Introducción
En esta sección, compartimos con ustedes las voces de nuestros becarios jóvenes del programa de medios comunitarios. La beca juvenil de medios comunitarios Indígenas de Cultural Survival apoya a personas y grupos de jóvenes en las edades de 17 a 25 años en su esfuerzo para formar sus habilidades en radio periodismo y emisiones de radio mediante capacitaciones, visitas e intercambios de radios comunitarias, producción de radio, y asistencia a conferencias. Desde el 2018, hemos apoyado a 33 jóvenes Indígenas becados en 10 países.
Foto: Equipo de la Escuela de Cine y Comunicación Mapuche de Aylla Rewe Budi. Carolina Rain Ancan en la foto con el abrigo azul, en el extremo izquierdo. Foto cortesía de Carolina Rain Ancan.
REPRESENTANDONOS A NOSOTROS MISMOS Y DOCUMENTANDO EL CONOCIMIENTO DE NUESTROS MAYORES
Carolina Trayen Rain Ancan (Mapuche), de 18 años, es de la comunidad Lof Malalhue Chanko en la provincia de Cautin, Chile. Ella es parte de la Escuela de Cine y Comunicación Mapuche de Aylla Rewe Budi, fundada por un grupo de jóvenes con el objetivo de incrementar y fortalecer la comunicación desde una perspectiva MapucheLafkenche. Desde el 2015, ha participado en muchas producciones cinematográficas y ha recibido formación en fotografía. Ahora en su último año de escuela secundaria, espera continuar sus estudios en filmografía. Su proyecto de beca, “Fortaleciendo la comunicación Mapuche en el territorio Budi,” fortaleció los medios de comunicación comunitarios y el conocimiento Mapuche mediante tecnología audiovisual. También creó producciones de radio y video sobre la cultura e idioma Mapuche, usando historias y música tradicionales.
Nosotros los jóvenes Mapuchelafkenche, estamos fortaleciendo nuestra comunicación desde nuestra propia visión usando las herramientas y tecnología como instrumentos para la investigación social y cultural. Estamos tomando en cuenta el conocimiento, participación, y validación Mapuche de nuestras autoridades tradicionales; las familias son las que guían este proceso. Desde el 2011, nosotros, los jóvenes del territorio Budi, hemos capturado diversos temas de la medicina Mapuche, la colonización ideológica, la identidad de los jóvenes, recuperación territorial y muchos otros en películas.
Tenemos la necesidad de fortalecer y revalidar el conocimiento Mapuche de nuestro territorio por medio de las enseñanzas de nuestros ancianos, quienes son portadores de conocimiento. Este es un proceso desarrollado por la escuela de cine y comunicación Mapuche de Aylla Rewe Budi, de la cual soy miembro. Nuestro territorio ancestral está ubicado entre el Río Imperial y el Río Toltén, que correspondería a las comunidades de Saavedra, Teodoro Schmidt y Toltén del estado chileno.
Es en este territorio que nuestra forma de vida ocurre y nuestra identidad es definida como Lafkenche del Budi Mapuche. Nuestra identidad es negada por las políticas del estado chileno. Por lo tanto, existe la necesidad de hacer visibles nuestras propias formas de organización política y cultural como también nuestras propias formas de relacionarnos e interactuar con nuestros espacios, entender la vida y revivir nuestro idioma Mapudungun. Capturar y documentar nuestro conocimiento usando diferentes herramientas y nuevas tecnologías nos permitirán crear un espacio importante para el Mapudungun y el testimonio oral de nuestros abuelos.
Foto: Carolina Rain Ancan (mapuche) en el campo filmando a niños mapuche aprendiendo de un anciano. Foto cortesía de Carolina Rain Ancan.
El apoyo de Cultural Survival me ha permitido fortalecer mi formación y capacidad en la creación de cortometrajes documentales. También me ha permitido capacitarme en procesos de investigación desde una perspectiva mapuche, lo cual me ha permitido transformar los videos documentales en herramientas didácticas capaces de dejarnos definir cómo queremos mostrarnos a nosotros mismos y ser representados mediante las imágenes. Con el apoyo de la Escuela de Cine y Comunicación Mapuche de Aylla Rewe Budi, podemos continuar fortaleciendo el kimün (conocimiento) Mapuche de nuestro territorio y fortalecer la comunicación entre generaciones para asegurarnos de que este recuerdo y conocimiento del territorio viva en nuestras historias orales.
Vea los filmes juveniles Mapuche en www.youtube.com/user/escuelacinemapuche.
Foto: miembros de la comunidad de Kusunda de visita. De izquierda a derecha: Uday Ale, Arnab Chaudhary, Gyani Maiya y Nirajan. Sharma Adhikari. Foto cortesía de Arnab Chaudhary.
CORRIENDO CONTRA EL TIEMPO PARA SALVAR EL IDIOMA KUSUNDA EN NEPAL
Arnab Chaudhary (Tharu), de 21 años, saluda desde el poblado de Gadhawa en el distrito Dang de Nepal. Actualmente está en su tercer año de la facultad de derecho, habla fluidamente tharu, nepalí, hindi, inglés y awadhi. Como lector aficionado de poesía y literatura, aboga por las lenguas Indígenas en Nepal. También es pasante legal para ProPublica trabajando en el campo de la litigación del interés público con un enfoque en la justicia medioambiental. Chaudhary trabajó previamente como miembro ejecutivo del Comité del Valle de Katmandú de la Sociedad de Estudiantes Tharu y continúa activo en discusiones de temas sociales, legales, políticos y económicos relacionados a las comunidades Indígenas con sus compañeros. En su proyecto de beca juvenil, “Desapareciendo el Idioma del Pueblo Kusunda,” produjo una serie de radioprogramas sobre el Pueblo Kusunda enfocado en promover y fortalecer su cultura e idioma en peligro crítico. El programa fue transmitido en tres estaciones de radio comunitarias locales en donde invitó a participar a miembros de la comunidad Kusunda en una discusión en vivo al aire.
Hasta el día de hoy, Chaudhary ha producido tres episodios de Radio Kusunda Aawaj. El último episodio destaca la cultura Kusunda y presenta entrevistas con las ancianas Gyani Maiya Kusunda y Kamala Kusunda. En ese momento, Gyani Maiya Kusunda era uno de los dos hablantes fluidos restantes del idioma Kusunda. Ella murió durante la duración del proyecto a la edad de 81 años. Aunque planea continuar, el proyecto ha sido suspendido temporalmente y Chaudhary está creando material sobre los impactos del coronavirus en su comunidad, ya que hay un vacío de comunicación entre el gobierno estatal y su gente con respecto al virus. Él espera concientizar sobre el COVID-19 y promover la prevención del COVID-19 en Tharu. En este espacio, nos comparte sus aprendizajes sobre el pueblo Kusunda y su lenguaje.
Nepal, mi hogar, es un hermoso país diverso biológica y culturalmente, formado por montañas, cordilleras y planicies. Es una nación de 125 grupos de castas y tribus y 123 idiomas. Todas las castas y tribus tienen sus propias culturas, tradiciones, costumbres e idioma. Entre ellos están el Pueblo Kusunda, una minoría marginada en peligro, una tribu nómada con su propio idioma. Como becario del programa de Jóvenes Indígenas en Medios Comunitarios, he trabajado como periodista, planteando la cuestión de la desaparición del idioma de la tribu indígena Kusunda en peligro de extinción. Enfoqué mi programa de radio solamente en el pueblo Kusunda y su idioma porque hay muy poca cobertura sobre ellos, y quería decirle al mundo sobre sus cualidades únicas.
En el 2001, el gobierno de Nepal identificó a la casta Kusunda y la puso entre las tribus Indígenas por primera vez. De acuerdo a ese censo, la población total de la tribu Kusunda era de 165 con 87 hablantes de Kusunda. El censo del 2011 contó una población de 273 con 28 hablantes del idioma Kusunda. Pero de acuerdo al investigador Uday Ale, su población actual es alrededor de solamente 150, y solamente una mujer, Kamala Khatri. Katrhi, de 85 años, se volvió la última hablante fluida de Kusunda después de la muerte de Gyani Maiya Kusunda el 25 de enero del 2020.
La gente de Kusunda ha estado viviendo en las colinas centrales y el Terai de las regiones del oeste y medio oeste de Nepal. Ale también ha reportado a gente Kusunda viviendo en los distritos Tanahu, Gorkha, Arghakhanci, Kapilvastu, Dang Deukhuri, Rolpa, Pyunthan y Surkhet de Nepal. Mi pueblo es nómada por naturaleza y deambula de un bosque a otro, pero hoy en día nadie vive en el bosque. Como cazadores y recolectores, los antepasados Kusunda solían vivir en cabañas y cuevas en la jungla y cargar arcos y flechas para cazar animales salvajes.
Generalmente, el pueblo Kusunda tiene una apariencia física más corta que el nepalí promedio. El término “Kusunda” es entendido como una palabra grosera y ofensiva en Nepal y ellos prefieren llamarse a sí mismos Myak, lo que significa “rey del bosque”. Sin embargo, la palabra Kusunda ha sido aceptada por la gente Kusunda. También usan el término para referirse a los tigres, ya que el tigre también es el rey del bosque. Un hombre Kusunda es llamado Banaraja (rey bosque), su esposa es llamada Banrani (reina bosque), y las hijas son Ban Maiya (princesas bosque).
El pueblo Kusunda es considerado una de las tribus Indígenas más únicas en Nepal, y su idioma también es considerado un idioma único. No pertenece a ninguna otra familia de idiomas en el mundo y no tiene relación fonológica, morfológica, sintáctica o léxica con ningún otro idioma; se considera un lenguaje aislado. Las formas de vida de los Kusunda difieren de otras castas en términos de alimentación, vestuario, tradiciones y medios de vida. Muchos Kusunda no tienen acceso a la educación y oportunidades de empleo y son forzados a vivir en pobreza en tierra gubernamental Ailani (no registrada). La Sociedad de Desarrollo Kusunda de Nepal se formó en el 2009 como una organización sombrilla del pueblo Kusunda para defender sus derechos.
Foto: Niños Kusunda aprendiendo sobre la importancia de su lengua materna de Uday Ale. Foto cortesía de Parinati.
El gobierno nepalí está proporcionando diversos cursos de formación profesional a los kusundas, así como un subsidio de seguridad social mensual. El gobierno también ha construido casas para muchos mediante el programa de hogares seguros. Otras organizaciones también han estado trabajando en el área de los Kusunda. Se ofrecen clases de lenguaje para los niños Kusunda bajo la supervisión del investigador Ale, bajo el patrocinio de la Comisión Nacional de Idiomas para la Preservación del Idioma Kusunda y la Transferencia de Idiomas a la Nueva Generación. Los pasos que se necesitan tomar para el desarrollo y levantamiento del pueblo Kusunda todavía son muchos. A menos que se realicen acciones ahora, el pueblo, la cultura y artes Kusunda serán severamente amenazadas y su idioma quedará en silencio. Si el idoma Kusunda queda en silencio, una parte importante y única de nuestro patrimonio humano se perderá para siempre.
Quiero dirigir la atención de organizaciones nacionales e internacionales y de la gente que está interesada en el tema de la revitalización del idioma. Me apasiona apoyarlos porque han sido discriminados y marginados, y quiero que sean apoyados y elevados. El proyecto de esta beca fue diseñado para hacer consciente a la gente Kusunda sobre la singularidad de su idioma. Muchas de sus prácticas culturales están desapareciendo (junto con su idioma). Quería defender los derechos del pueblo Kusunda y hacer consciencia de la necesidad de su protección a través de este proyecto. El proyecto tuvo mayor impacto del que esperaba, y recibimos respuestas muy agradecidas del pueblo Kusunda. Creemos que nuestros programas de radio inspirarán a la gente a llevar más allá sus estudios e investigaciones. La beca de Medios de Comunicación Juvenil de la Comunidad Indígena es una de las mejores oportunidades para ayudar a las comunidades Indígenas y para mi desarrollo personal.
Foto: Lorena Jamioy Tisoy con ropa tradicional Inga-Kamëntsá. Foto cortesía de Lorena Jamioy Tisoy.
EL ARTE SOSTIENE LA HISTORA DE UNA COMUNIDAD
Lorena Jamioy Tisoy (Inga-Kamëntsá) es una joven becaria del Programa de Becas a Jóvenes en Medios Comunitarios Indígenas. Ella vive en el Valle de Sibundoy, Putumayo, Colombia. A la edad de 25 años, Tisoy ya es una líder en su comunidad. Su proyecto de beca, titulada, “Jajetsam Bëngbe Juabnac” (Tejiendo los Pensamientos de Nuestros Mayores), usa la programación de radio y talleres en persona para facilitar el intercambio del conocimiento ancestral a través del tejido y la narración. Tisoy dice que la idea y el nombre de su proyecto tienen sus raíces en el entendimiento de que el tejido es "el arte que sostiene la historia de una comunidad" y que "es importante que este tejido sea el pensamiento de nuestros mayores". El objetivo final del proyecto es fortalecer las conexiones de la comunidad con la tierra y el idioma.
Como parte del programa Jajetsam Bëngbe Juabnac, se realizó una serie de talleres enseñando a los jóvenes cómo hacer una variedad de artesanías tradicionales. Una pieza de Tisoy se enfocó en el Tsombiache, una faja tradicional (sash). Ella explica que el tsombiache es un elemento que captura la totalidad de la tradición oral y que representa la vida, historia y memoria de la comunidad kamëntsá. El Tsombiache refleja la historia de nuestros ancestros mediante símbolos, y en ellos están representadas las historias de la vida diaria, el ambiente, la madre tierra, el trabajador, el ritual o espacios sagrados y los cuerpos celestes”. Aprender cómo crear el Tsombiache representó sólo una parte del proceso para los participantes del taller. Durante el programa, los niños se involucraron con los mayores de la comunidad quienes describieron el significado de la faja, junto con sus símbolos y colores diversos.
Otro taller organizado por Tisoy se enfocó en el Jabaichayam. El Jabaichayam es un abanico hecho de palma que fue usado tradicionalmente para intensificar una llama. Tisoy explica que hoy en día el Jabaichayam es difícil de hacer debido a la escasez de materiales: “Ya es muy difícil acceder a materia prima como la totora y la palma que se usan para hacer esas canastas y este abanico. Y es que la planta no es fácil de sembrar y es muy difícil acceder a las semillas”.
Debido a esto, el Jabaichayam ha ido cayendo lentamente en desuso, y solo unos pocos ancianos tienen conocimiento de cómo hacer el abanico. Debido a esto, el Jabaichayam ha ido cayendo lentamente en desuso, y solo unos pocos ancianos tienen conocimiento de cómo hacer el abanico. Se encontró un problema similar cuando Tisoy orgnizó un taller enseñándole a jóvenes a tejer el sbaruk, una canasta tradicional. Como el Jabaichayam, el sbaru, usa materiales de plantas escasas, así que tuvo que producirse en una escala más pequeña para los talleres. “Estos elementos tradicionales son escasos en los hogares y se fabrican con poca frecuencia. Normalmente se utilizan como una forma de tejido que representa la artesanía y, como tal, no son muy comunes”, dice.
En el momento del proyecto de Tisoy, comenzaron a surgir nuevas restricciones en torno a las reuniones comunitarias debido al rápido desarrollo de la situación del COVID-19. En vez de desanimarse, Tisoy adaptó creativamente sus talleres para garantizar la seguridad de los participantes. También respondió proactivamente a los desafíos emergentes en su comunidad organizando una campaña llamada “Jajetsam cach Yebnentse Wssillapi Awaii” (tejiendo en casa). Ella dice, “Se compartieron lecciones y buenas prácticas en el intercambio de experiencias y conocimientos compartidos en cada transmisión radial y en los talleres; especialmente la importancia del cuidado propio y de nuestros mayores frente al COVID-19, y cómo podemos ayudarlos a preservar la esencia y el conocimiento de nuestra comunidad para que no se pierdan en la historia, y el legado continúe”.
El proyecto de tejeduría usó la estación de radio Waishanya para atraer la atención a las dificultades que enfrentan los artesanos durante la pandemia. Usando la radio, Tisoy pudo brindarles a los artesanos una plataforma para compartir su conocimiento mientras se mantenían a salvo. El programa Jajetsam cach Yebnentse Wassillapi Awaii, parecido al Jajetsam Bëngbe Juabnac, se enfocó en fortalecer la cosmovisión de las comunidades Kamëntsá e Inga de Sibundoy.
Tisoy dice que el propósito de ambos programas es involucrar a los ancianos y jóvenes de la comunidad en una conversación. La esperanza es que mediante estas conexiones se fortalezca y transmita el conocimiento tradicional. En cuanto a resultados, Tisoy dijo que “podemos ver que la participación de niños pequeños y jóvenes sobrepasó lo que habíamos esperado inicialmente”. También señala que una de las mayores dificultades fue encontrar formas de dar cabida al gran interés. Avanzando, Tisoy espera expandir su programa y poder incluir a más participantes. Quiere enfocarse, especialmente, en involucrar a mujeres y madres que actúan como cabeza de familia.