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“Tejedores de conocimiento”: aprovechar lo virtual para proveer seguridad alimentaria real

En las montañas de Talamanca en Costa Rica, una familia tiene cultivos de mandioca y banano, otra, maíz y ñame. Una “tejedora del conocimiento”, mujer encargada de administrar la base de datos y acompañar a las familias productoras en su comunidad, recoge esta información y la envía vía WhatsApp al equipo central de la Asociación de Mujeres Kábata Könana. En la oficina central de la asociación, se establece con esta información una ruta para el intercambio de productos. El resultado: las familias del territorio Indígena tienen todos los alimentos que necesitan, recolectando según métodos ancestrales y en su propia tierra. Así funciona el "Estanco" Indígena de Intercambio Virtual de Productos, una solución que utiliza nuevas tecnologías y prácticas agrícolas ancestrales para garantizar la seguridad alimentaria de las comunidades Bribri y Cabécar durante la pandemia del COVID-19. A finales de junio, se llevó a cabo el primer intercambio de productos y semillas, en el que participaron 110 familias en el territorio de Talamanca Cabécar. Sacos de yuca, ñame, tiquisque, frijoles, arroz, plátanos, aguacates, maíz, chocolate, pinolillo, carambola, mango y ñampí entraban y salían de las casas.
 

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“Cuando vimos que la pandemia se acercaba a nuestro territorio, supimos que teníamos que organizarnos para que a ninguna familia le faltara comida. Los Indígenas siempre han cultivado e intercambiado alimentos, y este ha sido un momento para fortalecer aún más estas tradiciones”, dice Maricela Fernández (Bribri), presidenta de Kábata Könana. La iniciativa funciona bajo los principios y valores culturales Indígenas de ñakimá (solidaridad), julákimá (intercambio), klabé (colectividad) y käpakö (diálogo). Este intercambio de alimentos es parte del Plan Indígena de Atención a la Recuperación de la Pandemia que la Red Indígena Bribri Cabécar preparó para atender el impacto del COVID-19. El proyecto también incluye planes de respuesta rápida y contención comunitaria, comités de coordinación con instituciones gubernamentales, un eje de desarrollo cultural y otro económico para la recuperación post pandemia.


El programa cultural está liderado por las mujeres de Kábata Könana con el apoyo de un grupo de jóvenes Indígenas. Además del "Estanco", el equipo está creando una guía de trabajo para instituciones gubernamentales, un inventario de producción de familias utilizando la metodología de diálogo Indígena (kápakö), combinada con el (sé sërke), sistema de transmisión cultural,  la implementación de su programa cultural en sus cinco categorías (witö, teitö, sä deli, sa chá y chamukelö) y la puesta en marcha de un Museo Vivo para la Protección de la Semilla que, en el futuro, será un atractivo turístico y dará sostenibilidad a todo el proyecto.

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El Estanco Indígena de Intercambio Virtual de Productos es un esfuerzo conjunto de la Asociación de Mujeres Kábata Könana y la Asociación para el Desarrollo Integral del Territorio Indígena Talamanca Cabécar, en conjunto con la Red Indígena Bribri y Cabécar. El proyecto se desarrolla en asociación con la organización Amor para la Vida y la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques, y cuenta con el apoyo de la Agencia Alemana de Cooperación Internacional.


- La Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques es una plataforma de autoridades territoriales que administran o influyen en las principales masas forestales de Mesoamérica. Los gobiernos Indígenas y las organizaciones forestales comunitarias de la Alianza buscan fortalecer su propio diálogo, enfocado en el manejo comunitario de sus recursos naturales. De manera conjunta, buscan influir en los gobiernos y la cooperación internacional para que las estrategias de conservación de la biodiversidad integren de manera adecuada los derechos y beneficios de los Pueblos Indígenas y las comunidades forestales.

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ENTREVISTA CON MARICELA FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ


Vivo en la comunidad de Gavilán en el territorio Indígena de Talamanca, Costa Rica. Como territorio Indígena con gobierno local, cerramos la entrada cuando comenzó la pandemia del COVID-19, para que no entren forasteros y así hubiera un control. Comenzamos a organizarnos con otras organizaciones comunitarias, como con la asociación de desarrollo de nuestro gobierno local y organizaciones de mujeres y jóvenes. Gracias a la estricta vigilancia en la frontera territorial por parte de nuestras autoridades, aquí no hay casos positivos de COVID-19.  Nos organizamos para crear un plan de producción en el territorio junto con el gobierno local y la asociación de mujeres para poder abastecer a nuestras familias en términos de seguridad alimentaria. Así nació el Estanco Indígena. Estamos trabajando con el intercambio en solidaridad entre nosotros para que a nadie le falte comida. Nos apoyamos unos a otros.
Al ir a abastecernos de productos, la asociación de desarrollo ofrece servicio de transporte. Las personas que lleva el bus a comprar productos, se preocupan ellos mimos de desinfectarse y también el bus antes de ingresar en su territorio. La gente sale de su territorio una vez por semana, no se les permite salir todos los días. Esta es una estrategia implementada por otras organizaciones, de ahí surgió la idea de impulsar un mercado virtual a través de WhatsApp.


Durante el COVID-19 no podemos reunirnos en grandes grupos de personas. Entonces, tenemos una mujer en cada comunidad, a la que llamamos una "tejedora del conocimiento". Ella va una a una a visitar las casas y obtiene información de las familias. En cada casa pregunta qué necesitan, qué productos de nuestra tradicional ancestral tienen, cómo se llaman, y cuáles son sus funciones y aplicaciones. Cuando la tejedora del conocimiento tiene señal en el celular en la comunidad en que se encuentra, transmite esta información a otro colega que recibe los datos en la oficina a través de WhatsApp. Después de enviarla se registra y se comparte la información.


Para usar WhatsApp necesitamos saldo, lo que significa gastar dinero. ¿Cómo se cubren estos gastos y cómo es la comunicación con las personas que no tienen señal para WhatsApp? Trabajamos en las comunidades más vulnerables donde no hay electricidad. A través de la instalación de paneles solares proveemos entrenamiento a un grupo de mujeres en temas como igualdad de género. Cuando ya no pudimos viajar debido a esta pandemia, tuvimos que quedarnos dentro de nuestros territorios. Actualmente estamos trabajando en capacitaciones sobre paneles solares, comunicaciones y transporte.

 

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Hemos tenido algunos desafíos en la implementación del mercado virtual. No tenemos suficientes recursos y tenemos que encontrar formas de proporcionar suministros a nuestras tejedoras. Aquí no hay señal y para obtener información tenemos que ir a la casa de las mujeres. Además, cuando hay productos como frutas, verduras y semillas, necesitamos ciertos recursos, especialmente cuando queremos trasladar ese producto a otra comunidad.


Hemos estado trabajando con otras dos organizaciones de mujeres, aunque una de las organizaciones de la ciudad dejó de funcionar por el COVID. Todos hemos visto buenos resultados con el Estanco, los productores de alimentos demuestran que la solidaridad es la clave para superar todo lo que está sucediendo. Se está haciendo un gran esfuerzo en apoyarnos en nuestra propia comunidad, echando una mano cuando la gente más lo necesita y no solo pensamos en vender nuestros productos. También estamos trabajando en algunas prácticas ancestrales, que es algo que los Indígenas han estado haciendo durante años. Esto no depende solo del dinero, sino de intercambiar nuestros productos y brindar apoyo.


La gente ha visto fotos del trabajo que hacemos en las comunidades a través de WhatsApp. La gente quiere reunirse con nosotros y comprar nuestros productos porque quieren ayudarnos a aumentar los ingresos económicos para las comunidades que producen productos orgánicos saludables. Estoy segura de que este mercado continuará después de la pandemia y estaremos bien. Estoy segura de que muchos productores podrán vender sus productos. Es hora de volver a nuestras tierras para producir y garantizar nuestra soberanía alimentaria para nuestras familias. La espiritualidad Indígena es fundamental para la producción de alimentos basada en nuestro conocimiento tradicional, y así poder mostrarnos al mundo de una manera diferente.

Fotos por Kábata Könana.

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