Las comunidades Indígenas que fueron los primeros agricultores del planeta, siempre han estado a la vanguardia de las prácticas agroecológicas. Incluso cuando han sido desposeídos de su tierra, han buscado la manera de incentivar la soberanía alimentaria, preservar la biodiversidad y proteger, para las generaciones futuras, los territorios que gestionan. En todos los continentes, los Pueblos Indígenas resisten al modelo industrial de agricultura al que obliga la colonización y la globalización.