesarias a una población de personas que son valiosas para la conservación de la biodiversidad; promoviendo la preparación de alimentos alternativos; y destacando formas de fortalecer la salud fuera de los sistemas alimentarios industriales". Está encabezado por mujeres Indígenas con un público objetivo de participación de otros Pueblos Indígenas.
Beverly cuenta que First Foods fue fundado en Nueva York porque este estado “tiene una de las poblaciones Indígenas más grandes”. Queríamos abastecer a esa población porque cuando vives en un espacio urbano, es un poco difícil tener acceso a la educación y conocimiento en prácticas ancestrales del cultivo de alimentos, o de siembra o de preparación, especialmente dado a que la gente Indígena, negra o morena se ve significativamente más afectada por la inseguridad alimentaria. Y cuando tenemos acceso a los alimentos, por lo general no es de muy buena calidad, ni tampoco es culturalmente apropiado. First Foods es algo en lo que estoy realmente apasionada porque la soberanía alimentaria es un movimiento mundial, pero no mucha gente habla de ello. Trabajamos con tantos Pueblos Indígenas diferentes, especialmente enfocándonos en Pueblos Indígenas de Centro y Sur América, porque acá son excluidos de las conversaciones. Así que la participación de todos esos grupos ha hecho que el trabajo tenga mucho impacto. Acaba de iniciar el año pasado, pero ha crecido muy rápido. Hay mucho interés en él, y realmente me emociona.”
Beverly comparte que les gustaría continuar trabajando en el área de ONGs y desarrollar sus habilidades como redactora de propuestas de subvención. Además, menciona que les gustaría trabajar más para construir sociedades estratégicas en el campo. Beverly se graduó de la Universidad de Fordham en el 2020 y tomó un descanso para desarrollarse profesionalmente y establecer contactos. “Por un tiempo planeé ir a la escuela de leyes, pero también estoy tanteando el terreno,” dijo Beverly. “Espero que la escuela de leyes se de en el futuro, pero también quiero introducirme en la ley tribal y trabajar en esa dirección. Definitivamente quiero quedarme en una carrera en donde aún pueda trabajar con gente Indígena, negra y morena en cualquier capacidad en donde podamos liberarnos.”
Foto: Mia Beverly afuera de su casa en Washington, D.C.
Beverly hizo pasantías en la Unión Estadounidense de Libertades Civiles durante su último semestre en la Universidad de Fordham, así como en el verano siguiente. Por otro lado, también graban contenido en TikTok, la cual ellos describen como una gran plataforma para educar a otros, especialmente en su propia experiencia como un individuo afro-Indígena. “Otra de las grandes razones que me introdujeron al ‘activismo’ −no me gusta usar activismo por cierto, porque siento que es solamente la vida, y tú tienes que hacer lo que tienes que hacer− fue que crecí con la mascota del equipo Washington de la NFL diciendo la palabra con R,” dijo Beverly. “He estado yendo a protestas desde que tenía 14 o 15 años. Así que esto también era una gran parte de formar mi propia identidad y darme cuenta de cómo básicamente en Estados Unidos le importamos un pepino. Pero creo, de nuevo, que estoy constantemente abogando contra lo que también me haría quedar en el ostracismo, que me excluiría fácilmente, y algunas veces incluso por parte de algunos miembros de mi propia familia. La mitad de mi familia son seguidores del equipo Washington de la NFL.
Beverly creció en Washington, D.C. con una comunidad principalmente inter tribal y no muchas otras personas que eran Cherokee o Lenape. Su indigeneidad ha impactado grandemente su vida. “También soy negra,” menciona Beverly. “Así que, por supuesto que hubo algo de crisis de identidad en el camino hasta el punto en donde no estaba muy segura si podía al menos reconocer mi indigeneidad porque la gente siempre me cuestionaba, y yo decia, ‘No tengo ganas de discutir esto contigo’. En una micro agresión muy descarada, la gente trató de usar el grado de sangre Indígena que tengo, contra mí. Así que, por un buen rato, estaba como, está bien, solo soy negra. Pero sin darme cuenta, de una manera muy sutil era muy deprimente ignorar la cultura en la que crecí. Creo que definitivamente hablarle a mi primo y padrino -él es una gran influencia- me ayudó a darme cuenta de que ni siquiera voy a decir que soy una fracción nativa. Soy nativa por completo, por completo negra, y lo vamos a reconocer, nos vamos a apegar a eso. Porque no soy nativa a pesar de ser negra y no soy negra a pesar de mi indigeneidad. Hay una historia ahí que debería ser celebrada.
Al final eso me ayudó a lidiar con la gran cantidad de depresión que estaba aumentando, porque no aceptaba esa parte de mí. Creo que no toda la gente Indígena es igual, pero de cierta manera, esa es una mentalidad completamente diferente a la idea occidental. Siento que estamos en una longitud de onda mental diferente, es simplemente una forma que ni siquiera puedo explicar. Y creo que solo me di cuenta de eso involucrándome más con otra gente, fueran o no Cherokee o Lenape. Vivir mi identidad es también la forma en que he generado más impacto en donde estoy. En la universidad estaba orgullosa de ser nativa, estaba reconociéndolo mientras iba a una institución predominantemente blanca. Cuando me fui, estaba orgullosa de ser afro-indígena”.
En Fordham, Beverly trabajó con la Oficina de Asuntos Multiculturales en el tercer Festival Nativo Americano de la escuela. Beverly dijo que fue un gran momento para ellos, ya que más gente empezó a llegar el tercer año y a participar en las actuaciones y eventos. “Fue uno de esos momentos en que Fordham permitió la visibilidad Indígena,” dijo Beverly. “A partir de ahí me dije, voy a hacer de esto parte de lo que sea que haga en la vida. Solo quiero vivir como Indígena en todas las formas que pueda, de verdad. Así que eso no es solo parte de mi identidad, también intento hacerlo parte de mi trabajo, y hacer que lo que sea que esté haciendo, tenga recompensa.”
Beverly empezó a usar los pronombres ella/ellas como resultado de la incomodidad de por vida con el binario de masculinidad contra feminidad, seguido de una autorreflexión designada en cuarentena sobre cómo identificarse a sí misma. Si bien rechazan lo binario, todavía usa "ella" para representar su propia feminidad, que tan a menudo se niega a las mujeres negras/no binarias debido a la hiper masculinización de ser una persona negra. "He luchado hasta el día de hoy con el por qué me identifico como mujer, si por presión social, por sobrecompensación como mujer de color, o porque genuinamente me siento mujer. Me identifico como mujer negra/Indígena por razones similares a las que me identifico como womanist, que es negar el eurocentrismo del binario de género y descolonizar esos conceptos de género y la libertad de expresarlo", dijo Beverly. El uso de los pronombres ella/ellas también le recordó cuando empezaron a identificarse de nuevo como Cherokee. "Yo estaba nerviosa, pero ya había asumido que ser yo misma es radical, o incluso inconcebible, desde una perspectiva colonizada. La primera vez que alguien se refirió a mí como 'ellos-ellas' me sentí tan validada y genuinamente feliz, tal vez porque me estoy apartando de un concepto de género que se centra en la blancura, o porque nunca podré identificarme sólo como mujer. No estoy segura, pero en este momento, me sentí bien".
Foto superior: Mia Beverly (Sandhill Band of Cherokee y Lenape) se encuentra frente a la oficina nacional de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles en la ciudad de Nueva York, donde hicieron una pasantía.