Uno de los legados del colonialismo es que nuestros territorios están constantemente amenazados. Chile se construyó sobre la usurpación y el despojo de territorios Indígenas, lo que redujo nuestra población. Como Pueblos Indígenas, siempre hemos sido reprimidos y despojados de manera sistémica. Ser defensor de la tierra corresponde a seguir un camino de lucha de nuestros ancestros, una lucha que remonta siglos atrás para revitalizar nuestra propia cultura y territorio.
Hoy en día, la crisis climática y los efectos del extractivismo, cuando se llevan a cabo en territorios Indígenas, tienen una importancia extrema para las comunidades. La tierra es fundamental para nuestras comunidades. La entendemos no sólo como tierra sino como territorio, y tenemos una conexión espiritual y emocional vital con ella. No estamos separados del territorio, sino que formamos parte de él. Por lo tanto, los efectos sobre la Tierra también afectan a nuestras vidas y a nuestra espiritualidad. El territorio es una extensión de nuestro cuerpo; se trata de una relación entre iguales.
Formo parte de Wechekeche Ka Itrofillmongen, que se traduce como “juventud y biodiversidad”. Es una organización que promueve espacios para la juventud Indígena, visibilizando su diversidad y reconociendo sus derechos, necesidades y formas de aportar soluciones. Somos jóvenes que trabajamos por la defensa y promoción de los derechos de la biodiversidad, los ecosistemas y la naturaleza, de los pueblos y defensores del medio ambiente y de los poderes heredados por nuestros ancestros y familias.
Rayen Rupayan.
Wechekeche Ka Itrofillmongen es un espacio seguro para el reencuentro y la construcción de nuestra propia identidad. Estamos visibilizando los problemas de diferentes comunidades, ya sean de Chile o de otros países, a todos los niveles, desde el local hasta el internacional. Trabajamos constantemente para comunicarnos con otras organizaciones y comunidades para poder conocer y ofrecer nuestro apoyo.
Desde 2020, trabajamos en temas relacionados con la minería de transición y la industria extractiva. Actualmente estamos trabajando en una serie de podcasts sobre defensa territorial que rastrean las cadenas de suministro desde la extracción hasta donde acaban estos productos. Hablamos de quién se beneficia de la extracción de estos minerales, de la riqueza y también de otras necesidades financieras de las comunidades.
Las acciones que hemos realizado a través de Wechekeche Ka Itrofillmongen tienen un enfoque tanto cultural como ambiental, entendiendo que esto será fundamental en nuestro crecimiento como jóvenes Indígenas y en la defensa de nuestro territorio. Hemos visitado comunidades en todo el país y hemos mantenido nutram (conversaciones) con estas comunidades sobre los proyectos extractivos que amenazan nuestros territorios. Hemos realizado talleres e intervenciones en diferentes espacios, además de crear redes sociales donde nuestra gente se informa sobre nuestras acciones y las problemáticas de cada territorio que visitamos para poder visibilizar lo que nos mueve.
Como defensores de la tierra de los Pueblos Indígenas y de los jóvenes, nos encontramos bajo una amenaza constante. Los defensores de la tierra y los derechos somos oprimidos por el Estado, que nos llama terroristas. Estamos oprimidos y hemos sido despojados de nuestro territorio, lengua, espiritualidad y cultura. Como jóvenes defensores, estamos más expuestos a situaciones de amenaza, ya sea por parte del Estado o de la industria extractiva. Demostrar y lograr impacto o cambio significa que somos un blanco fácil y que nos puede costar la vida.
Recibimos una beca por parte de Cultural Survival para realizar el proyecto: "Ti rüpu ingkakeleaiñ itxofill mongen" (el camino de la defensa de la biodiversidad), que busca fortalecer la capacidad de los miembros del grupo a través de actividades y encuentros de sensibilización sobre la necesidad de defender y proteger nuestros territorios afectados por el llamado modelo extractivista verde que promueve los autos eléctricos y otros métodos de electromovilidad dirigidos a jóvenes de las zonas urbanas.
Con este proyecto pretendemos recordar a todo el mundo que los jóvenes tienen un papel vital que desempeñar. Intentamos reclamar los mismos papeles de liderazgo importantes que tenemos en nuestras comunidades dentro de las estructuras de poder. Históricamente, nuestra participación ha sido limitada. Estamos trabajando en este espacio para reclamar la identidad y el liderazgo de la juventud Indígena en estos espacios. Tenemos que centrarnos en recuperar ese poder porque esos cambios tienen que hacerse con nosotros, no sin nosotros.
Rayen Rupayan (Mapuche) es becaria del Programa Becas a Jóvenes Indígenas de Cultural Survival 2023 y miembro de Wechekeche Ka Itrofillmongen en Chile.