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Reflexionando sobre la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas

Al reflexionar sobre la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, debemos recordar y honrar a los líderes y activistas que desde hace mucho tiempo abogan por los derechos de los Pueblos Indígenas. Los activistas indígenas, ya sea desde sus países de origen o en Ginebra, Nueva York u otros lugares, han hecho sacrificios en los últimos 30 años defendiendo la Declaración. Hoy, miramos hacia atrás y nos damos cuenta del camino recorrido para llegar a conseguir la adopción de la Declaración y, la distancia que tenemos que caminar en pro de su implementación. Pienso en la lucha y la historia de resistencia de los Pueblos Indígenas en los Estados Unidos, las historias de mi familia y mi comunidad, el activismo contemporáneo que surgió en los años 50 y 60 y, el reciente movimiento de resistencia en Standing Rock. Este es un movimiento entre muchos en todo el mundo, que ha influido y dado forma a la Declaración. La Declaración aborda cuestiones sobre nuestras historias colectivas y experiencias vividas, nuestras luchas, nuestras vidas de hoy, y las generaciones futuras. Es un documento de vida, hecho de historia, memoria, esperanza, justicia, paz y espíritu.

En este número de la CSQ hemos incluido entrevistas a líderes que se manifiestan sobre la Declaración, 10 años después de su adopción. Estas personas están entre los muchos que han trabajado incansablemente por los Derechos Indígenas y la Declaración. Victoria Tauli Corpuz, Relatora Especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, habla sobre el éxito de la Declaración diciendo: "El desarrollo más significativo es el fortalecimiento de los movimientos de los Pueblos Indígenas, los que se han visto fortalecidos por el establecimiento de una norma internacional. Debido a esto, los movimientos de los Pueblos Indígenas han sido capaces de aumentar su capacidad para reclamar sus tierras y sus recursos”. En ese sentido, en relación a países de Asia y África, James Anaya, ex Relator Especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, escribe "Hemos visto a raíz de la Declaración, el ánimo de los Pueblos Indígenas a reclamar esos derechos, aunque los gobiernos no los reconozcan como indígenas". Mililani Trask, abogado de derechos indígenas, hace eco de estas ideas: "Uno de los mayores cambios es que, ahora, tenemos muchas voces indígenas a nivel mundial y regional que están utilizando la Declaración e integrándola en el trabajo que realizan a nivel local".

Al mismo tiempo, como dice Les Malezer, "En esta etapa, diez años después de que se adoptó la Declaración, me decepciona que los gobiernos no hayan hecho lo suficiente para formar alianzas con los Pueblos Indígenas. La formación de asociaciones para avanzar en los derechos es una prioridad en la agenda, pero no se ha hecho mucho, no lo suficiente”. El Gran Jefe Edward John declara: "Los desafíos siguen siendo mucho mayores que los cambios positivos que se han hecho. Al menos ahora la gente está usando la Declaración como un marco muy importante, necesitamos seguir así…no podemos relajarnos. Tenemos que seguir presionando lo más fuerte que podamos. Todos estaríamos de acuerdo en decir que queda una gran distancia por recorrer. La demanda de nuestros derechos, nuestra resistencia y nuestra autodeterminación nos van a llevar por ese camino”.

“La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas aborda cuestiones sobre nuestras historias colectivas y experiencias vividas, nuestras luchas, nuestras vidas de hoy, y las generaciones futuras. Es un documento de vida hecho de historia, memoria, esperanza, justicia, paz y espíritu.”

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