A continuación, extractos de entrevistas de Radio de Derechos Indígenas realizadas con líderes indígenas sobre sus reflexiones sobre los logros y desafíos de la Declaración.
Les Malezer (Gubbi Gubbi / Butchulla), Miembro experto del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, Australia
He estado haciendo este trabajo a nivel internacional durante casi dos décadas, y [la Declaración] ha sido un punto culminante de mi carrera. Mi participación a nivel internacional se deriva del trabajo que he estado haciendo en Australia, donde estaba esencialmente viendo cuestiones de racismo y derechos a la tierra para los Pueblos Aborígenes y del estrecho de Torres. Era imposible avanzar con las negociaciones con el gobierno de Australia ya que era muy reacio a reconocer nuestros derechos. Fue entonces cuando empecé a ver a nivel internacional para saber qué se podía hacer. En realidad, me involucré en cuestiones formales con el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CEDR), un órgano de tratados que se ocupa de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial.
Mientras hacía ese trabajo me topé con otros grupos de trabajo sobre asuntos relacionados con los Pueblos Aborígenes, y en particular con grupos trabajando en la redacción de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. A mediados de 1996, asistí a mi primera reunión con el grupo de trabajo de redacción y continué cada año desde entonces hasta que la Declaración fue adoptada por la Asamblea General en 2007. En ese momento yo estaba coordinando el Caucus Global de los Pueblos Indígenas y pasé un año en Nueva York para avanzar en la elaboración de la Declaración a través de las etapas finales de la Asamblea General.
En el actual escenario, diez años después de que se aprobó la Declaración, me decepciona que los gobiernos no hayan hecho lo suficiente para establecer una colaboración con los Pueblos Indígenas. Cuando se aprobó la Declaración, pensamos que se trataba de un cambio en el panorama político; en vez que los Pueblos Indígenas fueran suprimidos y el gobierno los tratara como enemigos, que ésta era una oportunidad para unirse y formar alianzas para trabajar juntos. La formación de asociaciones para avanzar en cuanto a sus derechos es una de las prioridades de la agenda, pero no se ha realizado del todo, no es suficiente. Y la segunda parte, si bien ha habido informes constantes de los gobiernos para mejorar la salud, la educación y el empleo de los Pueblos Indígenas, eso es lo que los gobiernos han estado planeando hacer desde mucho antes de la Declaración. El verdadero problema aquí es asegurar la autodeterminación para que estos Pueblos puedan tomar decisiones por sí mismos sobre el futuro, sobre sus derechos a las tierras, territorios y recursos. La autodeterminación es una de las grandes prioridades y, de nuevo, no creo que se haya logrado de manera suficiente desde que se aprobó la Declaración.