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MOGUL: Reclamando el patrimonio mediante empresas Indígenas

Chenae Bullock. Foto por RaQuita Weathers, Beller Rouge Photography, LLC.

El nombre de pila de Chenae Bullock es Sagkompanau Mishoon Netooeusqua ("Dirijo una canoa, soy una mujer mariposa"). Es miembro inscrita de Shinnecock Nation en Southampton, Long Island, y también desciende de la comunidad de Montauk en Long Island, Nueva York. Es una emprendedora apasionada por su herencia Indígena. Cultural Survival habló recientemente con Bullock.

 

Cultural Survival: Cuéntenos sobre sus recientes esfuerzos comerciales

 

Chenae Bullock: Fui seleccionada para ser la directora administrativa de Little Beach Harvest, una entidad comercial tribal de la Nación India Shinnecock. Es el negocio de cannabis de la Nación Shinnecock. Estamos trabajando diligentemente a pesar de la pandemia para alistar nuestro dispensario y operar. En el 2019 lancé mi firma de consultores, Moskehtu Consulting. A la gente le gusta usar cosas e ideas inspiradas en lo nativo, ya sea un diseño arquitectónico, ropa, plan de estudios, curación de exhibiciones para museos o galerías de arte, o negocios en donde tratas con diversidad e inclusión. Lo que he encontrado durante estos últimos 15 años, siendo nativa y trabajando en sectores públicos y privados como también con organizaciones sin fines de lucro, es que muchas de estas organizaciones no están conscientes de cómo acercarse a las tribus debido a la falta de competencia cultural. Aún piensan que ya no existimos. El propósito de Moskehtu Consulting es crear un puente en ese vacío y convertirnos en un enlace entre las comunidades tribales y estas empresas y organizaciones. 

 

CS: ¿Por qué persiguió un negocio en la industria del cannabis?

 

CB: La palabra Moskehtu significa medicina en nuestro idioma. Ahora mismo, estamos en un tiempo de sanación en tantas diferentes maneras, y eso es inter-generacional. Creo que el cannabis es probablemente el producto número uno en este momento, que es capaz de ayudar a curar inter-generacionalmente en las comunidades. Como tribu y como Pueblos Indígenas, el cannabis y el cáñamo se han utilizado por miles de años en muchas formas de nuestra medicina y prácticas culturales. No es algo nuevo para nosotros como Pueblos Indígenas, es nuevo para los gobiernos empezar a vernos como líderes en una industria como esta. En vez de enfocarnos demasiado en la industria del cannabis, deberíamos resaltar el hecho de que existen jóvenes nativos emprendedores cultural y tradicionalmente educados y criados que están surgiendo; ya sea que estén en liderazgo tribal o trabajando en la América corporativa, ya sea que estén sentados en una junta para diferentes organizaciones que ni siquiera traten con pueblos nativos, ellos representan quienes somos. Debe hacerse eco en todo el mundo que ya no vivimos en nuestros wetus, teepees, o casas comunales. No somos una novedad. Desafortunadamente nos hemos asimilado. Mi primo abuelo, Wayne “Amanecer Rojo” Crippen quien era uno de los trabajadores de hierro en muchas de las grandes ciudades en todo el país, dijo: “Decidí tomas esos trabajos sindicales, así podría aprender cómo usar sus herramientas”. Y es por eso que he sido alentada por muchos de mis mayores a salir, dejar la reserva, dejar mi hogar y traer las herramientas que son necesarias para regresar y reconstruir nuestras naciones. Con mi experiencia pasada, es tiempo para avanzar en este negocio como la líder, por la Nación India Shinneock.


CS: ¿Cuáles son las barreras que prevé, entrando a este negocio como una mujer Indígena?


CB: Siempre hay barreras, no importa lo que intente hacer cualquier comunidad de color para salir de la opresión, será un desafío. Nuestros líderes y miembros de la comunidad tribal han hecho todo en su poder para encontrarse y hacer negocios con gobiernos vecinos. Somos, ya sea, ignorados o desafiados e incluso a veces llevados a la corte. Habiendo dicho eso, hemos enfrentado muchos desafíos. Hemos soportado muchas leyes en contra de nuestra forma de vida, y tenemos todas las herramientas que necesitamos para sacarnos de la desesperación económica. 

 

CS: ¿Qué significa para usted manejar un negocio como alguien que no solamente es mujer, sino que también Indígena?

 

CB: Soy una nativa americana registrada en una tribu reconocida federalmente. También represento a tribus reconocidas y sub reconocidas por el estado. Pero también soy afroamericana. Estos son tres diferentes retos que he enfrentado desde el día que nací. Estadísticamente, la gente como yo es clasificada como socialmente en desventaja porque experimentamos sesgos de naturaleza crónica y sustancial. La gente como yo tiene muy pocos intermediarios para tener éxito en una sociedad que está repleta de vacíos institucionales.  Antes del asentamiento europeo, las comunidades Indígenas tenían una larga historia de economías dinámicas y estructuras de gobernanza que reconocemos hoy como los ingredientes necesarios para la prosperidad. Sabiendo que hay otras personas detrás de mí con el mismo tipo de desafíos, no tengo otra opción, no me queda más que tener éxito por cualquier medio posible. Es mi obligación inherente. Entonces, un negocio de esta magnitud y con esta cantidad de atención en este momento es una gran oportunidad no solo para mí, como mujer joven, nativa, afroamericana, para cualquiera que me considere un modelo a seguir. En mi comunidad hemos estado luchando durante los últimos 400-500 años para salir de esta opresión. Entonces, de cualquier manera en que pueda poner este negocio del lado correcto y construirlo desde cero, solo habla de evolución.

 

CS: ¿Cuáles son las diferencias entre negocios administradas por gente Indígena y gente no Indígena?

 

CB: Ahora mismo, nuestra generación ha estado haciendo todo en su poder para volverse consciente de cómo somos colonizados y como desligarse de eso y regresar a nuestras estructuras tradicionales. Esto nos brinda una oportunidad para incorporar ese mismo tipo de  estructura cultural tradicional en nuestras empresas; en otras palabras, cómo nos comunicamos con otros. En vez de tener un Reglas de Orden de Robert (libro Robert’s Rules of Order) cuando se va a una reunión, tal vez se tengan de tal manera que todos sepan que son tan iguales como la otra persona sentada frente a ellos. En un negocio de dispensario, tenemos muchos socios y aliados no Indígenas. Trabajamos en la construcción de un dispensario y un centro de bienestar desde cero. Se tiene representación tribal de empresas de propiedad individual, como diseñadores de interiores y arquitectos, y también se tiene socios no tribales, desde gerentes de proyectos hasta ambientalistas. Todos se están uniendo en esta área local en la que siempre hemos vivido como Pueblos Indígenas para hacer este proyecto. Lo veo como un gran ejemplo para el resto del mundo de cómo todas las personas pueden unirse y establecer un negocio exitoso.
 

cannabis

Little Beach Harvest es el negocio de cannabis de Shinnecock Nation. Foto por Don Goofy.


CS: ¿Cómo se reflejan los valores Indígenas en Little Beach Harvest?

 

CB: Si te fijas en la historia, y en nuestra comunidad Shinnecock, siempre hemos sido empresarios. Vengo de una larga línea de balleneros. La gente Shinnecock también fue comerciante de piel de castor; después nos introdujimos al tabaco. En algún momento, nuestras comunidades se volvieron ricas debido a nuestra ventaja en la industria ballenera por nuestras prácticas balleneras ancestrales que fueron pasadas de generación en generación.  El paso a la opresión comenzó cuando no podíamos costearnos los barcos porque el dinero se canalizaba internacionalmente a ciertas familias aquí en las Américas, particularmente en los Hamptons. Mis ancestros fueron capaces de ganar dinero para poseer barcos balleneros. Pero en cuanto la industria ballenera empezó a disminuir internacionalmente, eso dejó a nuestras familias en la desesperación económica y tuvimos que movernos a otras formas creativas empresariales. Los Shinnecock han sido conocidos por arrendar diferentes tierras a manera de poder hacer dinero para nuestras comunidades. He escuchado a los ancianos hablar de cuando los campos eran cultivo de papa y aeropuertos.

 

Desde la primera vez que los colonizadores vinieron a Long Island, se hicieron leyes en contra de nuestra forma de vivir. Había ciertas áreas en las que no éramos bienvenidos; había ciertas cosas que pasaron que causaron que nos asesinaran o secuestraran. En los últimos 20 años, nuestra comunidad ha puesto su vida en las líneas para proteger nuestros sagrados cementerios. Con el tiempo, más y más mansiones de millones de dólares se han construido encima de los huesos de nuestros ancestros. Nuestros líderes comunitarios tribales y hermanas tribales han enfrentado la brutalidad policiaca y amenazas por proteger nuestros cementerios sagrados. 

 

Hoy en día, nos movemos hacia diferentes negocios, la industria del cannabis. De nuevo, aquí hay antiguas enseñanzas sobre los usos medicinales del cannabis; no somos nuevos en esto. Al igual que mis antepasados, hoy aspiramos a ser dueños nuestras propias cosas. En primer lugar, Little Beach Harvest es el primer negocio tribal propiedad Shinnecock y operado para nuestra nación. Desde tiempos inmemoriales, el Creador nos ha otorgado valores y responsabilidades específicos como pueblo Shinnecock. La mera base de Little Beach Harvest son los valores fundamentales de la Nación Shinnecock. Incluyen enseñar y promover la espiritualidad, el respeto, la responsabilidad, la integridad y la unidad para promover y asegurar la salud, el bienestar y la seguridad de las personas, la comunidad y la Nación. Manteniendo estos valores para nuestra nación, Little Beach Harvest es un pilar para el desarrollo continuo del renacimiento económico de la nación Shinnecock.

 

Consulte el nuevo libro de Chenae Bullock, 50 Plantas medicinales: Historia y perspectiva oral Indígena.
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