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Esperanzas y temores climáticos para un mundo post-pandemia

Todavía estamos en medio de la pandemia del COVID-19. Las comunidades Indígenas se han visto afectadas de una manera desproporcionada por esta crisis de la COVID-19. Las negociaciones sobre cambio climático, son un asunto de gran incertidumbre en este momento. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, programada originalmente para mediados de noviembre en Glasgow, Escocia, se pospuso por un año. Los observadores Indígenas temen que el impacto económico de la pandemia pueda afectar negativamente a los avances realizados por los Pueblos Indígenas en la última década. El Comité de Servicio Unitario Universalista (UUSC) preguntó a seis líderes Indígenas sobre el impacto de la pandemia en sus vidas y comunidades, así como sobre sus esperanzas y temores por la justicia climática Indígena en tiempos post-pandemia.

Calfin Lafkenche (Mapuche), coordinador de Minga Indígena, Chile.

 

La pandemia ha afectado nuestras formas de vida tradicional. Nuestra forma de vida es comunitaria, y hoy las autoridades nos piden que mantengamos la distancia, para evitar el contacto con otras comunidades. Los jóvenes Indígenas que trabajan y estudian en las ciudades, se han visto afectados de manera dramática, ya que sus clases han sido suspendidas y no tienen un trabajo para pagar los alquileres. Muchos de ellos han regresado a sus comunidades, volviendo a tomar parte en reivindicaciones colectivas de protección territorial y, han podido darse cuenta de la brecha generacional que ha alejado a nuestra gente de las enseñanzas y sabiduría de sus mayores. 

 

Tememos que la pandemia lleve a los gobiernos a pasar por alto los acuerdos y compromisos climáticos internacionales. El derecho internacional que nos ampara sobre la consulta comunitaria ante posibles nuevos proyectos extractivos, estaría seriamente mermado, ya que actualmente no se permite a las comunidades reunirse y participar en el proceso de evaluación y reflexión; temiendo que muchos de esos derechos de consulta puedan verse amenazado en nombre de la recuperación económica.

 

Espero que esta pandemia ayude a la gente a darse cuenta del papel crucial que juegan los pueblos Indígenas en términos de conservación y soberanía alimentaria. Esperamos que la sociedad civil tenga una actitud mucho más abierta sobre nuestros conocimientos y prácticas tradicionales, entendiendo que cuando protegemos nuestros territorios, lo hacemos en nombre del bienestar de todos, no solo de los Pueblos Indígenas. Nuestro objetivo es cuidar de todos por encima de cualquier otra cosa.
 

Eileen Mairena Cunningham (Miskitu), Secretaria del Grupo Principal de Pueblos Indígenas para el Desarrollo Sostenible, Nicaragua

 

Perteneciente a la secretaría del Grupo Principal de Pueblos Indígenas para el Desarrollo Sostenible, Nicaragua. Esta crisis ha afectado de manera desproporcionada la salud de los Pueblos Indígenas, evidenciando la discriminación en la que viven, como por ejemplo la falta de acceso a infraestructuras adecuadas de servicios de salud. La pandemia se ha cobrado la vida de ancianos Indígenas, que son guardianes de nuestro conocimiento tradicional, idiomas y espiritualidad. Esas pérdidas ya están teniendo un impacto profundo en nuestra comunicación intergeneracional. Además, las imposiciones que sufrimos de los estados militarizado, ha provocado un aumento de la violencia y la represión contra los Pueblos Indígenas.

 

En este momento, la mayoría de negociaciones sobre el cambio climático se han detenido. Su participación y derecho a consulta de manera virtual, supone una amenaza a los derechos Indígenas, dada la brecha tecnológica existente y la falta de garantías para una representación efectiva. Las actividades de la industria extractiva no se han detenido durante la pandemia y, en algunos casos, esas actividades se han intensificado. Tenemos miedo de que los planes de recuperación económica del gobierno hagan hincapié en el papel de las industrias extractivas.

 

La pandemia también ha traído algunos beneficios inesperados a las comunidades Indígenas. La falta de interés y el desvío de atención de los gobiernos sobre nuestros territorios ha empoderado a las organizaciones Indígenas; encontrando soluciones autónomas y recuperando el control territorial. Jóvenes líderes Indígenas, en lugares como Colombia, México, Myanmar y Chile, han liderado iniciativas de salud, basadas en las necesidades específicas de la comunidad y vinculadas a estrategias innovadoras de gestión territorial y ambiental. Las redes internacionales de los Pueblos Indígenas se han revitalizado con apoyos a nivel internacional y regional, que serán clave para el futuro de la justicia climática Indígena en nuestros territorios.

 

Helen Biangalen Magata (Kadaclan), oficial de comunicaciones de Tebtebba, Filipinas.

 

Diferentes comunidades Indígenas viven situaciones opuestas durante la pandemia en Filipinas. Algunas comunidades rechazaron la ayuda del gobierno porque tenían suficiente comida y es tabú aceptar lo que no necesitas. Mientras tanto, muchos Pueblos Indígenas que viven en las ciudades son jornaleros y, durante la cuarentena la ayuda del gobierno fue insuficiente, lo que los pone en alto riesgo de contraer la COVID y sufrir la represión gubernamental. Algunas comunidades sienten cómo continua la tendencia de militarizar e invadir las comunidades por parte de empresas mineras para imponer sus proyectos.

 

Esta pandemia es obviamente un problema de cambio climático, pero no parece obvio para muchos gobiernos e instituciones. En cuanto al financiamiento para paliar el cambio climático, me temo que después del COVID habrá un cambio en la política económica, dando prioridad a los proyectos para la recuperación económica, pasando por alto iniciativas cruciales de acción climática Indígena.

 

Espero que la pandemia permita a las comunidades Indígenas reconectarse entre sí y con la naturaleza; volver atrás y aprender a conservar los alimentos por más tiempo, aprender los viejos cánticos de los ancianos y tocar los gongs. Espero que este tiempo sea útil para los Pueblos Indígenas para ser más saludables e ir más allá de los mensajes para entender sus obligaciones y poner a la gente y sus derechos en el centro de su trabajo.   

 

Kynan Tegar (Sungai Utik Dayak Iban), cineasta, Indonesia

 

Cerramos nuestra comunidad con un ritual llamado "Pengampun". Creemos que la codicia humana en el manejo de los recursos naturales provocó un desequilibrio que causó esta pandemia. Las comunidades que viven compartiendo espacios como la nuestra son muy vulnerables porque vivimos en una casa comunal e interactuamos constantemente. No se permite la entrada a personas de fuera del pueblo, pero nuestras vidas siguen sus cursos normales, nuestro medio de vida se sustenta por medio de nuestro bosque y nuestra tierra: plantamos y cosechamos el arrozal, recolectamos frutas y verduras del bosque, cazamos y pescamos en el río.

 

El cambio climático ya está amenazando nuestra seguridad alimentaria con ciclos de cosechas que son impredecibles. Se prevé que las empresas quieran hacerse con más tierras para recuperar sus pérdidas por la pandemia. Las empresas limpian la tierra mediante quemas que a menudo se salen de control y provocan incendios forestales desastrosos. Los Pueblos Indígenas son el chivo expiatorio y sus quemas tradicionales a pequeña escala terminan siendo restringidas por el gobierno. Las quemas tradicionales ayudan a fertilizar la tierra. Con la prohibición de esas prácticas, la producción Indígena de alimentos se ve seriamente socavada.  

 

Esta pandemia debe ser un punto de inflexión para que nos demos cuenta de la importancia de mantener el equilibrio en la naturaleza y nuestro medio ambiente. Las comunidades Indígenas que aún protegen su naturaleza son un ejemplo para el mundo. Ellos pueden cerrar su comunidad y tener la capacidad y los conocimientos para continuar su vida comunitaria indefinidamente, adquiriendo todo lo que necesitan de la tierra. 

 

Lidia Thorpe (Gunai/Gunditjmara), senadora federal australiana.

La pandemia ha puesto de manifiesto el racismo sistémico y la desigualdad que los aborígenes de Australia han experimentado desde la colonización. Han aumentado las relaciones negativas y punitivas entre los pueblos de las Primeras Naciones y el sistema judicial, incluyendo las Cuestiones de la Vida de los Negros, como el encarcelamiento y las muertes bajo custodia. Se ha puesto de manifiesto el escaso acceso que los aborígenes tienen a la información y a los servicios de salud, incluyendo el acceso a pruebas y medidas de prevención.

 

El COVID-19 ha supuesto que los activistas de base de las Primeras Naciones no pueden estar haciendo su trabajo de proteger y defender a su pueblo; lo que supones una menor atención pública sobre problemas de justicia climática. Nos preocupa que la pandemia haya significado que cuestiones que son tan importantes como otras para los pueblos de las Primeras Naciones, como la crisis climática, hayan pasado a un segundo plano. Las industrias minera, petrolera y energética continúan funcionando como de costumbre, alterando los principios de la tierra, el agua y los valores Aborígenes.

 

Durante el encierro, los australianos han pasado más tiempo disfrutando de la naturaleza, saliendo de sus hogares y haciendo ejercicio. Esperamos que esta reconexión con la naturaleza provoque un mayor reconocimiento del increíble entorno natural de Australia, sus valores aborígenes, la necesidad de protegerlos, y que la protección de los valores naturales y culturales sea el núcleo de la recuperación económica y el empleo de los aborígenes.

 

Tunga Bhadra Rai (Rai), coordinador nacional de la Federación de Nacionalidades Indígenas de Nepal.

Las comunidades Indígenas han hecho cumplir la ley para prevenir la propagación del virus, movilizando a los jóvenes para controlar el acceso a sus comunidades. El colectivismo y la ayuda mutua han sido vitales, así como el uso de conocimientos tradicionales y prácticas curativas para tratar problemas de salud no urgentes, ya que el acceso a los hospitales es limitado en áreas remotas. Durante estos tiempos de aislamiento, las ocupaciones tradicionales como la talla, el tejido de punto, y la agricultura han experimentado un resurgimiento y han dotado de energía la vida comunitaria.

Tememos que las autoridades usen la pandemia para desviar la atención de problemas como el cambio climático, diluyendo los avances hechos por los Pueblos Indígenas. La brecha tecnología existente en el área de comunicaciones y las restricciones de movilidad, están impidiendo una representación efectiva de nuestro Pueblo. La falta de reuniones presenciales durante la pandemia tendrá consecuencias a largo plazo en relación con las consultas con los Pueblos Indígenas y la protección de los derechos elementales. Las restricciones de movilidad impiden el acceso de los Pueblos Indígenas a sus bosques, tierras y territorios comunitarios para desarrollar sus prácticas culturales y actividades de subsistencia. Al mismo tiempo, presentan una oportunidad para el acaparamiento y la ocupación ilegal de tierras por parte de las corporaciones.

Los Pueblos Indígenas están regresando a sus tierras ancestrales, reconectándose con las generaciones mayores y reanudando los procesos de aprendizaje interrumpidos por las migraciones. Este tiempo de bloqueo ofrece una oportunidad crucial para reconsiderar hacia dónde se dirige el mundo, teniendo en cuenta la evidente fragilidad de la economía y las formas de vida globales contemporáneas. Las lecciones que nos deje la pandemia deberían servir para comprender que necesitamos un cambio de rumbo que ponga los derechos humanos y los derechos Indígenas por encima de la codicia empresarial.

—  Leonardo Valenzuela Pérez es investigador de derechos humanos en la UUSC en Cambridge, MA. Tiene una Maestría en Ciencias en Asentamientos Humanos y Medio Ambiente.

Este artículo fue escrito en colaboración con UUSC como parte de una serie que pretende destaca la resiliencia, la sabiduría y el poder de las comunidades indígenas al enfrentar la crisis climática.

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Photo by Kynan Tegar

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